"¿Quién mata con flechas?"
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Por Alex Bellos, Domingo Neves no tuvo ni una oportunidad. Su cuerpo fue descubierto con una flecha en el hombro y otra en el estómago. Fue apuñalado varias veces y le habían arrancado el ojo izquierdo. Había salido a pescar por el día y no regresó esa noche. La muerte del campesino de 34 años sembró el pánico en la comunidad de 30 habitantes de Jord, un remoto asentamiento en el Amazonas brasileño. Jord queda a 104 kilómetros de la ruta más cercana y a 480 de Río Branco, capital del estado de Acre. La muerte, en diciembre pasado, fue la tercera que se recuerda en la zona. Hace unos pocos años, una madre y su hijo fueron asesinados de la misma manera. Sin duda fueron los indios. ¿Quién otro mata con flechas? El hombre blanco mata con armas de fuego, dijo Sydney Possuelo, de la agencia federal brasileña india Funai, que fue llamado a investigar. Ahora Possuelo acaba de anunciar que el misterio del asesinato de la jungla ha quedado resuelto: los asesinos pertenecían a una tribu india cuya existencia era desconocida hasta entonces. Después de volar durante más de 20 horas sobre el área circundante, su equipo de antropólogos había avistado un asentamiento de indios. Todo lo que se vio eran los techos de unas 15 chozas, medio escondidas debajo del follaje de la jungla. Dijo que ésa era la explicación de porqué llevó tanto tiempo encontrarlo. Nada se sabe sobre esta nueva tribu y ni sobre sus costumbres, lenguaje o vestimenta. Nadie conoce su nombre o su origen étnico. Todo lo que Funai puede decir es que, a juzgar por el tamaño de las chozas visibles en la fotografía, hay probablemente 200 indios viviendo ahí. Possuelo dijo que la explicación más plausible de los asesinatos era que a los indios les preocupaba que los colonos de Jord se apoderaran de sus recursos. El pueblo indio está cerca de los lagos donde la comunidad de Jord va a pescar y a cazar en esta época del año. Los indios probablemente descubrieron que los blancos estaban tomando su comida y decidieron asesinarlos. La política de Funai es no contactar a las tribus, dejarlas solas. Una vez que el departamento tiene la evidencia de que la tribu existe --como las fotos aéreas de las chozas-- trata de demarcar un área para ellos. Ahora que el departamento ha localizado a la tribu cerca de Jord, no hará más intentos de contactar a los indios. En cambio, reacomodarán a los habitantes de Jord. Esta es la decisión más lógica, de acuerdo con Possuelo. Son 200 indios contra 30 blancos. Es más razonable también dejar a los indios ahí, ya que vivieron ahí mucho más tiempo. "Concuerda más con nuestra filosofía", dijo. En una era de vigilancia satelital, podría suponerse que todas las comunidades del Amazonas ya fueron descubiertas. Pero dista mucho de ser cierto. Funai cree que hay hasta 55 tribus que no han hecho contacto con el hombre blanco. La tribu cerca de Jord es la primera descubierta en un año. El Amazonas es el único lugar en el mundo donde se piensa que quedan tribus sin localizar. Esta información está basada en informes de colonos, antropólogos y de tribus conocidas que se topan con incidentes, como el asesinato de Neves, que señalan vida humana que no era conocida. En las selvas tropicales de Africa y Papúa Nueva Guinea no hay tal evidencia. La mayor parte de los indios amazónicos han sido bien documentados por los académicos. Funai registró 215 tribus, como los yanomami, cerca de la frontera con Venezuela, que suman una población de unos 300.000 habitantes. Esto es comparado con un estimado de 6 millones en el 1500, el año en que los primeros colonizadores llegaron a Brasil. Possuelo es jefe del Departamento de Indios Aislados de Funai, un sector de nueve equipos cuya tarea es documentar todas las tribus no contactadas. Son modernos Indiana Jones: los llaman a áreas donde hay informes de posibles tribus y luego son enviados a la jungla. La mayoría de la gente no cree que este tipo de indios todavía exista. "Tenemos que convencer a la gente de que sí existen para poder protegerlos. Tenemos que marcarles el territorio", dijo Possuelo. Hasta 1989, la política brasileña era contactar a las nuevas tribus, porque el contacto parecía la mejor manera de protegerlos de los mineros y los taladores de árboles. Pero en la práctica sucedió lo contrario. En la década del 70, la tribu krenhacarore fue contactada para protegerla de las consecuencias de un camino que se estaba construyendo en la tierra de la tribu. Unos pocos años después el 90 por ciento de los miembros de la tribu había muerto de enfermedades traídas por el hombre blanco. Ahora, la política de Funai es dejar tranquilas a las tribus no contactadas. La violencia de la tribu cerca de Jord surge después de varios encuentros similares en las últimas décadas con otras tribus. La tribu xarara, en el estado de Pará, asesinó a varias personas e hirió a muchas más durante la década del 80. La masacre mayor sucedió en la década del 70, durante la construcción de la ruta de Manaos, la capital del estado de Amazonas, a Venezuela. Unas 100 personas murieron a manos de la tribu atroari-waimari, que estaban defendiendo su territorio. Possuelo cree que la violencia de las tribus es porque se sienten perseguidas. "Los indios no son salvajes que andan por ahí matando blancos. Se están defendiendo. Creo que todas las tribus aisladas han tenido en algún momento contacto con la sociedad de afuera. En algún momento fueron perseguidas. Saben que hay una gran tribu afuera que puede matar gente desde una gran distancia con armas de fuego. Así que ya le tienen un cierto odio al hombre blanco. Tienen una historia de 500 años de persecución." Traducción: Celita Doyhambéhère
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