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POR QUE BAGNASCO
Por Luis Bruschtein

t.gif (67 bytes)   Adolfo Luis Bagnasco tiene 43 años y desde hace cinco se desempeña como juez federal. En su juzgado número 7 de los tribunales porteños, se investigan 340 causas. Dos de ellas han ocupado varias veces las primeras planas de diarios y revistas porque de alguna manera tienen el perfil de “casos testigos” de una causa más global que afecta a la Justicia en su conjunto, en un país donde parece reinar la impunidad de los delitos que involucran al poder político o al poder económico.
En la causa IBM-Banco Nación se investigan coimas presuntamente efectuadas por una de las transnacionales más importantes del mundo a altos funcionarios del Gobierno. Se trata probablemente de una de las coimas más altas en la historia si se le agrega el sobreprecio que se habría pagado. La investigación llegó a descubrir cuentas bancarias secretas en Suiza y fueron imputados varios ejecutivos de la transnacional, incluyendo a cuatro de la casa central en los Estados Unidos, así como a altos directivos del Banco Nación. Esta causa se convertiría en una de las pocas en que funcionarios e importantes empresarios corruptos terminan en la cárcel.
En la otra causa se investiga la sustracción de menores y la supresión de sus identidades durante la dictadura militar y en todo el país. Arrancarle un hijo a su madre, asesinarla luego de torturarla y entregar a los bebés a personas que fueron cómplices en ese proceso, además de ser una actitud profundamente cobarde porque se ensaña con mujeres indefensas, con niños y sus familiares, avergüenza a cualquier ciudadano de un país donde ese delito no haya sido castigado. Resulta inconcebible que haya militares, abogados o periodistas que lo justifiquen o traten de ocultarlo con cualquier argumento. Ni la peor “guerra sucia” lo justifica.
Aun en lo que se llama la “legislación de la impunidad” –las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y los indultos– se exceptúa del perdón a quienes hayan cometido este delito de lesa humanidad. La vergüenza de todo un país por mantener la impunidad de estos delincuentes solamente puede ser recuperada con un acto de justicia.
En esa medida, el juez Bagnasco tiene en sus manos dos temas que trascienden una causa judicial más. El mismo juez señala en esta entrevista que la sociedad comenzó a tomar en cuenta al Poder Judicial como otro poder republicano, a partir del juicio a los ex comandantes. “Hubo siete mil pedidos de hábeas corpus presentados ante los jueces durante la dictadura y no hubo respuestas –afirmó–, y nadie protestó porque todos consideraban a los jueces como parte del Gobierno”. Estos juicios, al igual que aquél, son tomados por la sociedad como un pilar donde se asientan los principios básicos de ética y justicia para la convivencia en paz.

 

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