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Zedillo está decidido a que todo siga igual en la región de Chiapas

Zapatistas y mediadores propusieron que el ejército se retire del estado, pero el presidente mexicano dijo que nadie se moverá y volvió a criticar la presencia de extranjeros allí.

El presidente Zedillo firma certificados de reconocimiento a los agentes alfabetizadores de Chiapas.
También le "pone la firma" a la presencia militar en el estado y acusa al EZLN de no colaborar.

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t.gif (67 bytes)  El presidente mexicano, Ernesto Zedillo, visitó ayer la región de Chiapas para anunciar que el gobierno endurecerá su posición frente a la guerrilla zapatista. Desde la localidad de Simojovel, Zedillo anunció que ninguno de los 70.000 efectivos del ejército apostados allí se retirará, lo que podría amenazar el éxito de un plan de distensión propuesto por la parlamentaria Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). El mandatario también dijo que las tropas no atacarán ninguna base zapatista y que México seguirá "rechazando la injerencia de extranjeros en asuntos que sólo a los mexicanos corresponde resolver", aunque un grupo de políticos y religiosos norteamericanos, con visado oficial, terminaron ayer una visita a la región, para investigar posibles violaciones a los derechos humanos.

Simojovel es una zona con gran influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Allí fue Zedillo en su quinta gira por Chiapas desde el estallido del conflicto ocurrido el 1º de enero de 1994. Insistió en que está dispuesto a cumplir los Acuerdos de San Andrés de Larraínzar sobre derechos indígenas, siempre y cuando se respeten "la integridad del territorio nacional" y "la soberanía de la nación", en alusión a las comunidades autónomas que se formaron paralelamente a los funcionarios constituidos en algunas localidades chiapanecas.

Fue en una de esas comunidades, la de Acteal, donde ocurrió la matanza de 45 indígenas tzotziles que acentuó y complejizó el conflicto entre el gobierno mexicano y la guerrilla zapatista. Y fue en otra de ellas, El Bosque, donde murieron otros ocho integrantes de esta etnia durante su desalojo. El hecho de Acteal fue atribuido a los grupos paramilitares, y tanto los zapatistas como las organizaciones no gubernamentales que operan en el estado sureño acusan al ejército de ayudar logísticamente a estas bandas armadas y al gobierno de sostenerlas financieramente; por eso reclaman el retiro de las tropas militares como condición necesaria para el comienzo de una pacificación "real".

"El ejército está en Chiapas para evitar el enfrentamiento entre comunidades y el abuso de grupos de cualquier signo", señaló ayer el presidente mexicano. Si se retirara, habría "más graves y trágicos crímenes". Para Zedillo, "quienes exigen (el abandono de la región por parte de las tropas) no parecen preocuparse por los derechos de quienes no desean someterse a la voluntad del grupo que ha declarado la guerra al Estado mexicano y mantiene la amenaza del uso de las armas", refiriéndose claramente a la guerrilla zapatista.

El diálogo con el EZLN, luego de los Acuerdos de San Andrés, fue suspendido por el gobierno, y otro tanto había ocurrido con el cumplimiento de éstos. Pero el presidente defendió tales decisiones argumentando que se operó "de buena fe": "el gobierno federal aceptó a ciertos intermediarios a sabiendas de la parcialidad de los mismos", aludiendo indirectamente al obispo Samuel Ruiz, líder de la disuelta Comisión Nacional de Intermediación (Conai), y se permitió que "connotados dirigentes del EZLN, que habían sido arrestados, estén gozando de plena libertad y llevando a cabo sin ninguna cortapisa un intenso proselitismo a favor del grupo armado".

El discurso de Zedillo plantea un freno a la propuesta de la Cocopa, que junto con la Conai eran los organismos que oficiaban como mediadores en el conflicto. El plan establecido por el grupo parlamentario establecía que el Ejército abandone algunas de sus posiciones y que el gobierno se comprometa a no desmantelar más municipios autónomos. En contraposición, el EZLN debía garantizar que no se iban a crear nuevas comunidades de este tipo. La Cocopa se abocaría, además, a intensificar los contactos con la dirección de la guerrilla zapatista para que rompa el silencio establecido desde hace tres meses. Pero la semana pasada ya fracasaron en su intento, lo cual indica que, desde ambos bandos, la cuestión está lejos de ser resuelta.

Otro de los temas en los que el gobierno se ha vuelto inflexible es la presencia de extranjeros en la zona. Desde la matanza de Acteal, ha echado a 170 personas de diversas nacionalidades, algunos observadores ocasionales, y otros, como el padre Miguel Chanteau, que eran antiguos residentes de Chiapas. La presencia de los norteamericanos a los que se permitió el visado fue una excepción, pero no sin conflicto. La secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, había dicho que su gobierno presiona a México para solucionar el conflicto, y la canciller mexicana, Rosario Green, salió a aclarar que la palabra "presión" fue malinterpretada, que lo que Albright quiso decir es "urgencia" y que, como viene diciendo el gobierno mexicano desde los inicios del conflicto, no se acepta la injerencia externa en los asuntos internos del país.

 


 

HABLA UN CONTROVERTIDO AGENTE PRIVADO ALEMAN
Los colombianos cesarían el fuego

t.gif (862 bytes) El controvertido agente privado alemán Werner Mauss, protagonista hace dos años de un escándalo por una operación encubierta en Colombia, opinó hoy en Stuttgart que, a su juicio, "es inminente" un alto el fuego en ese país. En una entrevista con la Agencia Alemana de Prensa (dpa), Mauss, quien regresó recientemente a Alemania tras haber estado más de un año en prisión preventiva en Colombia, dijo que probablemente en el próximo encuentro entre el Comité Nacional de Paz (CNP) colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se alcance un acuerdo en tal sentido. "Ahora hay que pasar raya y ver cómo puede ser cubierto el foso" que separa a ambas partes, agregó.

Mauss fue detenido en noviembre de 1996 junto a su esposa, Ida, cuando acompañaban a una ciudadana alemana que estaba en poder de la guerrilla del ELN y cuya liberación habían negociado. La mujer, según Mauss, había sido secuestrada por un grupo de delincuentes y posteriormente liberada por los guerrilleros. Para huir a Alemania, el agente utilizaba pasaportes legales pero con nombres falsos. Según el presidente colombiano, Ernesto Samper, Mauss ha influido para que se realizaran las conversaciones de paz entre el CNP y el ELN que tuvieron lugar el pasado domingo en la ciudad alemana de Maguncia, bajo el patrocinio de las Conferencias Episcopales de Colombia y Alemania. El agente privado alemán, según Samper, sostuvo varias conversaciones con los guerrilleros del ELN desde el pasado diciembre para concretar el encuentro de Maguncia.

Según Mauss, en el próximo encuentro, de al menos tres días de duración, que tendrá lugar a mediados de julio, también en Maguncia y con el auspicio de las Conferencias Episcopales de ambos países, participarán entre 35 y 50 personas. Junto a los seis representantes de la dirección del ELN, se sentarán a la mesa de negociaciones el presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, Alberto Giraldo, el editor Francisco "Pacho" Santos, del diario El Tiempo, y el escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.


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