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VOX DEI, EL DINOSAURIO QUE SE NIEGA A DESAPARECER
MÁS VALE TARDE QUE NUNCA

El líder del grupo, que hoy presenta su histórica obra cumbre en un concierto en el Luna Park, asegura que se siente lejos del medio: "El rock me entra por una oreja y me sale por la otra".

Willy Quiroga y Soulé, a las puertas de otra reposición de su disco más célebre.
"Nuestro corazón nos indica que tenemos que hacer esto como era originalmente."

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Por Luis Vívori

t.gif (67 bytes) Ricardo Soulé tiene paciencia. Esa que se necesita para repetir una y otra vez la misma ceremonia, la de hablar sobre una obra que lo marcó profundo, tanto a él como al rock argentino. Lo resuelve apuntalado por casi treinta años "de música, no de rock". De hecho, la historia de la guitarra se metió en su vida por la ventana, aunque fue shockeante, devastadora. "Iba rumbo a la música y lo de Vox Dei me llevó a la fama", explica. La cosa había comenzado a los seis con un violín, entre orquestas y conservatorios. El exilio escogido de siete años españoles lo llevó al tango, a la música barroca o "a lo que diera plata porque había que parar la olla". En el '96, cuestión familiar mediante, volvió a su Quilmes natal. Vino con Vox Dei y La Biblia bajo el brazo en un solo retorno. Por cuarta vez. Un trabajo que tuvo su debut en estudios apenas iniciados los setenta y se repitió, esta vez con grabación en vivo, en 1986. Ya en esta década continuó, acompañada por orquesta sinfónica, en La Plata, a mediados del '97. Y esta noche, en el escenario del Luna Park, tendrán una nueva oportunidad.

--¿Por qué Vox Dei vive regresando?

--Si Vox Dei sigue es porque vale y es de un tiempo que no pasó, a pesar de toda la oferta que tienen los medios hoy. Además hay grupos más antiguos que nosotros y se siguen escuchando. También tendríamos que decir ¡otra vez los Rolling Stones! Nunca aceptamos hacer unos mangos con covers ni nada parecido, trabajamos con algo que es nuestro y no me parece nada ruin. Ahora estamos haciendo algo nuevo, espero que lo escuchen y opinen después. Lo vamos a estrenar junto a La Biblia.

--¿Cuál le parece que es el público que los sigue, teniendo en cuenta que son una banda que se mantiene, en esencia, como era en los '70?

--En realidad tocamos para el que nos quiera escuchar. No me interesa lo que diga la gente del rock, porque en definitiva nuestro público es como el que va al circo. Desde los más chiquitos con globo hasta los viejos con bastón.

--Ahora que vuelven con La Biblia, ¿No hay cierto desgaste respecto del espíritu que los empujó a escribirla, considerando el tiempo que pasó?

--El espíritu es el mismo que teníamos la primera vez, se mantiene intacto a través del tiempo. Junto a Willy Quiroga y Rubén Basoalto estábamos inspirados en aquel entonces en un libro profundísimo, misterioso y que desconocíamos. Queríamos salir de la vulgaridad de la canción de tres minutos, no nos interesaba que pasaran nada de la obra en la radio. No queríamos ser parte de los cuarenta principales, sí de los cuarenta principales del corazón de la gente.

--¿Esto significaba también un compromiso religioso que va más allá de la música?

--En la medida que estás escribiendo sobre semejante libro, el compromiso ya está. Aunque reconozco que nos da un poco de miedo asumirlo. Somos medio prejuiciosos, pero la intención teológica está a rajatabla, aunque el único que concurre a misa soy yo. A nosotros la Biblia nos sale con ritmo de rock, pero aclaro que estoy comprometido sólo con la música y la filosofía. El rock me entra por una oreja y me sale por la otra. Yo hablo con mi corazón, no con mis pies.

--¿Los tres comparten esta idea?

--Cuando la discusión es volver con La Biblia lo compartimos de hecho. Hay momentos en la que nos desconocemos y a veces somos como una bola de acero, como cualquier grupo de trabajo. La verdad y aunque parezca falsa modestia, nos sentimos como actores de reparto, el protagonista verdadero es Vox Dei, nuestro rol está con cada uno en su instrumento y en su papel. Nuestro corazón nos indica que tenemos que hacer esto, como era originalmente porque estamos enamorados de la obra. Nos sentimos orgullosos de ella y pensamos que es una obra de arte y no es chiste, lo creemos en serio.

--¿La sensación cuando se juntan a ensayar es la misma de siempre?

--No, porque estamos tocando una obra que tenemos archiprobada. Lo hacemos con una conciencia que antes no teníamos, sabemos cuándo hacemos jueguito en el medio y cuándo pateamos al arco.

--Evidentemente piensan mantener intacto el esquema original.

--El espectáculo en general es el mismo, pero vamos a estrenar cinco números de la nueva obra conceptual que se llama El manto de Elías, basada en los textos bíblicos, del primero y del segundo libro de los Reyes del Viejo Testamento. Son cinco movimientos y una obertura.

--¿También incorporan una orquesta sinfónica, como en La Plata?

--Sí, en realidad es un ensamble de cuerdas, unos 16 músicos. Además de nosotros tres va a estar el Pollo Raffo, que es como el cuarto Vox Dei porque siempre estuvo cuando hicimos La Biblia. Planeamos tener invitados, ya está confirmado Alejandro Lerner, pero seguro tendremos sorpresas.

--¿Reconoce algún descendiente de Vox Dei?

--Vox Dei es un hallazgo. Es inconfundible, tiene un sonido muy particular, pero muchos grupos tienen giros Voxdeianos y lo reconocen, como La Renga que tiene esa cosa densa que teníamos nosotros o Los Caballeros de la Quema y hasta Soda Stereo, que tocaba "Génesis", si bien a su manera, pero con un dejo de Vox Dei atrás.

 

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