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UNA GRANJA PRODUCE CANNABIS PARA EXPERIMENTOS
LA FÁBRICA DE MARIHUANA

La autorizó el gobierno británico y su ubicación es secreta. Harán pruebas para demostrar el uso medicinal de la cannabis.

Seguridad: La granja está rodeada por muros de varios metros, por un minucioso control de quién sale o entra y un total hermetismo respecto de su ubicación precisa.

Consumo: "Lo que produciremos probablemente sea inhalado. Ciertamente no se fumará porque si se fuma existe el peligro de contraer cáncer de pulmón".

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PAGINA 12 EN GRAN BRETAÑA

Por Marcelo Justo  desde Londres

t.gif (67 bytes) La granja se encuentra en algún lugar del sur de Inglaterra de cuyo nombre ni sus dueños prefieren acordarse y funciona en medio de estrictas medidas de seguridad. No es para menos ya que adentro se cultiva una sustancia ilegal que llenaría los bolsillos de muchos en todo el mundo: el cannabis o marihuana. Pero en vez de ser fuente de gigantescas fumatas, estos invernaderos constituyen la base de un pionero experimento en el uso medicinal de la marihuana que cuenta con la autorización y el asesoramiento del Ministerio de Interior británico. La GW Pharmaceuticals invirtió más de 6 millones de dólares en la construcción de las instalaciones necesarias para el cultivo y almacenamiento del cannabis. La granja está rodeada por muros de varios metros, por un minucioso control de quién y qué sale o entra del lugar y un total hermetismo respecto de su ubicación precisa. El director de la GW Pharmaceuticals, Geoffrey Guy, que tiene una larga experiencia con el mercado farmacéutico argentino, indicó a Página/12 que las pruebas clínicas durarán unos tres años y que espera que en unos cinco años sus productos puedan ingresar en el mercado. Para los que crean haber encontrado una vía por la puerta trasera a la legalización de la planta, advierte que sus productos no se fumarán. "Serán inhaladores o gotas. Pero no se fumará porque eso sería malo para la salud", indicó Guy a Página/12.

--¿Qué usos médicos tiene la cannabis?

--Hay una gran cantidad de investigaciones en torno del tema. Sabemos que la cannabis es buena para aliviar los dolores y el espasmo muscular en pacientes con múltiple esclerosis. Sabemos que es buena en el alivio de náuseas y vómitos en pacientes que reciben quimioterapia como parte de su tratamiento contra el cáncer. También que es un estimulante del apetito y que como tal puede ser utilizado con pacientes de sida que han perdido el apetito.

--¿Todo esto ha sido probado más allá de toda duda?

--Nada está probado más allá de toda duda. Diría que lo del sida y del vómito en quimioterapia está bastante bien probado. Hay varias experiencias individuales con esclerosis múltiple y con lesiones graves de columna vertebral pero no se sabe a ciencia cierta porque se trató de pruebas clínicas muy pequeñas, debido precisamente a que la cannabis es ilegal. Nosotros queremos producir grandes cantidades de cannabis para utilizarlas en experimentos de gran escala como producto farmacéutico, de modo que no quede ninguna duda sobre sus propiedades medicinales.

--¿Cómo se consumirá el producto final?

--Lo que produciremos probablemente sea inhalado, un poco como el aparato que se usa para el asma. Pero ciertamente no se fumará porque si se fuma existe el peligro de contraer cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares. Queremos extraer una forma refinada de cannabis que, colocada en un aparato permitirá, en caso de que probemos sus usos medicinales, que sea usada como remedio. Pero reitero que no se fumará marihuana. Ni durante la investigación ni en el producto final.

--¿Es por razones médicas o se trata de una condición impuesta por el Ministerio del Interior?

--Razones médicas. Fumar no es bueno para la salud ni es positivo para realizar experimentos médicos. Sea tabaco o marihuana.

--Dada la polémica que siempre despierta el tema, ¿no les fue difícil conseguir una licencia del Ministerio del Interior?

--Nos llevó siete meses conseguir la licencia. La mayor parte del tiempo fue en discusiones realmente constructivas sobre cómo llevar adelante este proyecto. El Ministerio de Interior nos asesoró en términos de seguridad, y de control del ingreso y salida de materiales. Hay que recordar que la cannabis es una sustancia ilegal para la que hay un gran mercado. Por lo tanto tomamos todas las medidas necesarias para que no haya peligros de que la gente pudiera ingresar a los invernaderos y llevarse el cultivo.

--¿Usted piensa que la cannabis es adictiva?

--La cannabis no es adictiva. Eso está claramente probado. Tiene el nivel de adicción que pueden tener el tabaco o el café. No es como la cocaína y la heroína que son altamente adictivas. No hay casos de muerte por consumo de cannabis, al revés de lo que pasa con la heroína. Por eso la uso en mis investigaciones y espero obtener una droga.

--Si no es adictiva y hasta puede ser bueno para la salud, ¿por qué prohibirla?

--A mí sólo me preocupa su uso medicinal. Sobre su uso recreativo no tengo ninguna opinión.

--¿Hay otros países que están experimentando esto?

--Se han hecho experimentos similares en Estados Unidos, en el Instituto Nacional de la Drogadicción, pero para probar los efectos nocivos de la droga. También en Estados Unidos, algunos estados como California, Arizona y recientemente Washington aprobaron que los doctores recetaran marihuana como remedio, pero el gobierno federal ha indicado que podrían demandar a esos médicos. En Italia se permite a los pacientes cultivar marihuana. El gobierno francés está empezando a analizar el tema. Pero creo que en términos de obtener apoyo gubernamental para producir remedios a nivel masivo, este programa es único.

--¿Intentará exportarla a todo el mundo?

--Claro. No tiene sentido reducirse a un solo país. Entre otros países me interesa el suyo. Tengo experiencia en la industria farmacológica argentina. Hasta el pasado diciembre era director de una compañía que se llama Ethical Holdings. Nosotros adquirimos una compañía que se llama Beta, que se encuentra en Buenos Aires. Espero que esa experiencia me sirva y estoy seguro de que estos remedios serían muy populares allá.

 

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