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IMPUTARAN A GALTIERI, LAMBRUSCHINI, NICOLAIDES Y SUAREZ MASON
Todos con el mismo futuro que Videla

El juez Bagnasco citará como imputados a los ex jefes y a otros treinta militares por la causa por el secuestro y apropiación de bebés durante la dictadura. El magistrado tomará estas medidas de aquí hasta fin de año.

El juez Bagnasco investiga desde hace dos años la apropiación de bebés realizada durante la dictadura.
De aquí a fin de año serán citados como imputados más de treinta ex oficiales del Proceso.

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t.gif (67 bytes)  El juez federal Adolfo Bagnasco citará al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, a los ex jefes de la Armada y el Ejército, Armando Lambruschini y Cristino Nicolaides respectivamente, al ex jefe del Primer Cuerpo del Ejército Guillermo Suárez Mason, y a otros treinta ex militares, en condición de imputados en la causa iniciada hace dos años por las Abuelas de Plaza de Mayo, referida a la apropiación de sus nietos por parte de los uniformados durante la dictadura. No será este mes, pero sí antes de fin de año cuando haya concluido la etapa de recolección de declaraciones testimoniales que está en pleno desarrollo. Así lo confirmó a Página/12 una alta fuente del juzgado, quien aclaró que estos ex militares deberán declarar como ex jefes de unidad o área y no como ex comandantes, de modo de no quedar amparados por las leyes y los decretos que establecieron la impunidad, ni entrar en el debate de la “cosa juzgada” que se desprende de la aparente absolución del delito de sustracción de menores durante el juicio a las juntas.
Mañana está citado a prestar declaración ante Bagnasco el ex director del Hospital Militar Central Adolfo Stel, cuyo testimonio podría tener un valor similar al de Agatino Di Benedetto, quien desempeñaba un cargo de igual responsabilidad en el Hospital de Campo de Mayo, al menos para establecer similitudes o diferencias en cuanto al funcionamiento y las órdenes sobre esos nacimientos clandestinos. Entre el lunes y el viernes de la semana próxima deberán presentarse ante el juez cinco mujeres que pertenecían al cuerpo médico y de enfermería de Campo de Mayo: Silvia Bonsignore de Petrillo, Nélida Valaris, Rosalinda Salguero, María Estela Herrera y Julia Barrios Flores.
Una radiografía del estado actual de la causa, compuesta por tres cuerpos que contienen 187 legajos de información de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación y de las Abuelas de Plaza de Mayo, muestra los casos de niños desaparecidos que habrían nacido en cautiverio en maternidades clandestinas en la ESMA y en Campo de Mayo, a través de varias pruebas fundamentales: el testimonio del ex capitán Alfredo Astiz, quien dice haber visto mujeres embarazadas en la Escuela de Mecánica de la Armada; el de la periodista Miriam Lewin, brindado en forma espontánea la semana pasada, quien presenció el parto de su amiga Patricia Roisimblit y vio a otras mujeres con sus bebés en el mismo centro clandestino de detención; y la declaración del médico Agatino di Benedetto, quien aseguró que hubo mujeres que dieron a luz en una cárcel que supuestamente era sólo de hombres, y que había orden de no registrar esos nacimientos. Además cuenta con una copia de un “manual de operaciones de seguridad”, en el cual había instrucciones precisas para separar a los padres de sus hijos.
Bagnasco esta actuando en el sentido que prefieren la mayoría de los organismos de derechos humanos, es decir, investigando y eventualmente dictando procesamientos subiendo por la cadena de mandos, partiendo de casos particulares para poder establecer si hubo o no un plan sistemático de apropiación de menores y quiénes fueron los responsables. “Es como si al juez se le hubiera ocurrido pedir la captura del máximo directivo de IBM casa matriz, en Estados Unidos, antes de ocuparse de los directivos argentinos”, ejemplificó la fuente comparando lo actuado por Bagnasco y su par de San Isidro, Roberto Marquevich. “Primero hay que probar lo que hay en el medio”, remató.
El hecho de apuntar a los genocidas más renombrados en su condición de ex jefes de zona y no de ex comandantes también es del agrado de los organismos. Se trata de evitar que una instancia superior a Bagnasco anule los futuros y posibles procesamientos por alguna interpretación de la “cosa juzgada” durante el juicio a la Juntas Militares. Nada impediría que sean juzgados por delitos cometidos antes de ejercer el gobierno de facto como comandantes.
A diferencia de la causa que lleva adelante la Cámara Federal porteña, cuyo objetivo es establecer el destino final del escritor Rodolfo Walsh, Dagmar Hagelin y otros desaparecidos pero no tiene efecto jurídico sobresus victimarios, la causa de Bagnasco sí lo tendrá: se trata de delitos que no fueron investigados, que no prescriben porque su acción se continua en el tiempo, y a los cuales no los afectan las leyes de obediencia debida, punto final y los indultos porque son de lesa humanidad.
El 27 de mayo pasado Bagnasco recibió un documento de apoyo firmado por las Abuelas de Plaza de Mayo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales, los Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, el Servicio de Paz y Justicia y la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos. En el mismo le expresaron que, ante la “crisis de confianza en el Poder Judicial que existe en la opinión pública, especialmente por su permeabilidad a los intereses y presiones del poder político, los procesos que hemos mencionado (en el documento) muestran la independencia de los jueces que intervienen en aquéllos”.
En el juzgado federal Nº 7 de Retiro evitaron polemizar con el de San Isidro sobre un posible planteo de conexidad entre las causas en las cuales ambos magistrados investigan la sustracción de menores y falsificación de sus identidades durante la dictadura.

 

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Guillermo “Pajarito” Suárez Mason.
Deberá volver a Tribunales.

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Leopoldo Fortunato Galtieri.
Otrora “majestuoso general”.

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Cristino Nicolaides también.
Miembro del “Foro de Generales”.

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Ex marino Armando Lambruschini.
Fue indultado por Carlos Menem.

 


 

Escrachando al ex general

Esta vez el escrache le llegará al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, comandante del Segundo Cuerpo del Ejército desde 1976 hasta 1979 y responsable de la muerte de más de 800 soldados durante la Guerra de Malvinas. La organización Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio informó que hoy a las 18 saldrán seis micros desde la sede de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, Riobamba 34, hacia la casa del represor, ubicada en Chivilcoy 3102 1º piso, en Villa Devoto. Para aquellos que quieran asistir directamente al escrache, los organizadores informaron que pasarán a las 19.30 por la estación Devoto. Por otra parte, Hijos adelantó que el repudio a los genocidas seguirá mañana, también a las 18, cuando diversos organismos de derechos humanos, organizaciones estudiantiles y políticas se movilicen frente al Congreso “para que el país sea su cárcel, para que la sociedad los repudie y les dé el trato que se merecen. Porque lo único que nos dará la posibilidad” de que sean encarcelados “es la movilización y la presión que podamos hacer nosotros, la gente y el pueblo que no olvida ni perdona”. Los organizadores aclararon que esa presión servirá para que los genocidas no sean condenados solamente por los delitos de sustracción de menores.

 



Un juez está sospechado de ser un apropiador
Durante la dictadura falsificó la partida de nacimiento de su hija. El acta de parto la firma el médico de Campo de Mayo.
Las Abuelas investigan la identidad de la niña. Hay juicio político.

na02fo02.jpg (8457 bytes)  El juez Aníbal Osvaldo Olivieri fue denunciado por su propia ex esposa en un proceso civil.
Su mujer dice que nunca estuvo embarazada y que la partida de nacimiento (arriba) de su hija es falsa.

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t.gif (67 bytes) Desde enero de 1997, es decir hace 18 meses, que no hay movimientos reales en la denuncia contra el juez penal de San Martín Aníbal Osvaldo Olivieri. Al magistrado se lo acusa de falsificar la partida de nacimiento de Valentina Olivieri, nacida el 24 de febrero de 1979, en plena dictadura militar. El acta del parto la firma el médico de Campo de Mayo Carlos Alberto Rafinetti –el mismo que actuó en el caso Bianco, por el que está preso Jorge Rafael Videla–, pero lo más asombroso es que la denuncia contra Olivieri la hace su propia ex esposa, quien reconoció que nunca estuvo embarazada y que la partida de nacimiento fue fraguada por quien entonces fue su marido y ahora es juez. Como en el caso Bianco, Olivieri sostiene que Valentina no es hija de desaparecidos e incluso aceptó en 1985 hacer una prueba de ADN en la que se comprobó que la adolescente no es hija de la pareja desaparecida Segarra-Mendoza. No obstante, las Abuelas de Plaza de Mayo no dan por cerrado el caso y siguen buscando la identidad de la niña que fue sustraída por el magistrado. Pese a haber falsificado la partida de nacimiento, Olivieri imparte justicia todos los días en San Martín.
La investigación del caso Olivieri fue realizada por el noticiero “24 Horas” de Canal 9, que anoche exhibió la partida de nacimiento falsificada. El procurador bonaerense, Eduardo de la Cruz, tiene ahora el caso y debe decidir si se forma el jury de enjuiciamiento para que ese tribunal decida si Olivieri puede seguir siendo juez.
“Es cierto, el caso estaba cajoneado, pero creo que no por razones políticas –señaló De la Cruz–. Yo asumí en el mes de abril, vi la gravedad y de inmediato me dediqué a estudiar el caso. Hace poco fue destituido un juez por fraguar una factura, imagínese lo que significa falsificar un documento público como es una partida de nacimiento. Además, se trata de varias falsificaciones: la partida de nacimiento, la inscripción, los documentos que fue sacando y así sucesivamente”.
El médico que supuestamente asistió el parto, Carlos Rafinetti, revistaba en el servicio de Obstetricia del Hospital Militar de Campo de Mayo y firmó también la partida de nacimiento de Pablo Hernán Bianco, hijo de desaparecidos, y anotado a nombre del detenido mayor médico del Ejército, Norberto Bianco. Además, llama la atención que en la partida de nacimiento de Valentina Olivieri figure como lugar del parto el domicilio del juez, Migueletes 576, de Capital Federal. Rafinetti dice –obviamente- que su firma fue falsificada.
El caso Olivieri empezó a ventilarse ante la jueza María Romilda Servini de Cubría a raíz de una denuncia de las Abuelas de Plaza de Mayo. En ese entonces, las Abuelas sospechaban que Valentina Olivieri era en realidad hija de la pareja de desaparecidos compuesta por Carlos María Mendoza y Alicia Estela Segarra. “El juez Olivieri no pudo negarse a hacer la prueba de ADN justamente por ser juez –explicó Alba Lancilotto, de Abuelas–, pero el resultado fue negativo. La chica no era hija de Carlos y Alicia. Por esa razón, al juez se le dictó un sobreseimiento provisorio en esa causa. Nosotros seguimos buscando y cotejando información”.
Lo que hizo estallar el caso fue la pelea en el matrimonio Olivieri. Hace dos años, se produjo el divorcio y la ex esposa del magistrado, Luisa Margarita Petcoff, entró en una furibunda batalla contra el juez. Poco después se inició una curiosa causa civil: la hermana de la señora Petcoff, Angela Juana, impugnó las partidas de nacimiento de los hijos del matrimonio Olivieri ya que esos chicos –sostiene– le quitan el derecho a heredar. En esa causa civil, el juez Olivieri reconoce expresamente que los hijos no son propios, o sea que fraguó las partidas de nacimiento. Eso sí, como Norberto Bianco, alega que los chicos no son hijos de desaparecidos sino de otra mujer, presumiblemente muy pobre.Posteriormente, Olivieri incluso presentó el nombre de una mujer, Yolanda Godoy, como madre de aquellos hijos, aunque no se hizo prueba de ADN alguna. También la ex esposa, Luisa Margarita, acepta que nunca estuvo embarazada, que los hijos no son suyos y que su ex marido fue quien hizo la falsificación.
A pesar de semejante escándalo y de que está comprobado que Olivieri se apropió de hijos que no son suyos, el magistrado continúa en su puesto a cargo del Juzgado Penal número 4 de San Martín. En el conflicto judicial con su ex marido, la señora Petcoff presentó un pedido de juicio político contra el juez. El escrito tiene fecha del 3 de enero de 1997, pero prácticamente no se ha hecho diligencia alguna. Recién ahora, el procurador Eduardo De la Cruz ha pedido los antecedentes del caso para expedirse. En estos días supuestamente va a recibir la causa iniciada por las Abuelas de Plaza de Mayo, el juicio civil por divorcio –donde Olivieri reconoce que los hijos no son propios–, el segundo juicio civil que puso en marcha la hermana de la señora Petcoff –donde la ex esposa acepta que nunca estuvo embarazada– e incluso una causa por amenazas radicada en San Martín. El cálculo es que el procurador se expedirá en aproximadamente un mes y recién a partir de ese momento se conformará el jury que va decidir si Olivieri puede seguir en su puesto.
Por ahora, como titular del juzgado penal, el magistrado sigue decidiendo si van a la cárcel o quedan en libertad centenares de personas, en tanto que su ex esposa, delegada de la Fiscalía de Estado bonaerense, tiene la delicada misión de vigilar la transparencia de los gastos que hace el gobierno de la provincia de Buenos Aires.

Su señoría culpa a su mujer

Por R. K.

El Colegio de Abogados de San Martín estudia la posibilidad de reforzar la denuncia contra el juez Aníbal Olivieri a través de un pronunciamiento de la entidad. El Colegio se dirigió a los distintos juzgados para interiorizarse de todas las causas en las que se investigó de manera directa o indirecta la forma en la que el magistrado se apropió de los niños que posteriormente anotó como propios en el Registro Civil.
En el noticiero “24 Horas”, el procurador bonaerense Eduardo De la Cruz explicó que “un juez debe reunir las condiciones que la Constitución y las leyes prevén para el cargo de magistrado. Además, son motivo de enjuiciamiento los hechos incompatibles con la dignidad y austeridad que el cargo judicial impone”.
Uno de los rasgos distintivos del juez Olivieri es que nunca acepta notas periodísticas y menos aún fotos. Tanto el informativo de Canal 9 como Página/12 intentaron dialogar con el magistrado, pero permanentemente se negó a cualquier diálogo. El viernes pasado, cuando reiteró su negativa, Olivieri señaló por teléfono que “todo esto es por culpa de mi ex mujer. Es ella la que arma este escándalo”.
La señora Petcoff tampoco acepta hablar sobre el caso. En la demanda civil reconoció no ser madre de los bebés que el matrimonio inscribió como sus hijos, pero ahora rehúsa hablar sobre la cuestión. En el juicio de divorcio la mujer resultó derrotada por su ex marido, quien obtuvo la tenencia de los adolescentes que nacieron durante la dictadura militar.
Por último, está el médico Carlos Rafinetti, cuya firma aparece al pie del certificado de nacimiento falso. El galeno, actualmente jefe del servicio de ecografías de la clínica Nuestra Señora del Buen Aire de Bella Vista, declaró ante el juez Adolfo Bagnasco por el caso Bianco. En esa oportunidad dijo que en los dos certificados de nacimiento, el de Bianco y el de Olivieri, le habían falsificado la firma. Rafinetti, de todas maneras, reconoció que vio en Campo de Mayo cómo se realizaban partos de mujeres detenidas, con los ojos vendados.

 

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