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"PERLAS QUEMADAS", DE FERNANDO NOY
Dos damas burguesas

A partir de una anécdota --dos mujeres varadas en el hotel de un aeropuerto-- la compañía Peligroso Apoyarse dispara una feroz ironía sobre las miserias de una alta sociedad venida a menos.

El trío de actores se divierte haciendo "Perlas quemadas".
Malala y Cococha andan permanentemente a la caza de hombres.

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PERLAS QUEMADAS 7
de Fernando Noy
Por la compañía Peligroso Apoyarse
Intérpretes: Miriam Odorico, María Urdapilleta y Martín Churba
Escenografía: Julio Suárez
Vestuario: Rosita Lazo
Iluminación: Jorge Pastorino
Diseño de sonido: Armando Sueldo
Tema musical: Fabiana Cantilo
Dirección: Julio Suárez y Quique Canellas
Lugar: Foro Gandhi, Corrientes 1551, sábados a las 22,30

Por Hilda Cabrera

t.gif (67 bytes) "Presiento que este avión no va a salir jamás", dice Malala. "¡Callate! Vos siempre fuiste tan intuitiva", se enoja su prima Cococha, quien comparte con ella los mismos tics que el autor de Perlas quemadas endosa a las señoras venidas a menos de la burguesía autóctona. A Fernando Noy --también autor de una comedia musical, Pic, que nunca llegó a escena-- le basta hurgar con desparpajo en la ansiedad de estas mujeres que deben permanecer por varias horas en un hotel cinco estrellas pegado a un aeropuerto, para armar una historia sobre la soledad, los prejuicios y la banalidad de unos personajes contra los que probablemente nadie se rebelaría. Como escribió Pier Paolo Pasolini en su correspondencia al estadounidense Allen Ginsberg, a propósito de algunos sectores de la burguesía italiana: "Tu burguesía es una burguesía de locos, mientras que la mía la integran idiotas... ¿Cómo rebelarse ante la idiotez?". En otro contexto, Malala y Cococha no podrían ser sino lo que son, dos decadentes muy zafadas, dos "reventadas" en el lenguaje de Noy, y por eso una especie que no suscita rebeldía.

Incapaces de dominar el deseo de apoderarse del primer hombre que se les cruza, convierten su estadía en un lance a cuatro manos sobre el mucamo (Martín Churba), que dice ser miembro de un ignoto comité de defensa civil. La anécdota, surgida de un imprevisto (un avión que no despega por un "alerta meteorológico internacional"), se desarrolla entre ironías y chistes, prolijamente conducida por los directores Quique Canellas y Julio Suárez. Estos son los que ponen límites al alocado imaginario de Noy, salvo en el desenlace, momento en que Perlas... bordea el pastiche. Componiendo a las señoras, las espléndidas María Urdapilleta y Miriam Odorico saben vertir los excesos de sus personajes, patéticos y cómicos al mismo tiempo. Varadas en esa pieza de hotel, sus Cococha y Malala tendrán que tapar un escándalo, aunque ello signifique cargar con una mala conciencia. Algo que, por otra parte, importa poco. ¿Acaso la gente no vive ocultando cosas espantosas?

Tratar con humor asuntos serios, mezclando elementos del teatro popular, la comedia burguesa y el ceremonial under, es un recurso que el elenco de Peligroso Apoyarse maneja con soltura y una buena dosis de superficialidad, como para no provocar a nadie. Así, con simpleza argumental, pero con instinto para el espectáculo, Noy va mostrando su caudalosa inventiva para los contrapuntos y la creación de situaciones mínimas, larvadas, suficientes para el despegue de Cococha y Malala, dos señoras neuróticas y extraviadas, con las que, quiérase o no, es posible toparse a la vuelta de una esquina o en cualquier viaje en avión.

 

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