|
Por Pablo Rodríguez El plebiscito a la uruguaya no funcionó: en la consulta para apoyar la convocatoria a un referendum sobre la Ley del Marco Regulatorio Energético se presentó el 22 por ciento del padrón electoral, tres menos de lo que establece la Constitución como mínimo para que el plebiscito tenga lugar. La medida fue impulsada por el Frente Amplio y el sindicalismo, quienes creen que esta ley es la antesala de la privatización de la empresa estatal de energía eléctrica. El oficialismo interpretó el resultado como una derrota para la izquierda, pero uno de los líderes de la campaña, el senador frenteamplista Danilo Astori, dijo en diálogo con Página/12 que no tiene ningún efecto "por el tipo de consulta", aunque admitió "errores en la solidez de los argumentos y en la sencillez de las explicaciones" y en haber "'partirizado' un tema que era de interés nacional". El líder del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, aparece como uno de los más firmes candidatos a ganar las elecciones presidenciales del año que viene. "Si se hubiera tratado de una elección o hasta de un plebiscito, se podrían haber hecho proyecciones electorales; pero esto no afecta en nada el futuro político del partido", aclaró Astori. En los comicios presidenciales de 1995, Vázquez había obtenido casi un tercio de los votos, habiendo sido antes intendente electo de Montevideo, donde se concentra más de la mitad de la población uruguaya. Con estos antecedentes, muchos analistas se preguntan cuál fue la razón por la cual la coalición de izquierdas se expuso a un revés como el de ayer: el 8 de marzo pasado, esta misma consulta había conseguido convocar al 15 por ciento del padrón, 10 puntos menos de lo necesario. "La verdad es que estábamos convencidos que íbamos a superar holgadamente el 25 por ciento", reconoció Astori a Página/12. "Jugó mucho la ley, que no era sencilla de explicar", señaló el colega y compañero del senador Alberto Couriel. Esta Ley de Marco Regulatorio Energético, aprobada por el Congreso hace un año, establece la libre competencia en generación de energía y permite a la Unión de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) hacer concesiones a privados para la distribución y la transmisión de energía eléctrica, siempre y cuando no se afecte con ello el patrimonio básico de la compañía. Para la izquierda, esto representa una forma encubierta de privatización; para el Gobierno, no lo es. Lo que se ponía en consideración era una interpretación de una ley ya sancionada a través de una suerte de "pre-referendum". Quizás fuera esta complejidad, como apunta Couriel, lo que dificultó la comprensión por parte de la gente de lo que se debía decidir. Pero en 1992 la Ley de Privatización de Empresas Públicas fue puesta bajo este tipo de consultas y la participación fue masiva. Tampoco puede decirse que el tema fuera demasiado detallista porque, para que esa misma ley que fuera aprobada, se excluyó posteriormente mediante otro plebiscito a la empresa telefónica estatal Antel. Sería más conveniente señalar, como uno de los principales factores, la falta de discusiones y debates claros sobre esta ley energética. "El silencio del oficialismo hizo que el tema tuviera poco peso mediático. Hay que reconocer que la estrategia fue astuta", dijo Astori a este diario. Pero el oficialista Partido Colorado volvió a pronunciarse apenas se consolidaron las tendencias del escrutinio, para capitalizar el resultado: éste representa "un llamado de atención muy fuerte para el doctor Vázquez" y para "todos aquellos que piensan que se puede hacer política diciendo a la gente cosas que no son ciertas", según el secretario general colorado, Hugo Fernández Faingold. Más allá de las acusaciones, la convocatoria del Frente Amplio estuvo, efectivamente, seis puntos por debajo de los votos obtenidos en 1995, "lo cual indica que debemos estar atentos al hecho de que los electorados cautivos cada vez son menos", analizó Astori. Sin embargo, de acuerdo al analista político Oscar Bottinelli, no se puede traducir esta consulta a una clara lucha entre partidos porque entre los opositores a la ley también habría colorados, y porque, al no tratarse de un referendum donde se vota por "sí" o por "no", no se puede afirmar que el 77 por ciento del padrón estaba en contra; lo que abonaría la tesis de que ésta no estaba clara y de que, en todo caso, el efecto sobre las posibilidades electorales del Frente Amplio, más allá del reconocimiento de Astori de haber "politizado demasiado" el tema, es limitada.
|