La automotriz Sevel fue una de las más críticas con el proyecto de elevar en diez puntos el impuesto a los gasoleros y pidió una reunión con el ministro de Economía para discutir ese punto y el plan de inversiones de la empresa. Algunos dicen que por despistado, otros lo adjudican al fastidio que le produjo el reclamo, Roque Fernández los citó el viernes pasado justo a la hora en que Argentina jugaba con Croacia. Pero Sevel encontró una sutil respuesta a la trampa: sólo asistieron ejecutivos franceses. Los argentinos se quedaron viendo el partido.
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