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CANADA Y EE.UU. IMPONEN CONDICIONES EN EL ALCA
El Sur sólo existe para vender

Por Cledis Candelaresi

t.gif (67 bytes) La primera ronda de negociaciones para construir un Area de Libre Comercio en las Américas (Alca) demostró que difícilmente Estados Unidos y Canadá se resignen a no imponer sus criterios sobre el resto de las economías de la región. El cierre de las discusiones que están llevándose a cabo en el Palacio San Martín, originalmente previsto para ayer, debió posponerse para hoy por la falta de acuerdo sobre algunos puntos urticantes, que tiraron sobre la mesa esas dos naciones.

Entre otras cuestiones, Washington y Toronto pretenden acelerar el derrumbe de barreras arancelarias, para exportar más a los países del Sur. Las ventas electrónicas, actividad multimillonaria que los norteamericanos lideran indiscutiblemente, da lugar a otras diferencias.

Según la declaración que todos los ministros del continente suscribieron en marzo en Costa Rica, el Alca estará constituido en el 2005 y, antes de esa fecha, no es posible celebrar acuerdos parciales. Así, el grueso de los países intentó frenar las pretensiones de Estados Unidos de avanzar sobre los puntos que más le interesan (por ejemplo, sobre inversiones en telecomunicaciones), sin que se hayan negociado otros temas que le importan al resto (como los subsidios agrícolas).

Sin embargo, la viceministra canadiense Kathryn Mc Callion intentó transgredir aquel pacto, al proponer que la recién iniciada negociación permita cerrar algún acuerdo concreto dentro de 18 meses y no recién en 7 años. La alternativa es resistida por el Mercosur, virtual líder de la oposición al bloque EE.UU.-Canadá. "Eso rompería el equilibrio de las negociaciones", protestó ayer José Alfredo Graca Lima, negociador por Brasil.

Más sutil es la embestida de los países del Norte para avanzar sobre otras dos áreas de su interés. Después de una dura pulseada que casi hizo fracasar la declaración conjunta firmada en la capital costarricense, se acordó no crear grupos negociadores sobre comercio electrónico y medio ambiente. En su lugar se crearon unos comités de estudios, supuestamente de menor status que un grupo negociador, ya que sólo podrían hacer "recomendaciones" a los gobiernos.

Estados Unidos aspira a que no se regule el intercambio comercial a través de computadoras, de modo tal que éste pueda seguir creciendo al vertiginoso ritmo actual: de este modo, fuertes empresas como Microsoft seguirían incrementando sus exportaciones por esta vía. Otra pretensión estadounidense consiste en limitar el ingreso a su mercado, habilitando sólo a las empresas que cumplan con cláusulas ambientales y que otorguen a su personal similares ventajas a las que tienen los obreros norteamericanos mejor posicionados.

Hasta ayer tampoco hubo acuerdo sobre qué atribuciones tendrán, exactamente, aquellos comités. Tal como admitió ante Página/12 un negociador argentino, esos grupos podrían ser utilizados por la administración de Bill Clinton para presionar en favor de sus intereses: exportar más (vía electrónica) e importar menos (con excusas ambientales y laborales).

 

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