SE OPONE PARA QUE SEA APROBADA
|
Por Cledis Candelaresi Antes de las 16.00, previo al crucial partido de fútbol que Argentina disputará hoy con Inglaterra, Roque Fernández se reunirá con el jefe de la bancada oficialista, Humberto Roggero, para definir cómo los legisladores del justicialismo respaldarán la reforma tributaria frente a sus pares de la Alianza. A las 18.30, poco después de que termine aquel encuentro deportivo, los diputados aliancistas se encontrarán con José Luis Machinea y Arnaldo Bocco, sus principales referentes en materia económica, para resolver qué le preguntarán al ministro de Economía el miércoles que viene, cuando vaya a defender ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda su proyecto impositivo. Los temores justicialistas parecen exagerados: la oposición objeta algunos puntos de la iniciativa, pero respalda otros y ya garantizó el quórum para tratarla en el recinto a fin de julio. Por la mañana, algunos legisladores oficialistas tendrán su habitual reunión semanal con el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, donde el temario no podrá omitir el proyecto tributario. El bloque del PJ aún no consensuó un criterio sobre su contenido, en particular, sobre qué alcance tendrá la generalización del IVA y cómo y cuándo podrá instrumentarse la prometida rebaja de aportes patronales. El primer objetivo del encuentro entre Roggero y Fernández será, posiblemente, tratar de postergar las diferencias dentro del bloque, al menos hasta después de la visita de Roque al Congreso. El segundo propósito consistirá, justamente, en crear un cordón defensivo para que los legisladores de la oposición no puedan transformar esa reunión --promovida por la Alianza-- en un triunfo político. "Roque necesita también el respaldo de la oposición", admitía anoche ante este diario un colaborador del jefe de bancada. Para honrar su status de opositores, los aliancistas le exigirán al ministro que explique "cuál es el verdadero objetivo de la reforma", ya que el propósito inicial de mantener la neutralidad fiscal y aumentar la competitividad de la economía a juicio de la oposición habría quedado diluido. El otro planteo político para incomodar al ministro consistirá en preguntarle por qué en lugar de crear nuevos impuestos no se combate la evasión. Ninguna de esas previstas objeciones ponen en riesgo el futuro de la reforma tributaria en el Parlamento, aunque la Alianza formule algunas objeciones, con argumentos de tono progresista: * No a la suba de Impuestos Internos, cuyo tratamiento fue postergado a instancia de los propios legisladores de la oposición. * No al gravamen sobre el endeudamiento empresario, excepto para los créditos tomados en el exterior. "Sólo así podría defenderse a las pymes", comentaba anoche el frepasista Darío Alessandro. * No al impuesto sobre los activos. La Alianza piensa que es más justo un impuesto sobre el patrimonio neto porque discrimina a las empresas que tienen saldo negativo a raíz de sus pérdidas. Pero al margen de esos criterios técnicos, los hombres de la oposición avalan la suba de la alícuota del Impuesto a las Ganancias del 33 al 35. Sostienen, incluso, que este gravamen también debería alcanzar las utilidades distribuidas (en la legislación Argentina sólo se grava a las empresas y no a los accionistas) y algunas operaciones financieras hoy exentas. La generalización del IVA también provocó rechazos en las filas
opositoras, aunque aquél se limita a la posibilidad de gravar a los medios de
comunicación. "Los medios, en general, y la TV por cable son consumos muy
generalizados y cualquier impuesto sobre ellos será inmediatamente trasladado a los
precios", intentaba justificar anoche ante este diario uno de los legisladores
aliancistas. Con este rechazo, oficialistas y opositores quedaron en la misma vereda,
probando ser sensibles al mismo lobby. |