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LO INDAGARAN Y PUEDE IR PRESO

UN PROBLEMA GROSSO

La Cámara revocó la decisión que declaraba prescripta una causa del Golf contra Grosso.
Pueden corresponderle doce años de cárcel.

 

Carlos Grosso, ex intendente actualmente retirado de la política.
Ahora le reabren la causa por la privatización del Golf y el Velódromo.

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Por Santiago Rodríguez

t.gif (67 bytes)  Signado como uno de los máximos símbolos de la corrupción, el ex intendente porteño Carlos Grosso vivió alejado de la política y casi sin vida social durante los últimos años. Los próximos podría pasarlos tras las rejas: la Justicia dispuso la prosecución de la causa que investiga irregularidades en la privatización del Golf Club y del Velódromo de Palermo, adjudicados en forma directa a una empresa sin antecedentes comerciales cuyos directivos estaban vinculados al secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, y al propio presidente Carlos Menem. Procesado en la causa junto a cinco ex funcionarios de su gestión, Grosso será citado a prestar declaración indagatoria y es posible que después quede detenido, si prospera el pedido que en ese sentido realizaron la fiscalía y la querella.

La posibilidad de que Grosso termine en la cárcel quedó abierta después de que la sala VII de la Cámara del Crimen revocara el sobreseimiento que el juez de instrucción Eliseo Otero había dictado en favor del ex procurador adjunto de la Municipalidad, Carlos Galina, por prescripción de los delitos que se le imputan: administración fraudulenta e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La prescripción de la acción penal decidida por Otero favorecía también a Grosso y a los ex funcionarios Jorge Castells, Daniel Pandolfi, Raúl Kalinsky, Carlos Guerrero y Jorge Salomoni, procesados en la causa bajo los mismos cargos que Galina.

La resolución de Otero fue apelada en su momento por el fiscal de la causa, Pablo Lanusse, y el abogado Eduardo Guarna, a cargo de la querella desde la jefatura del Area de Control del Funcionario de la Defensoría del Pueblo porteña. Los camaristas José Manuel Piombo y Abel Bonorino Peró hicieron lugar a la apelación y advirtieron que "no puede descartarse que la actividad delictiva imputada a Galina pudiera hallarse incursa en el delito de asociación ilícita". En ese mismo sentido, se había pronunciado el fiscal de Cámara, Alejandro Sanz.

La decisión de la Cámara reactiva un expediente cuya lentitud siempre favoreció a Grosso y los demás ex funcionarios de su gestión. Otero los sobreseyó en dos oportunidades y en ambas ocasiones la Cámara revocó esas resoluciones. La última vez, en setiembre del año pasado, ordenó incluso la citación de Grosso a prestar declaración indagatoria, un trámite que el intendente evitó gracias al planteo de prescripción interpuesto por Galina y aceptado por el juez.

"Esta causa tuvo una lenta investigación que permitió el transcurso del tiempo y nos llevó al borde de la prescripción", admitió Guarna a Página/12. Explicó también que Grosso "deberá ahora ser citado a indagatoria y el juez tendrá que resolver sobre el pedido de detención".

Guarna y Lanusse solicitan la detención de Grosso, a quien consideran jefe de una asociación ilícita, cuya existencia es la que ahora ordena investigar la Cámara. A diferencia de los delitos que hasta ahora se le imputan al ex intendente, ése tiene una pena de cinco a doce años de prisión. Por lo tanto, si Otero dispone su detención, Grosso no podría ser excarcelado.

El caso por el que Grosso podría acabar en la cárcel se remonta a 1990, cuando el entonces intendente privatizó el Golf y el Velódromo. La firma a la cual se le concedieron ambos predios fue Asesores Empresarios, que --según pruebas reunidas en la causa-- no tenía ni siquiera domicilio. Pero su presidente era Osvaldo Diéguez, quien desde la FEPAC financió la campaña presidencial de Menem y tenía entre sus socios para el emprendimiento a Héctor Antonio, hijo del empresario Jorge Antonio, de reconocida amistad con Juan Perón y Carlos Menem.

 

PROCESAN A LA PAREJA DEL EX CONCEJAL PICO

"OBRÓ COMO PERSONERA Y TESTAFERRO"

Karina Beatriz Uroda, la mujer que acompañó al ex presidente del Concejo Deliberante, José Manuel Pico, cuando se fugó a Brasil, fue procesada por presunto enriquecimiento ilícito. "Se encuentra suficientemente acreditado que aceptó actuar como personera y testaferro de Pico en la administración encubierta de cuantiosos capitales que éste tenía invertidos, con pleno conocimiento de su procedencia espuria", aseguró el juez Raúl Irigoyen en su resolución.

Pese al dictado del procesamiento, la ex secretaria y pareja de Pico seguirá en libertad ya que el juez, que trabó embargo por dos millones de pesos sobre sus bienes, no le dictó prisión preventiva. "Me entrego, pero a la piba no la toquen", había dicho el ex concejal cuando lo encontraron en Puerto Alegre.

El juez argumentó que "está claramente configurada la actitud encubierta de Uroda para favorecer el enriquecimiento ilícito de Pico en relación a los fondos que éste tenía invertidos" y aseguró que ha sido probado que la imputada "habría gestionado encubiertamente el manejo y la administración de operaciones de dinero de grandes sumas, que en su totalidad superaron el millón de pesos". La defensa reconoció la participación de Uroda en estos hechos pero trató de atenuar su responsabilidad justificándola "como enmarcada en la relación propia de su concubinato con Pico, caracterizada por la convivencia y la confianza mutua y en que parte del capital sería suyo". El ex presidente del Concejo Deliberante se encuentra actualmente detenido en Devoto, acusado de enriquecimiento y asociación ilícita y estafas reiteradas.



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