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PARA CONSEGUIR EL RESPALDO DE
LAS IGLESIAS Por Carmen Jiménez desde Río de Janeiro
Lula quiere ganarse el apoyo de las iglesias evangélicas, que tienen un importante auge en el país y que suman 30 millones de seguidores, para conseguir su voto de cara a los comicios de octubre, después de que en las elecciones de 1994 estas religiones se decantaran por el actual presidente, Fernando Henrique Cardoso, que se presenta a la reelección. La expansión de las iglesias evangélicas en Brasil es gigantesca y se ha convertido en el tercer país del mundo en número de fieles, con una tasa de conversión a esta religión, desde el campo del catolicismo, de 100.000 personas por año. Las estadísticas oficiales apuntan que los fieles suman el 15 por ciento de la población brasileña, lo que representa el 25 por ciento del electorado. A pesar de los intentos del candidato del PT, que ha creado grupos de apoyo con simpatizantes evangélicos, el presidente del Consejo de Pastores de Brasil, Manuel Ferreira, ya ha manifestado el apoyo de las iglesias evangélicas a la reelección de Cardoso. Ferreira anunció que reunirá a un millón de personas en un acto que se celebrará en las próximas semanas en Río de Janeiro para apoyar a Cardoso. La reacción de la comunidad gay a las declaraciones de Lula ha sido inmediata: ha perdido el apoyo de un sector que siempre lo había respaldado. Según una encuesta de la organización de defensa de los derechos de los homosexuales Atobá, divulgada el domingo pasado, Día del Orgullo Gay, el 31 por ciento de esta comunidad apoya la candidatura de Cardoso, frente a un 27 por ciento que respalda a Lula. Pero Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que agrupa a 5 millones de fieles, había pedido a sus seguidores que no votasen en los comicios de 1994 a candidatos que defiendan el aborto y el matrimonio entre homosexuales, propuestas que defendía Lula en esos comicios.
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El candidato presidencial del Partido de los Trabajadores
(PT), Luiz Inacio "Lula" Da Silva, que cuenta con el apoyo de sectores
progresistas de la Iglesia Católica, se declaró contra el aborto y el matrimonio entre
homosexuales en un intento de atraer el voto de los electores más conservadores, y de
acercamiento a las distintas iglesias arraigadas en el país, en un encuentro con líderes
religiosos la semana pasada en un intento por evitar que se decanten mayoritariamente por
su rival, el presidente Fernando Henrique Cardoso, como ya sucedió en las últimas
elecciones.