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"A uno le pueden dar muchos puntazos en el cuerpo, pero puede seguir caminando. Pero si te clavan un puñal en el corazón, te podés morir". Con esta frase, el brigadier Enrique Dutra, jefe de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina, sugirió con firmeza que el incendio que provocó serios inconvenientes en los dos aeropuertos más importantes del país pudo haber sido un atentado. "El incendio golpeó en el corazón del sistema: qué casualidad que se desató en el peor momento, cuando todos los aviones estaban volando y los aeropuertos estaban llenos de gente esperando en vísperas de un fin de semana largo", continuó Dutra, al brindar un informe ante miembros de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados aunque no identificó a los posibles agresores. Dutra aprovechó el encuentro para criticar la actuación de Rodolfo Barra al frente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos y reveló que recién el lunes, es decir, tres días después del siniestro, el ex ministro se preocupó por averiguar cuál era la situación del tráfico aéreo. La reunión en la Comisión de Transporte había sido acordada mucho antes del incendio que se desató en Ezeiza para analizar temas relacionados con la seguridad aeronáutica. Pero el siniestro del viernes que afectó la torre de control y provocó serios inconvenientes en el tráfico aéreo de esa aeroestación y del Aeroparque metropolitano Jorge Newbery se transformó en el centro del informe. Aunque evitó decir que la Fuerza Aérea tenía la certeza de que se trató de un incendio intencional, Dutra sugirió esa posibilidad con insistencia. Y no sólo con palabras. También con gestos de su cara y con enigmáticos silencios. "Las posibilidades de que el incendio de Ezeiza haya sido un sabotaje son muy altas", afirmó, secundado por el brigadier Juan Baigorria, director nacional de Aeronavegabilidad, y un grupo de brigadieres y comandantes responsables de diferentes áreas de gestión del arma. Dutra no identificó a los posibles agresores. Ante una pregunta del diputado demócrata mendocino, Santiago Gutiérrez, el oficial superior de la FA descartó que en el hecho pudieran estar involucrados trabajadores de Aerolíneas Argentinas en conflicto con la empresa por el Programa de Propiedad Participativa. No obstante, Dutra no dejó de mencionar la existencia de otro enfrentamiento en el sector: entre esa compañía aérea y la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000, por la ocupación de algunos espacios en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini. Dutra deslindó las responsabilidad de la FA en los problemas de inseguridad aérea que se vivieron en los últimos años, señalando que los mismos respondieron a la falta de presupuesto del arma para el manejo y control de las aeroestaciones. Al respecto precisó que de los 200 millones de pesos anuales que recaudaban como tasa de aeropuerto sólo se autorizaban unos 60 millones para mantenimiento y mejoras, mientras que el resto iba a Hacienda. Agregó que luego se le autorizó a la FA a retener 100 millones pero a cambio de hacerse cargo de una serie de gastos adicionales, especialmente en materia de salarios de personal civil que cumplía tareas en las estaciones aéreas, lo que en la práctica representó una disminución en los ingresos. También destacó los bajos salarios de los controladores aéreos (entre 500 y 1000 pesos mensuales, contra un básico de 5000 en el aeropuerto de Atlanta, EE.UU.) y de los ingenieros a cargo de controlar la seguridad de los aviones (alrededor de 750 pesos). La reunión se extendió durante casi cuatro horas y estuvo encabezada por el presidente de la comisión, el justicialista Jorge Pérez. También estuvieron presentes los justicialistas Edmundo del Valle Soria, María Lelia Chaya, Damaso Larraburo y los frepasistas Marcela Bordenave y Ricardo Vago.
LA SITUACION MEJORO PERO TODAVIA NO SE
NORMALIZO Los aeropuertos Jorge Newbery y Ministro Pistarini seguían operando ayer con inconvenientes, aunque a partir del mediodía el lapso entre los vuelos se redujo a la mitad, de veinte a diez minutos. Una sucesión de versiones contradictorias agitaron el día. Voceros de la Fuerza Aérea informaban que la situación estaba totalmente normalizada a partir del mediodía. En tanto, desde Ezeiza, el presidente del Comité de Operadores Aéreos, Roberto Menéndez, afirmaba que el Centro de Control de Area (ACC) aún no estaba funcionando a pleno y que el problema quedaría resuelto definitivamente sólo a partir del lunes. Las líneas aéreas mantuvieron un esquema de emergencia, con poco más de la mitad de los vuelos habituales. Mientras se realizaban los primeros chequeos para volver a poner en funcionamiento el sistema en Ezeiza, las operaciones continuaron siendo controladas desde el radar alternativo ubicado en la localidad de Merlo, según afirmó el comandante de Regiones Aéreas, Enrique Dutra, en una reunión que mantuvo ayer con los diputados que integran la Comisión de Transporte. Pero por la tarde, voceros de la Fuerza Aérea explicaron a este diario que a partir del mediodía la situación se había normalizado totalmente porque el Centro de Control de Area había entrado nuevamente en servicio. Un comunicado de prensa de la misma fuerza intentó aclarar la confusión aunque sin brindar datos específicos: allí se consignaba que tanto las operaciones aéreas como la secuencia de los vuelos se habían incrementado "con la incorporación de equipamiento nuevamente en servicio", y que a partir de las cero hora de hoy se duplicaría la capacidad del sistema. En tanto, fuentes de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral indicaron que "en lo que hace a vuelos de cabotaje estamos prácticamente por debajo de la mitad de la oferta habitual". De hecho durante el día de ayer ambas empresas programaron un total de 48 vuelos, sobre más de los 80 que realizan en condiciones normales. Los vuelos hacia destinos más lejanos y con mayor demanda tuvieron prioridad, al considerar que en los tramos cortos es más posible utilizar medios alternativos. Menéndez consideró que a partir del sábado las demoras serían menores con la implementación de un control de afluencia, aunque recomendó a los pasajeros que de todos modos se contacten con las compañías aéreas".
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