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RUMANIA VENCIO 2-1 A INGLATERRA SOBRE LA HORA
Drácula está de moda

El equipo de Hagi se clasificó para los octavos con un gol de Petrescu en el último minuto. Con este resultado, Inglaterra está segundo en el Grupo G y podría ser el rival de Argentina.

Contentos como Drácula comiendo morcilla, los rumanos festejan el triunfo agónico.
Por tercer mundial consecutivo, se clasificaron para los octavos de final. Hagi sigue siendo el líder.

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2

RUMANIA
Stelea; D. Petrescu, Cobotariu, Gheorghe Popescu; Monteanu, Hagi, Galca, Gabriel Popescu, Filipescu; Moldovan, Ilie.
DT. Anghel Iordanescu.

1

INGLATERRA
Seaman; Campbell, Le Saux, Adams, Neville; Ince, Batty, Scholes, Anderton; Shearer, Sheringham.
DT. Glenn Hoodle.
Estadio: Municipal de Toulouse.
Arbitro: Marc Batta (Francia).
Goles: 47m Moldovan (R); 83m Owen (I); 90m Petrescu (R).
Cambios: 33m Beckham por Ince (I); 73m Stinga por Hagi (R); 74m Owen por Sherngham (I); 84m Marinescu por Moldovan (R).

t.gif (862 bytes) Rumania aseguró este lunes su pase a los octavos de final de la Copa del Mundo, al vencer a Inglaterra por 2-1 en Toulouse, haciendo prevalecer su fútbol técnico. El equipo de Anghel Iordanescu enseñó a Inglaterra el fútbol que ésta quería, el del toque, el de la habilidad, el de la caricia a la pelota, para hacerse con un triunfo merecido, aunque llegara con un gol en el último minuto.
Para más agravio, Rumania ganó recurriendo en última instancia a los dos jugadores de su selección que militan en clubes ingleses. Impuso el juego a la rumana y dejó los goles para sus “mercenarios” a sueldo de los británicos: Viorel Moldovan, delantero del Coventry, que marcó en el minuto 47; y Dan Petrescu, defensor del Chelsea, en el minuto 90.
Los rumanos tienen dos cualidades que convergen y forman un cóctel ideal. Como latinos, se basan en el fútbol técnico y como europeos del Este tienen la frialdad necesaria para administrar el encuentro. Y eso hicieron. Marcaron un gol al inicio del segundo tiempo y mantuvieron el compás que les convenía, el mismo que los guió durante todo el encuentro. Su calculador trabajo estuvo a punto de irse al diablo con el gol del joven delantero del Liverpool, Michael Owen. Pero el gol de Petrescu hizo justicia al juego de calor y frío, de técnica y cálculo, que habían llevado los rumanos. Igual que Chile, cuando venció a Inglaterra en Londres en febrero con todas las cualidades del fútbol latino, con los mismos elementos y con hombres muy expertos y sabios en ese tipo de menesteres, Rumania hizo lo mismo en este Estadio Municipal con un ambiente idéntico al de Wembley.
Desde el primer momento acarició, mareó la pelota y la escondió hasta desesperar a los ingleses. Mientras que éstos, fieles a su estilo, buscaban un fútbol vertical para llegar cuanto antes al arco, Rumania hacía que la pelota pasase por todos sus hombres.
Al principio sólo les fallaba su genio, el cerebral Gheorghe Hagi, el “Maradona de los Cárpatos” quien, mientras que sus compañeros mantenían la calma, andaba un poco revolucionado. Pero en el descanso debió haberse dado una ducha, ya que de sus botines nació el gol de Moldovan a los dos minutos de juego del segundo tiempo. Y los rumanos ya no pasaron muchos apuros a pesar de que Paul Scholes se tiraba al suelo cerca o dentro del área para engañar al árbitro. A los rumanos les salieron chichones en la cabeza de despejar pelotas aéreas. Pese a que controlaban el partido, llegó el gol de Owen. Pero con la misma frialdad que habían tenido hasta ese momento, marcaron otro gol y ganaron. Pero Owen estaba protestón y después estrelló un pelotazo en el poste.

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