UN TRABAJO QUE NO TIENE FINA, ÉSA ES LA IDEA
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Por Verónica Abdala "La historia de las Madres de Plaza de Mayo es, de algún modo, la historia de la infinitud, porque es circular y porque da cuenta de una búsqueda que nunca termina. Y este homenaje, en algún punto, parece también perder de vista dónde está el fin, porque probablemente no lo haya". El productor Emilio Cartoy Díaz es el primero en darse cuenta del problema más grave del proyecto fílmico que produce y dirige desde 1996, "20 poemas, 20 artistas, 20 años". Es que el nombre, el presupuesto, los plazos de grabación original y hasta la paciencia le han quedado chicos y el proyecto de un video ha devenido en cuatro películas y un especial de televisión, entre otras cosas. A lo largo de dos años de trabajo, Cartoy Díaz y un grupo de colaboradores de la escuela de periodismo TEA Imagen, --que inicialmente se habían propuesto grabar a una veintena de personalidades del mundo del espectáculo y la cultura para homenajear a las Madres en su 20º aniversario-- lograron acumular 87 participaciones de artistas, que colaboraron desinteresadamente con el que se ha convertido en un trabajo monstruoso, de enorme valor histórica y cultural. El resultado es atípico: las palabras son tan poderosas como las imágenes, y el elenco de actores, actrices, cineastas, cantantes, intérpretes, compositores, dramaturgos, cuentistas y poetas reunidos sería imposible de no mediar una causa noble como ésta. Vittorio Gassman, Bono, Hanna Schygulla, Sting, Caetano Veloso, Dario Fo, Spike Lee, Glenn Close, Chiara Mastroianni, David Byrne, Rubén Blades, Chico Buarque, Silvio Rodríguez, León Gieco, Eduardo Galeano, Ariel Dorfman. Ernesto Cardenal, Harold Pinter, Antonio Gala, Antonio Skármeta, Augusto Roa Bastos, Mario Benedetti, Elena Poniatowska, Héctor Alterio, Leonardo Sbaraglia, Fito Páez, Eduardo Pavlovsky, Inda Ledesma, Patricio Contreras, Gilberto Gil, Cecilia Roth, Milton Nascimento, China Zorrilla, Laura Novoa, Adriana Varela y Alfredo Alcón, son algunos de los que participan del video documental, que tendrá una duración final aproximada de dos horas. El film ¿final? terminará de grabarse en julio, y podrá verse el año que viene tanto por televisión --posiblemente en dos especiales de 50 minutos cada uno-- como en el circuito de cine comercial. Pero además, habrá cuatro versiones del largometraje cinematográfico de distribución internacional: una para Latinoamérica, otra para la Argentina, una tercera para Europa, y una última para distribuir en Irlanda, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. En cada una de ellas se privilegiará a las figuras más conocidas de cada zona. Entre los poemas y las canciones elegidos por cada uno de los artistas --ver recuadro--, y a modo de separadores, se cuelan imágenes de archivo en las que se ve a las Madres llorando en silencio o realizando sus actividades cotidianas, al frente de las marchas en la Plaza o aplaudidas por miles de jóvenes en recitales de rock. En una de ellas, Hebe de Bonafini interroga inquisitivamente a un supuesto camarógrafo que descendió de un patrullero y la apunta con su cámara. "¿Qué filmás vos?", le dice. "¿Por qué no te vas a grabar a tus patrones?". Los desaparecidos son junto con las Madres, los indiscutidos protagonistas de esta historia, por lo que sus ausencias-presencias también fueron documentadas: ellos están en la imagen silenciosa de una habitación vacía, entre los juguetes de época abandonados en el cuarto de un chico, en un grafitti descolorido, en el humo de un cigarrillo encendido que no tiene dueño, en la mesa desocupada de un café. Estas son algunas de las únicas imágenes recreadas que fueron incluidas en el documental, y que también son utilizadas como separadores entre los poemas recitados y las canciones. El trabajo estuvo a cargo de un equipo compuesto por Claudio Ciampo (producción ejecutiva), Rodolfo Denevi y Eduardo Safigueroa (fotografía), Diego Junovich (cámaras) e Iván Wyszogrod (música original), entre otros. "Este es un gran recital de poesía, con imágenes de un relevo de archivo --de las Madres y de distintos diarios-- que nos llevó doscientas horas de grabación. Además tenemos material inédito, como imágenes de las Madres en su vida cotidiana, algunas de ellas muy alegres, en las que se las ve riendo o tomando mate, en el subte, en los recitales de rock o en una movilización. Quisimos mostrar esos momentos, en los que no llevan el pañuelo puesto, que nos permiten descubrir las facetas desconocidas de estas mujeres. Nos propusimos mostrar, en definitiva, casi todo: el respeto del pueblo, las movilizaciones, las vueltas a la Plaza, las persecuciones, el coraje, el compromiso, el dolor".
--El material de archivo no fue ordenado respetando la linealidad cronológica de la historia. ¿Por qué? --Porque me interesó reproducir, en cambio, esa circularidad que es propia de las vueltas en la Plaza: ese surco que centenares de recorridos deben haber dejado marcado. Esta es una historia circular, y por lo tanto, nunca termina. Esa infinitud que define la constancia del trabajo de ellas quedará testimoniado en el film.
--¿Cómo surgió la idea original y en qué medida se fue modificando a lo largo de estos dos años? --La idea surgió en la Escuela, como una idea de hacer un trabajo muy modesto de homenaje a las Madres. Queríamos ir a la Plaza de Mayo con una pantalla gigante y hacerles el regalo de mostrarles un documental casi casero de homenaje a su propia historia. Ese acto se concretó en octubre de 1997. Pero el monstruo siguió creciendo, después, y a un punto que ni nosotros imaginábamos. Poetas, actores y actrices, músicos, escritores y dramaturgos se fueron sumando a la propuesta. Y llegamos a filmar en un escenario casi tan grande como el mundo: se grabó en México, Brasil, Chile, Nicaragua, Panamá, Inglaterra, Estados Unidos y España, entre muchos otros lugares.
--¿Cómo financiaron esta filmación? --Nosotros pusimos plata de nuestros bolsillos, sin ayuda de casi nadie. Y ahora estamos esperando obtener un crédito del Instituto Nacional de Cinematografía para terminarlo y poder llevarlo al cine. Suponemos que vamos a tener suerte porque éste es un proyecto magnífico, no sólo para el cine argentino sino también para promover en las escuelas y las universidades nacionales un ejercicio histórico: mostrar qué nos pasó como país a través de la música y la poesía.
--¿Para cuándo tienen prevista la terminación de la etapa de filmación y hasta cuándo suponen que se extenderá la de post-producción? --Esperamos terminarlo a fin de año. Lo último que tenemos pautada es la filmación de Spike Lee, que se hará en el mes de julio. Antes de eso, estarán las de Marilú Marini y Angela Molina. Pero obviamente estamos abiertos a todos aquellos que sientan que tienen algo para aportar.
--¿Cómo surgió la idea de recrear imágenes ficcionales para representar la ausencia de los desaparecidos? --La idea fue una consecuencia de las charlas que mantuvimos durante todo este tiempo quienes estamos haciendo este trabajo. Nos parecía que ellos tenían que tener su lugar, y que incluir estas imágenes "ficcionales" no desvirtuaba en nada la seriedad documental del film. Todo lo contrario: recrear imágenes de época también fue uno de los desafíos que nos planteaba este ejercicio de la memoria, que a través de la pantalla tenemos la esperanza de promover.
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