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PAGINA 12 EN GRAN BRETAÑA Por Marcelo Justo desde Londres Las organizaciones gay británicas calificaron de histórico el voto de la Cámara de los Comunes anoche en favor de la equiparación de la llamada "edad de consentimiento" (age of consent: edad legal para mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo) para relaciones homosexuales y heterosexuales. Por abrumadora mayoría, los diputados votaron a favor de la despenalización de las relaciones homosexuales a partir de los 16 años, poniéndola en un pie de igualdad con las relaciones heterosexuales. La Iglesia Anglicana fustigó duramente la decisión de los parlamentarios británicos señalando que se estaba enviando "una señal equivocada" a los adolescentes respecto del tipo de sociedad que se buscaba. En cambio, Outrage y otras organizaciones que defienden los derechos de la comunidad gay opinaron que la votación era un paso gigantesco para terminar con la discriminación contra los homosexuales.La votación de anoche significa que una vez que se finalicen los tres pasos formales que quedan para la aprobación --debate en la Cámara de los Lores y reenvío del proyecto a la Cámara de los Comunes que lo somete a la firma de la reina Isabel-- el umbral legal que establece la ley británica para mantener relaciones homosexuales descenderá por segunda vez en cuatro años, pasando de 18 a 16 años de edad. En 1994 la Cámara de los Comunes se pronunció a favor de una reducción de la "edad de consentimiento" para las relaciones homosexuales de 21 a 18 años, pero se opuso por un estrecho margen al proyecto que buscaba la equiparación. Esta vez la Cámara votó por 336 a favor y 129 en contra. Entre una y otra votación hubo un cambio de gobierno y otro de actitud. En poco más de un año el "Nuevo Laborismo" de Tony Blair marcó un cambio radical respecto de la homosexualidad y los grupos gay. Mientras que los conservadores insistieron hasta la derrota electoral del año pasado que eran el Partido de la Familia, el nuevo primer ministro comenzó su mandato nombrando a un declarado homosexual, Chris Smith, como ministro de Cultura, Medios y Deportes. A los dos diputados laboristas que habían ganado su escaño en la elección del 1º de mayo del año pasado después de confesar públicamente su homosexualidad, se añadieron otros tres legisladores que no dudaron en revelar su orientación sexual, entre ellos la secretaria de Estado de Medio Ambiente, Angela Eagle. A este cambio de imagen se añadió uno de actitud en la sociedad entera. Los opositores en 1994 a que se rebajara la edad de consentimiento a 18 años predijeron una catástrofe en caso de que se aprobara un cambio de la ley. El argumento era que los adolescentes quedarían desprotegidos a una edad en la que definen su orientación sexual y en la que están expuestos a todo tipo de influencias. Pero la "catástrofe" no ocurrió. En estos cuatro años, no hubo ningún cambio visible o masivo en la orientación sexual de los adolescentes. El argumento que habían favorecido los pragmáticos --el umbral legal no evita las relaciones homosexuales a ninguna edad: sólo las vuelve clandestinas-- predominó sobre las predicciones apocalípticas de los que querían aferrarse al statu quo victoriano. Anoche los líderes de los tres partidos principales, el gabinete laborista en su conjunto con una excepción, y hasta una mayoría de los diputados conservadores se manifestaron a favor de la equiparación de la "edad de consentimiento". La misma British Medical Association, que nuclea a los médicos de Gran Bretaña, apoyó el cambio en la ley indicando que un alto porcentaje de adolescentes estaban expuestos al sida y que el castigo contemplado por la ley tenía un único efecto: impedía que menores de edad pidiesen u obtuviesen asesoramiento médico. Señal de los cambios ocurridos en los últimos cuatro años es que hasta la Iglesia Anglicana, que encabezó la oposición a la reforma, mostró fisuras a la hora de definir su posición: mientras su máxima autoridad, el arzobispo de Canterbury George Carey se manifestó en contra, una influyente minoría de obispos se pronunció a favor.
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