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LA SELECCION SONO BIEN, GOLEO A JAMAICA Y ESTA EN OCTAVOS
Milonga con variaciones


Asociada al día de la música celebrado ayer, Argentina se aprovechó de los atriles que sostenían ingenuamente sus rivales jamaiquinos, ganó por goleada y se clasificó.

Ortega y Batistuta se abrazan en el festejo, la pelota muda en el gol.

Miedo: Ese que Argentina le mete a todos sus rivales por ahora es más importante que el que nos puede agarrar cuando se recuerda la confusión.

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Por Juan José Panno   desde París

t.gif (67 bytes) Un periodista colombiano asegura que Argentina se recibió de candidato, una colega de la televisión uruguaya guiña un ojo, un holandés sonríe cómplice y señala con los dedos índices de ida y vuelta, lo que debe entenderse como "ustedes y nosotros, eh...". Uno los escucha que desparraman elogios por teléfono, y capta de reojo que los españoles miran con envidia, los brasileños con recelo, los franceses con admiración. "Argentinien gout", se escucha en el Centro de Prensa, un ratito después de la goleada que permitió, como en las Eliminatorias, la clasificación antes de tiempo. Y uno, y los colegas argentinos de uno, cruzamos este paisaje mirando medio de costado, con una mezcla de aire canchero y desconfianza. "Ojo que no le ganamos a nadie", decimos, pensamos, sentimos. Nos brota en la piel.

No es cosa de todos los días, esto de hacer cinco goles en un Mundial. De hecho, hasta ahora sólo los holandeses cantaron "línea" en el bingo de este campeonato. Tampoco son muchos los que pueden mostrar un delantero con la potencia demoledora de Batistuta y un enganche con la habilidad y la brillantez de Ortega, capaz de hacer dos goles casi calcados uno de derecha y otro de zurda. Argentina demolió a Jamaica y, lo que es más importante, se superó en relación al domingo medio tristón de Toulouse.

El equipo de Passarella ya está adentro, se ubicó primero en su grupo, ganó la consideración general, levantó el ánimo, terminó la tarde con show de goles y con fiesta adentro y afuera. Aleluya.

Pero no habrá que demorar demasiado en llamar a las cosas por su nombre y ubicar la realidad con el claro punto de referencia del rival: Argentina le ganó al peor equipo del campeonato, el más ingenuo, el más rústico. Si los jamaiquinos no llevaran puestas esas coloridas ropas amarillas y negras matizadas en algunos casos con botines colorados; si se vistieran de gris metalizado, serían el seleccionado de Robocop. Tienen conectado todo el tiempo el botón de correr y saltar, son mecánicos, rígidos en su articulación física y futbolística, muchas veces le pegan para adelante sin ningún sentido.

Visto de otro modo, puede comparárselos con gigantescos conos de colores en un entrenamiento con público dispuesto por Passarella para que su equipo trabaje sobre variantes ofensivas frente a rivales de verdad que se paren en actitud defensiva. Ante este rival, el ensayo mostró en Argentina la cara de la confusión en gran parte del primer tiempo y la de la contundencia (cuando estaban 1-0 y habían expulsado a uno de los gigantes de madera) en el segundo tiempo.

Cuando Argentina quiso hacer todo a mil por hora, y Almeyda y Simeone trasladaron hasta el aburrimiento, cuando la resolución quedó en los pies del Piojo López, cuando el pelotazo era una constante, la pelota terminó rebotando una y otra vez contra los conos de colores para que los jugadores de celeste y blanco volvieran a empezar. Cuando la pelota llegaba cuadrada a los dos de punta, la sensación que generaba el equipo era de un profundo fastidio. Pero como está Batistuta y está Ortega, y a Verón de vez en cuando le sale una buena, las individualidades rompieron el cero y abrieron el camino del triunfo. La circulación fluida empezó a llegar en el segundo tiempo, después de los dos toques sutiles de Ortega, cuando en la chapa ya esta puesto el 2-0 y los jamaiquinos tenían uno menos. Primero las individualidades, después el equipo.

La entrada de Gallardo no decidió nada, porque el partido estaba 3-0, pero dejó un claro mensaje hacia adentro y hacia afuera. Con Gallardo, ven los otros, Argentina tiene una variante interesante. Con Gallardo, que en la cancha hace todo bien, todo prolijo, todo sencillo, Passarella deberá pensar dos veces si Zanetti o el Piojo López deben estar en la cancha. Mientras embala los conos de colores para mandarlos de vuelta a Jamaica, con la seguridad de que ya no podrá utilizarlos a partir de ahora (todo lo que venga será distinto) Passarella puede descansar tranquilo. En ese ensayo, Argentina sonó de a ratos bien afinado. Metió miedo. Y ese miedo que le mete a todos sus rivales por ahora es más importante que el que nos puede agarrar cuando se recuerda los momentos de confusión. Hasta aquí, Argentina es el puntero del grupo. Y puede darse que termine siendo un gallardo campeón.

 

ARRIBA ESTUVO LO MÁS INTERESANTE DEL EQUIPO

Por J.J.P. desde París

Ariel Ortega festeja el segundo gol ante los fotógrafos.

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Carlos Roa (5): Intervino muy poco, y le costó responder en frío a dos pelotazos cruzados que salió a cortar a destiempo. Los dos centros que no pudo descolgar terminaron en cabezazos y fueron las llegadas más claras de los jamaiquinos. Por lo demás, no tuvo problemas con las "masitas" de larga distancias que le mandaron empaquetadas a sus manos.

Roberto Sensini (6): Lo persigue la mala suerte. Contra Japón se fracturó un dedo; ahora, cuando apenas iban 25 minutos de juego se fue lesionado en la pierna izquierda. Mientras estuvo se ocupó sin problemas de su marca y hasta apareció sorpresivamente en ataque; aunque no pudo definir bien al segundo palo. Perdió dos veces al salir jugando y provocó dos contraataques.

Roberto Ayala (6): Bien, cuando en su natural posición de líbero salió a cortar sobre los laterales. De arriba --su fuerte-- no perdió nunca. Se desacomodó en algún mano a mano cuando por algunos pocos minutos, tras la salida de Sensini, quedó como stopper cambiando el rol con Chamot.

José Chamot (6): Se ganó la amarilla --la primera que le sacan al equipo argentino que encabeza la tabla del fair play-- porque reaccionó después de un caño. Se las tuvo que arreglar en la marca con el jugador más buscado por los jamaiquinos y no tuvo mayores dificultades. Lo superaron en algún mano a mano aislado.

Diego Simeone (5): Esta vez jugó como volante de marca y no como lateral bis y mostró la generosidad y el vértigo que lo caracterizan. Esas urgencias que lo acompañan casi como un mal endémico hicieron que regalara muchas pelotas a los contrarios. Buscó mucho en ataque, resolvió bien pocas. Lo mejor: el pase a Batistuta en el cuarto gol.

Juan Verón (5): Bien, mejor que contra los japoneses, menos obligado a que todas las pelotas pasaran por sus pies. Estuvo brillante en la pared previa y el último toque a Ortega en el gol que abrió el camino a la victoria argentina. También se le debe anotar que no intentó lujos innecesarios y que metió un excelente zapatazo desde el borde del área que se fue muy cerca del travesaño.

Matías Almeyda (5): Con altibajos, como casi todos los del medio. Pone una voluntad que conmueve, pero a veces se trata simplemente de ocupar mejor los espacios. Recuperó bastante, como siempre, pero fue impreciso en el manejo de la pelota y trasladó demasiado. Se agrandó sobre el final y fue a buscar en el área jamaiquina intentando gambetear en la puerta del área o buscando de media distancia.

Javier Zanetti (6): A veces, cuando arranca, da la sensación de que resultará imparable, aunque se le crucen rivales por docenas en el camino; a veces se ve, a la distancia, que terminará irremediablemente en un choque o en un derrape. Con sus gambetas aportó algo de la claridad que el equipo no tenía cuando giraba sobre sus propia confusión, como pasó en buena parte del primer tiempo. Generoso también en su despliegue físico, pese a lo cual terminó entero.

Gabriel Batistuta (8): Los dos goles de cancha fueron espectaculares más que nada por la potencia con que le pegó a la pelota, clavándola contra el mismo palo. En el penal le dio tan fuerte que el balón pasó como un rayo y dejó enceguecido y petrificado al veterano arquero jamaiquino. Importante por los porotos que le permiten estar primero en la tabla de goleadores del Mundial y también por la forma en que se movió, entrando y saliendo, en el primer tiempo, en los momentos en que el equipo no encontraba el rumbo. Había avisado en el arranque del partido: antes del primer minuto había metido un remate mordido que salvó el arquero y un cabezazo que se fue cerca. Mete miedo a todos sus rivales.

Ariel Ortega (9): Hizo dos goles, uno de derecha y otro de zurda, metió un pase exacto a Batistuta en el tercero de Argentina, le hicieron el penal que significó el quinto e hizo echar al grandote que le tocó en el reparto en la marca. Powell se ganó la amarilla por un falta a Ortega a los 5 minutos y se fue expulsado por otra falta a Ortega sobre el final del primer tiempo. Desequilibrante con su gambeta, un lujo para la vista, aunque hasta su gol sólo había dado señales de vida en un par de apariciones fugaces.

Claudio López (5): Lo mejor de lo suyo fue el pase a Ortega en el segundo gol, haciendo la pausa exacta. Flojo, intrascendente, no ganó en velocidad y no tuvo justeza en ninguno de los centros que lanzó.

Nelson Vivas (5): No trasmite la misma seguridad que Sensini en el fondo, aunque no anduvo mal de arriba. Con la pelota estuvo más impreciso que otras veces y armó un par de contraataques evitables por falta de precisión.

Gallardo: (Ver Diez razones)

 


La sinceridad de Passarella
“No esperaba un 5-0”

t.gif (862 bytes) En la conferencia de prensa posterior a la goleada se vio alegría serena y algunas ausencias significativas. Esto es lo más rescatable:
l “Esperábamos ganar para no correr con desventaja contra Croacia, pero no esperábamos lograr un marcador tan abultado. Argentina jugó muy bien, controló los tiempos del partido, la pelota y tuvo la aceleración justa que sorprendió a Jamaica. Contra Japón, el equipo había sufrido la presión del debut, pero hoy se soltó y jugó como a todos nos gusta”. (Daniel Passarella).
l “Todo viene dado para que sea el goleador del Mundial, pero eso no es tan fácil”. (Gabriel Batistuta).
l “Jamaica fue un equipo duro y con experiencia, que nos dio un poco de trabajo al comienzo, pero nada más. Argentina jugó bien, no sufrió y demostró que es un equipo muy compacto”. (Juan Sebastián Verón)
l “La defensa de Argentina se mostró muy sólida, aunque cuando se marca con tres en el fondo quedan muchos espacios y todo se hace más difícil”. (Roberto Ayala).
l “Puedo rendir mucho más de lo que demostré hoy, pero lo importante ahora es que el equipo se siga consolidando. Argentina demostró que progresó en relación al partido con Japón, pero todavía le falta mucho para parecerse al conjunto contundente que jugó los encuentros previos al Mundial”. (Claudio López).
l “En el entretiempo, Passarella nos pidió que continuáramos jugando de la misma manera, teniendo la pelota, haciéndola circular y que aprovecháramos los espacios”. (Marcelo Gallardo).
l “Sensini sintió un dolor en el recto de la pierna izquierda y por eso mañana (por hoy) se le harán los estudios que correspondan para saber con exactitud el grado de la lesión y cuánto tiempo va a demandar su recuperación”. (Daniel Passarella).

 

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