Las empresas
de medicina prepaga, si no quieren exponerse a multas de hasta 500 mil pesos, tendrán que
dejar de aplicar en 30 días las cláusulas abusivas de sus contratos y adecuar éstos a
la Ley de Defensa del Consumidor. Lo anunció ayer en conferencia de prensa el secretario
de Industria y Comercio, Alieto Guadagni, quien destacó que las tres cámaras del sector
ya fueron notificadas de la medida. Además, Guadagni confirmó como lo anticipara
anteayer Página/12 que el actual subsecretario de Comercio Interior, Marcelo
Garriga, reemplazará a Jorge Bogo al frente de la Dirección Nacional de Defensa de la
Competencia.
Esa Subsecretaría, tras realizar una investigación de oficio de todos los contratos de
medicina prepaga, identificó diez cláusulas abusivas:
u Las que prevén el pago de una cuota adicional para las personas mayores de 70 años sin
informar al inicio del contrato cuáles serán los parámetros y criterios en base a los
cuales se calculará el adicional.
u Las que facultan unilateralmente a estas empresas a decidir aumentos en los valores de
las cuotas sin mediar comunicación previa al usuario para ejercer su derecho de renuncia
a los servicios o dar su consentimiento.
u La exclusión de usuarios del sistema médico en virtud del descubrimiento de dolencias
por parte de los prestadores que éstos no le hayan comunicado a la prepaga.
u Que la prepaga pueda limitar su responsabilidad cuando un adherente ha sufrido perjuicio
(mala praxis) producido por profesionales que integran el listado de planes cerrados de
las prestadoras.
u Las cláusulas y prácticas que limitan las prestaciones médicas porque se considera,
por ejemplo, que una internación es demasiado prolongada, sin fundamentos científicos ni
decisión del propio facultativo.
u Las que permiten excluir adherentes por la presencia de enfermedades catalogadas
genéricamente como crónicas o seniles sin que exista especificación previa de cuáles
son.
u El impedimento a renunciar a una prepaga si se es moroso a pesar de que la empresa
suspende sus prestaciones.
u Cláusulas que no cumplen o son contradictorias u opuestas a la ley de prestación del
Plan Médico Obligatorio (PMO).
u Las que obligan a los asociados a ceder a favor de la prepaga de todos los derechos
contra terceros con motivo de accidentes cuando en realidad los únicos servicios que
pueden tomar las empresas son los vinculados con prestaciones médicas.
u Las que habilitan el recargo de intereses en caso de mora en el pago mensual sin
determinar las tasas a aplicar.
Garriga explicó que esta investigación, que pone en un brete a las prepagas, surgió del
análisis de una serie de casos particulares denunciados a Comercio Interior. Por eso la
notificación a las cámaras del sector fue acompañada de órdenes específicas de cese
de los abusos de varias prepagas que no fueron identificadas por las autoridades.
El subsecretario recordó que las denuncias contra estas empresas durante el año último
sumaron 130 y constituyeron el 7,7 por ciento del total de casos cuestionados por los
consumidores. Aunque reconoció que no todas ellas estaban referidas a problemas con las
cláusulas contractuales. Este año esas denuncias ya suman cuarenta y ocho.
Adhesiones con trampa
Los abusos cometidos por las prepagas, que acaban de sancionar la Secretaría de Comercio,
son un caso particular de los difundidos problemas provocados por los denominados
contratos de adhesión. Estos se caracterizan porque las empresas se reservan el derecho a
cambiar las condiciones de los contratos sin previo aviso. Es la famosa letra chica que
aparece también en los convenios de tarjeta de crédito.
Las quejas de los consumidores por estos abusos incluyen, entre otros casos, los contratos
de adquisición de autos por planes de ahorro, los de tiempos compartidos y también los
de pólizas de seguros.
El tema está siendo privilegiado, dada la protesta generalizada por la Dirección de
Defensa del Consumidor, en manos de Carlos Vanella. |
EL GIGANTE AT&T SE QUEDA CON TCI
Compra de largo alcance
El
gigante estadounidense AT&T hizo temblar ayer al mercado mundial de las
telecomunicaciones, al anunciar el arribo a un acuerdo para la compra de TCI, socia en
Argentina del CEI y Telefónica Internacional en las firmas Cablevisión y Torneos y
Competencias. La absorción, que se concretaría por un valor total de 48 mil millones de
dólares, hará de AT&T la primera compañía de telecomunicaciones y la segunda en
distribución de servicios de cable en los Estados Unidos.
La operación deberá pasar no sólo la aprobación de los accionistas de ambas
compañías, sino también el análisis de los reguladores federales, que deberán
determinar si la concentración no perjudica a la libre competencia y a los
consumidores, según anticipó ayer la fiscal general Janet Reno, pocas horas
después del anuncio.
La compra de TCI le permitirá a AT&T volver a incursionar en la telefonía en Estados
Unidos, sector que tenía vedado desde hace más de una década, cuando por aplicación de
las leyes antimonopólicas se la obligó a subdividir al gigante Bell en siete compañías
independientes. Actualmente, el fuerte de AT&T está en el servicio de telefonía a
larga distancia y móvil, y acceso a Internet, pero a partir de la fusión podría
combinar dichas prestaciones con los más de 14 millones de abonados de TCI a los
servicios de telefonía básica y televisión por cable.
La entrada del gigante de las comunicaciones estadounidense en TCI le posibilitará,
además, empezar a jugar un rol más protagónico en el mercado argentino, luego de
sucesivos fracasos. La última empresa mantuvo el control de Cablevisión asociada a
Eduardo Eurnekian hasta que decidió la venta del paquete de control al CEI. Dicha
operación le abrió las puertas a una participación accionaria en otros negocios del
consorcio cuyos socios principales son Raúl Moneta y el fondo texano Hicks Muse, y
aliarse a Telefónica Internacional, tradicional rival de AT&T en el mercado mundial.
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