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Jose Luis Machinea anticipó ayer que el sector externo será el principal flanco débil de la economía argentina en lo que resta del año. Con un déficit en cuenta corriente (pagos contra ingresos en divisas) de 16.000 millones de dólares, un desequilibrio en la balanza comercial de 8000 millones y una quinta parte de la economía mundial (el sudeste asiático y Japón) en estancamiento, las exportaciones argentinas son altamente vulnerables a la volatilidad de los mercados, diagnosticó el economista referente de la Alianza UCR-Frepaso. En una charla que brindó en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, Machinea señaló que aunque Argentina está hoy en mejores condiciones financieras y fiscales que en 1995, cuando recibió el impacto de la crisis del tequila, presenta una vulnerabilidad externa muy grande. El riesgo país (valuación crediticia de las calificadoras y bancos internacionales) ha empezado a aumentar y los mercados financieros se están cerrando, no sólo para Argentina, describió. Ahora se pagarán los costos por los deberes que no se hicieron para mejorar la competitividad de la producción argentina, refirió. Machinea recordó que Argentina resistió el Tequila con una fuerte recesión, pero sin variar las reglas macroeconómicas. Señaló luego que esto es así frente a un shock externo cuando uno tiene un esquema como la convertibilidad, que impide dar señales de precios a través de una devaluación, la cual induce a exportar más e importar menos. Cuando no existe esa herramienta, el ajuste se da a través del nivel de actividad. Aclaró, de todos modos, que la convertibilidad no admite discusiones en Argentina, va a estar con nosotros por muchos años más. Y señaló que no hay forma de imaginar la salida de la convertibilidad como una medida de política económica: ahora que la tenemos, hay que aguzar el ingenio para mejorar la competitividad. El principal economista de la Alianza apuntó que si no mejora la competitividad, será difícil crecer más en los próximos años. Entre los elementos que lo harían posible, se refirió a la educación, la capacitación de los recursos humanos y la reducción de los impuestos al trabajo. Ante una pregunta de Página/12, dijo no conocer las razones del alejamiento de Jorge Bogo de la Comisión de Defensa de la Competencia, pero admitió que era un tema preocupante, ya que el funcionario había cumplido un papel elogiable. Se preguntó por qué hay que financiar la salud o a los jubilados con impuestos a los salarios; el problema es que si saco esos impuestos, tengo que financiar con otros. Y en ese aspecto, dijo que la reforma impositiva enviada por el Ejecutivo al Congreso va en el sentido correcto, aunque marcó algunas deficiencias en cuanto a sus tiempos de implementación. Por qué no empezar (eliminando los aportes patronales) por las actividades que compiten con el exterior, como una transición, para después reducirle el impuesto a todos, dijo a modo de sugerencia. Aunque rehusó definir la posición de la Alianza respecto de dicha reforma (está en discusión entre los legisladores), expuso su opinión personal contraria al impuesto al stock de endeudamiento, el cual estimó que encarece en un 7,5 por ciento en promedio el costo de cualquier inversión. También cuestionó el impuesto a los activos de las empresas, que actuaría como un gravamen a las ganancias presuntas. Es un espanto, un mal impuesto, ya que busca ir a recaudar sobre los stocks porque no se sabe cómo ir a buscar a los que evaden, que sólo puede ser aceptado como un gravamen de emergencia, señaló. Machinea también reclamó, en materia de administración tributaria, el cumplimiento de los pagos en término de los reintegros de impuestos a los exportadores. El Gobierno debería tomar deuda en el mercado para pagar los reintegros, y no financiarse a tasa cero con el dinero de los exportadores, subrayó.
Las
negociaciones para establecer el nuevo régimen automotor del Mercosur salieron del
estancamiento. Ayer se reunieron en Buenos Aires los ministros y secretarios de industria
del bloque, en un encuentro que continuará hoy. El ministro brasileño, José Botafogo
Gonçalves, aseguró que en la cumbre de cancilleres que se realizará a fines de julio en
Ushuaia se presentarán los lineamientos básicos del convenio. Pero hasta
entonces habrá varios puntos por resolver.
El
gobierno de Fernando Henrique Cardoso reduciría el ritmo de devaluación del real, según
afirmó Gustavo Franco, presidente del Banco Central brasileño, en una entrevista
concedida al Jornal do Brasil. No podemos seguir devaluando el 6 a 7 por ciento
anual frente a una tasa de inflación de entre 2 y 3 por ciento, explicó. Es, si se
confirma, una buena noticia para la Argentina, que encamina hacia el gran vecino casi un
30 por ciento de sus exportaciones. Ya bastante malo es el impacto del giro recesivo de la
economía brasileña, que tras haber crecido 3 por ciento en 1997, no llegaría este año
al 2 por ciento.
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