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ENCUESTA SOBRE EXPECTATIVAS DE LOS EJECUTIVOS
Pocos son los optimistas

Quebrando una tendencia que había nacido a fines de 1996,ejecutivos de empresas de primera línea manifestaron su pesimismo sobre las perspectivas de crecimiento económico.

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Por Pablo Ferreira

t.gif (67 bytes) "Se ve una moderación muy fuerte de las expectativas de crecimiento económico del país, es decir, que el debate público sobre la necesidad de enfriar la economía quedó vacío", disparó ayer Rubén Puentedura, director ejecutivo del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). Ese diagnóstico surge de la última encuesta sobre expectativas de los ejecutivos que realizó en mayo último la consultora D'Alesssio y Asociados a pedido de IDEA.

El relevamiento señala, además, que la tendencia a la desaceleración disminuirá la rentabilidad sobre todo de la industria a causa del derrumbe internacional del precio de las commodities, que aparejó la crisis financiera asiática. Y, además, por la caída esperada en la demanda interna y en el dinamismo de la economía durante los próximos seis meses.

Asimismo, el trabajo presentado por IDEA indica que para los hombres de negocios el recorte en sus costos no parece haberse agotado como estrategia de sobrevivencia. La novedad es que los empresarios ahora ven esa vía en un pie de igualdad con la necesidad de encontrar nuevos nichos de mercado y, en menor medida, con la exigencia de incorporar nuevas tecnologías.

Según este estudio, que cubrió un universo de 125 empresas de primera línea, por primera vez desde el semestre mayo-octubre de 1996 se quiebra la tendencia a esperar una mejora en la situación económica. Desde fines de 1996 los dueños de las grandes compañías predijeron, de acuerdo a los sondeos anteriores de IDEA, niveles de actividad económica moderadamente altos. Ahora, en cambio, auguran claramente un empeoramiento --aunque leve-- en esa performance. El nivel de optimismo, que se ubicaba en el 30 por ciento de los consultados durante el pasado semestre, se redujo al 19 considerando los próximos seis meses.

Los nuevos vientos que según la percepción empresaria empezaron a soplar, sin embargo, no castigarían a todos por igual. "Llama la atención la aguda discriminación entre sectores que hemos encontrado ahora", resaltó al respecto Eduardo D'Alessio. La encuesta, precisamente, muestra que las expectativas de crecimiento en la industria es sólo del 17 por ciento. Una cifra que, cuando se evalúa la posibilidad de un declive en ese sector, escala al 33. En sentido opuesto se manifestaron los empresarios del sector servicios: un 32 por ciento cree que van a mejorar en lo inmediato, mientras que apenas un 13 prevé retrocesos en su situación. A su vez, D`Alessio señaló que por primera vez desde el período mayo-octubre del '96 la respuesta mayoritaria en el análisis de las expectativas por sectores ha dejado de ser "mejor" para pasar a ser "igual".

La investigación también indagó las perspectivas de la rentabilidad empresaria. En ese sentido los resultados señalan que las previsiones respecto del semestre anterior han cambiado mucho. Quienes esperan aumentos moderados o significativos de su rentabilidad bajaron del 54 por ciento al 41, de los cuales sólo 3 aguarda que sean altos. Y más que se duplicó, hasta alcanzar el 30 por ciento, los que esperan disminuciones leves o severas (3 por ciento).

En tanto, los empresarios señalan como causas de la baja esperada en sus rentabilidades particularmente la variación de precios internacionales y a la caída de la demanda interna y, en menor medida, la variación de costos, los nuevos competidores y la reducción de sus exportaciones.

 

"Somos todos evasores"

El Grupo de los Ocho reiteró ayer su rechazo al proyecto de reforma laboral ante los diputados de la Comisión de la Legislación del Trabajo. Pero también los empresarios tuvieron que responder ante los abusos cometidos con los contratos promovidos. "No defiendo la mala utilización de las actividades promovidas pero sí la existencia de ese mecanismo como forma útil que está dando trabajo a mucha gente", se defendió Gregorio Chodos, reclamando que los llamados contratos basura continúen dos años más. Con una sinceridad que asombró a los diputados, el dirigente de la UIA y ejecutivo de Techint, Serio Einaudi, admitió que "somos un país de evasores, también de los aportes patronales. Solamente el miedo y una eficacia progresiva (en la recaudación) va a reducir el trabajo en negro y el abuso con los contratos promovidos".

 

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