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Por Martín Pérez
"La otra vez estaba viendo Adiós Sui Generis, y pensaba en lo bueno que era hacer un concierto basado en una riquísima colección de canciones. Pero con Charly García en el medio del escenario, expresándose con solos que duraban todo lo que tenían que durar", explica Flavio. Desde hace un par de semanas en la sala de los estudios TNT Los Cadillacs ensayaron cuidadosamente el repertorio con el que esperan sorprender. Con su hijo Astor durmiendo acunado por la nueva música del grupo, y una cámara de video apoyada sobre un baffle que se encendía para registrar cada tema, Flavio dobla la apuesta. Antes de que llegasen las cuerdas al ensayo, la banda en pleno recorrió entonces con acierto un repertorio amplio, que incluye una respetuosa versión de "El anillo del Capitán Beto", de Luis Alberto Spinetta, en la voz de Ariel "Minimal" Sanzo, el nuevo guitarrista del grupo. "Cada día que pasa me pongo más nervioso", murmuró Sanzo, cuyo timbre de voz parecido al de Baglietto encaja sin problemas en el universo Invisible. Para un grupo afectado internamente por la partida de Sergio Rotman y que estuvo a punto de cambiar su nombre por el de Fabulosos Calavera, jugarse a presentar un concierto así parece un paso fundamental. Porque no todas las facetas del nuevo grupo --presentado en su premiado último disco-- caben en su show en vivo. Algo que se pudo ver este verano desde el escenario de La Pampa y Figueroa Alcorta, así como en el set presentado a lo largo y lo ancho de Estados Unidos. "Es verdad", concede Vicentico. "Los cambios del año pasado, y la ansiedad creativa que nos llevó a grabar nuevos temas todos los meses nos impidió ensayar como corresponde un nuevo set para tocar en vivo." Asignatura pendiente --especialmente en el caso de temas como "A Amigo J.C". o "Niño Diamante", que merecen un lugar para ser interpretados en vivo-- que será puesta al día en el Broadway. Aunque la pretensión es la de ir aún más allá, como lo indica el bautismo de Experimental Concherto. En realidad, lo que pondrán bajo examen Los Cadillacs es el límite de sus vientos de cambio. Lo que demostraron --y con creces-- hacia el horizonte hardcore, deberán revalidarlo hacia unas costas más relajadas e instrumentales. En estas tres noches dejarán de ser siempre un octeto, para ser por momentos un dúo, un trío o lo que requiera cada uno de los temas. Ese es el desafío que se plantearon ellos mismos cuando decidieron dejar el carnaval toda la vida. Entre los temas ensayados en TNT pasaron versiones del ajeno "Una casa con diez pinos" (Manal), o el propio "Siempre me hablaste de ella". Pero, más allá de los temas definitivos, lo que ellos creen que vale es la intención de cambio. Desde un afiche, su compañía discográfica prometió que Fabulosos Calavera cambiaría el rock nacional. Pero lo que más importa es explorar los límites del cambio de la tapa para adentro.
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La idea estaba desde comienzos de año. Antes de que ganaran su
Grammy, antes del mes de gira por Estados Unidos, antes incluso del megashow en
"Buenos Aires Vivo II" ante 70 mil personas. Después de un año de cambios, Los
Fabulosos Cadillacs querían intentar cambiar también su actitud en vivo, y para eso
tenían claro que debían conseguir un teatro donde permitirse algunos lujos, entre ellos
sonar bien. Poner a Vicentico sentado ante un piano acústico, acompañarse con cuerdas o
simplemente tener todo el tiempo del mundo para tocar todo lo que quisieran eran puntos
clave en esa fantasía. "La idea es conseguir un lugar pequeño donde quedarnos
varias noches tocando tranquilos", le adelantó Vicentico a Página/12 antes
de ir a Nueva York a recoger el Grammy en el Radio City Music Hall. Teatro al fin, pero no
tan pequeño, y con apenas un fin de semana en carpeta para el intento, entre esta noche y
el domingo Los Cadillacs presentan en el Broadway su Calavera Experimental Concherto. Una
suerte de Adiós Sui Generis propio, que --ya despedido el Cadillac de siempre-- les
servirá para decirle hola como corresponde a la Fabulosa Calavera.