El presidente
Carlos Menem estaba relajado, ayer, cuando tras un almuerzo con empresarios en el Hotel
Marriot se sentó a la mesa de los periodistas y aguardó la pregunta. Duhalde dijo
que si había un plebiscito para reformar la Constitución usted no sacaría el 51 por
ciento de los votos necesarios, ¿qué opina?, escuchó y fingió sorprenderse.
No quiero responderle ni entrar en polémica con el compañero Duhalde ni con
ningún integrante de mi partido, dijo, pero después pensó un segundo y disparó:
bueno, si no tengo el consenso de la gente no hay por qué afligirse. Luego,
aunque dijo que personalmente no la suscribiría, admitió la posibilidad de que el PJ
hiciera una presentación formal ante la Justicia solicitando la habilitación para el
tercer mandato. Y habló de una infinidad de precandidatos justicialistas para
disputar la interna del partido rumbo al 99.
Así, tras los misiles lanzados por sus fieles, ayer fue el propio Menem quien apuntó
contra el pacto de no agresión declarado con Duhalde. Un día antes, Armando Gostanian
había dicho que el gobernador de Buenos Aires no se levanta más, Carlos
Corach bendijo el proyecto del plebiscito de Jorge Yoma y habló del consenso
social que existe alrededor del tema de la rereelección.
El Presidente almorzó ayer con unos 40 empresarios rusos y argentinos entre quienes se
encontraban Amalita Lacroze de Fortabat, Carlos Bulgheroni, Carlos Castro Volpe, titular
de Molinos, Sergio Einaudi, de Techint, y el vice de la UIA, Alberto Alvarez Gaiani, entre
otros. Curiosamente Bulgheroni, quien en los últimos años evitó las definiciones
políticas, no dudó ayer en decir que si no se le diese la oportunidad de presentarse a
elección por un tercer mandato estaría proscripto (ver aparte).
El Hotel Marriot fue elegido por la Cancillería, en reemplazo del Hotel Metropol donde se
aloja casi toda la comitiva oficial, para abaratar costos, pero varias sillas quedaron
vacías: varios empresarios rusos no cambiaron por Menem su costumbre de escaparse a las
dachas (casas de fin de semana en las afueras de Moscú) a mediodía del viernes. Por la
mañana, Menem mantuvo un encuentro en la residencia que se le asignó en el Kremlin con
el alcalde de Moscú, un ferviente promotor de una segunda reelección -también
cuestionada legalmente de Boris Yeltsin a partir del año 2000.
Es fue el pie que Menem necesitaba para lanzarse contra Duhalde durante el encuentro con
la prensa. El tema (de la reelección) lo tocamos con el señor intendente de
Moscú, quien ha manifestado su lealtad total al presidente Yeltsin y en caso de que se le
dé la oportunidad lo va a volver a apoyar, contó. Aseguró que ni por
broma conversó con Yeltsin sobre la reelección y, como antes de ingresar al
almuerzo le habían acercado los cables de prensa de Buenos Aires, esperó confiado la
pregunta sobre Duhalde.
Al tema (de la reelección) lo instalaron los medios, se justificó con una
sonrisa. No le parece que lo instalaron las presentaciones judiciales de afiliados
del peronismo, le acotó alguien. Entonces le consultaron si en algún momento
llegaría a hacer él mismo una presentación ante la Justicia para habilitar su
candidatura. No. Pero en el caso de que el PJ quiera hacer alguna presentación yo
me voy a inhibir, respondió.
Dada la línea de autoridades dentro del justicialismo, ¿la va tener que hacer
Duhalde?
Entre risas contestó: o Duhalde o el que le sigue. ¿Y si no la hace Duhalde a
quién le corresponde? A Reutemann o los que quedan...
Dijo que sí estaba preocupado por la sucesión: quiero que sea un peronista,
afirmó como quien marca la cancha. Entonces, habló de unainfinidad de
candidatos dentro del partido: Veo a varios políticos bien plantados como
candidatos del partido: a Duhalde, a Ortega, a Reutemann, hay una infinidad. En cada uno
de los gobernadores peronistas, o de diputados o de senadores, hay un candidato en
potencia, aseguró para irritación de Duhalde. Como lo remarcan aquí en el entorno
más cercano al Presidente, a Menem la tregua con Duhalde le puede venir bien por un
rato para arreglar algunas cosas dentro del partido, pero mucho mejor le viene que el tema
de la reelección siga instalado bien alto y para eso siempre hay que regarlo,
comentó a este diario un funcionario. Menem sabe que esa es la mejor forma hoy de
preservar el poder casi intacto y, tal vez mañana, de extenderlo más allá del siglo XX.
PIZZA CON VODKA
* Las desventuras de funcionarios argentinos y
periodistas en el Kremlin continuaron ayer. De nuevo una parte del grupo de periodistas
fue detenido en el control de acceso por un guardia que casi encarcela al primer
secretario de la embajada argentina, quien suplicaba: Soy diplomático, no me pueden
tratar como un bandido. El jueves, durante la cena entre Menem y Yeltsin, el propio
Corach llegó demorado, lo detuvieron en la sala de acceso contigua al comedor, tras lo
cual el ministro se retiró puteando. Sólo regresó cuando los comensales salieron a
buscarlo. El tercer incidente lo vivió el vicecanciller, Andrés Cisneros, que en una
reunión previa al encuentro de presidentes se fue a los empujones con un fornido capitán
ruso que lo mantenía inmovilizado hasta chequear su identidad.
* Las similitudes entre Argentina y Rusia, ya sea por los
intentos reeleccionistas de sus presidentes o por su situaciones económicas, fueron
resaltadas por la prensa local. Ayer el diario The Moscow Tribune, impreso en inglés para
la comunidad de negocios local, advirtió sobre severas sospechas de que la masiva compra
de canales de televisión locales por grupos extranjeros con vínculos locales responda a
una estrategia orquestada para manipular políticamente los medios de comunicación en
favor de Yeltsin. |
Que esté abierta la posibilidad para Menem
A Carlos Bulgheroni,
petrolero, miembro del
G-8 y hombre fundamental del establishment,
le gustaría que el Presidente fuese candidato.
Si
yo fuera la oposición, confiaría en mis propias fuerzas y plantearía que esté abierta
la posibilidad de que Menem sea de nuevo candidato, le dijo a Página/12 Carlos
Bulgheroni, uno de los empresarios más poderosos de las últimas décadas en el país.
Para el titular del grupo Bridas, desde el año pasado asociado a la petrolera americana
Amoco, el mismo concepto vale para Duhalde: Si fuera un candidato dentro de propio
justicialismo confiado en ganarle una interna a Menem, haría lo mismo. Yo
creo que la Argentina ya vivió confundida por muchos años cuando se proscribió de una
forma u otra a determinados candidatos, afirmó en un reportaje concedido a este
diario. Hoy, Bulgheroni vive un tercio del año en Argentina y el resto lo reparte entre
Nueva York, Londres, Moscú y Turkmenistán, donde posee un yacimiento con reservas de
petróleo equivalentes a las de toda la Argentina. Allá por los años 80, cuando residía
full time en Buenos Aires, Bulgheroni era uno de los interlocutores obligados del gobierno
de Alfonsín con el establisment. Por entonces, conmocionó a varios de sus pares cuando
dijo que los empresarios argentinos eran cortesanos del poder de turno.
Si se volviera a políticas estatistas en Brasil o en Argentina, esto afectaría
más a Argentina que la crisis asiática, advierte, para romper el hielo.
¿En Argentina hoy existe ese peligro?
Escuchando lo que dice la oposición, no veo que tengan como objetivo plantear
políticas demasiado diferentes. Si uno se quiere apartar, aunque sea un poco del modelo,
terminás marginado. A nadie en el mercado internacional le importa demasiado si Argentina
está integrada o no al mundo. Les tiene que interesar a los argentinos.
¿Entonces la oposición no presenta un riesgo para el modelo?
No digo que no represente riesgos. Lo que digo es que tiene un discurso coherente
con las políticas que se están aplicando hoy en día. Ahora, si ya más entrada la
campaña, en el futuro empiezan a cambiar las reglas de juego, obviamente que existiría
un peligro.
¿Todo este debate instalado sobre la re-reelección presidencial no crea aún mayor
incertidumbre de la que pueda provocar la oposición?
No me parece. Siempre que hay por delante una campaña política existe
incertidumbre sobre la economía. Los empresarios que quieran invertir en Brasil es
natural que esperen para tomar decisiones hasta después de las elecciones de octubre. En
Argentina, como estamos a un año y medio de las elecciones, el empresario va a esperar
primero a ver qué pasa en Brasil y después, que haya una garantía de continuidad en la
política económica.
¿Menem cumplió su etapa o puede presentarse para una nueva reelección?
El cambio de la estructura económica lo requirió la gente y Menem, cualquiera
fueran sus convicciones políticas o económicas previas, tuvo la gran habilidad de
interpretar este reclamo y hacerlo realidad. Si el pueblo argentino vuelve a votar por
Menem, es una definición que hay que respetar. Si vota por la oposición, también. El
próximo gobierno, el que sea, tendrá una agenda de tareas que la gente está reclamando
(en el campo de la salud, la educación, la seguridad) cada vez con mayor urgencia. Sólo
el pueblo puede decidir si alguien cumplió una etapa.
Algunos empresarios creen que la Constitución ya no da opción entre Menem y
alguien más y que en el futuro la opción debería ser entre un candidato justicialista,
distinto de Menem, y alguien de la Alianza.
Yo creo que la Argentina ya vivió confundida por muchos años cuando se proscribió
de una forma u otra a determinados candidatos. En todos esos años la proscripción no dio
resultados porque los gobiernos elegidos entre una opción de candidatos restringida
terminaron siendo inestables. Porqueen vez de gobernar, después la preocupación era ver
qué hacer contra un candidato que no había participado en las elecciones.
¿Entonces?
Si yo fuera la oposición confiaría en mis propias fuerzas y plantearía que esté
abierta la posibilidad de que Menem sea de nuevo candidato. Así el voto decidiría si es
el presidente actual o la oposición la mejor opción para el próximo gobierno. Si se
proscribe a Menem, se puede correr el peligro de volver a una situación del pasado, de
formulismos de gran inestabilidad. Dicho esto, también creo que el legado más importante
que puede dejar Menem en el futuro, sea el año que fuera, es que lo sustituya otro
presidente de cualquier partido y Argentina siga siendo un país predecible
económicamente.
No sólo la Alianza se opone a la re-reelección de Menem, también lo hace dentro
del propio justicialismo Duhalde.
Si yo fuera un candidato dentro del propio justicialismo, que me siento con fuerzas
capaces de ganarle una interna a Menem, entonces no tendría problemas de confiar en ellas
y presentarme a la interna. Lo importante es confiar en que mi propuesta de gobierno es la
mejor y no otra cosa. Tanto dentro del justicialismo como los líderes de la oposición
tienen que preocuparse por presentarse ante la gente como la mejor alternativa entre todas
las alternativas.
LA CANCILLERIA QUIERE QUE MOSCU MEDIE CON IRAN
Para acercarse, no para espiarlos
Por M. M.
Una alta fuente de
Cancillería reveló ayer a este diario que el tema Irán se había comentado en largas
conversaciones con los funcionarios rusos, pero desde un enfoque distinto de la difusión
de la noticia ofrecida por Carlos Corach. El ministro del Interior dijo que el objetivo
primordial del tratado firmado con su par ruso apuntaba a conseguir información de parte
de los servicios de inteligencia de el ex KGB que ayudase a identificar a los responsables
de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA. Sin embargo, la fuente de
Cancillería contó que, más allá de lo colorido del anuncio de Corach, lo central
pasaba por otro lado. Hace meses que el gobierno ruso planteó a la Cancillería argentina
que había que idear una estrategia para impedir el aislamiento de Irán.
Estuvimos de acuerdo en que era mucho más peligroso esto para la seguridad nacional
que cualquier otra cosa, sostuvo la fuente. Por eso no rompimos relaciones con
Irán, aunque hubiera motivos. Decidimos aguardar a que avanzara la investigación
judicial sobre los atentados y la ruptura económica llegó unilateralmente de Irán antes
de que nosotros hiciéramos movida alguna, agregó. Según el funcionario, Irán
nunca mostró interés en brindar información a Argentina. Y ahora, más que utilizar los
servicios de información de el ex KGB, el empeño estaría puesto en intentar un
acercamiento con Teherán gracias a los auspicios de Rusia.
Ayer, durante la conferencia de prensa, Menem negó que pudieran reanudarse las relaciones
diplomáticas con Irán hasta tanto no hubiera nuevos avances en el esclarecimiento de los
atentados. Esta visión está más en línea con la posición más dura contra Irán que
sostuvieron siempre en Buenos Aires Corach y el número uno de la SIDE, Hugo Anzorreguy,
contra la opinión de la Cancillería. Pero los funcionarios del Ministerio de Relaciones
Exteriores confían en que, siguiendo los consejos de Rusia y el reacomodamiento de
Estados Unidos, se transite un camino distinto. De igual modo, Armenia, también de
buenas relaciones con Irán, podría ser el otro puente que extiende la Cancillería
argentina a Teherán.
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