Por Nora Veiras "Hermanos del alma les agradezco el sacrificio, la
hidalguía, signos de la inteligencia que demostraron para adaptarse a los cambios,
superando viejos rencores y desencuentros", empezó el presidente Carlos Menem ante
la plana mayor de las Fuerzas Armadas en la tradicional cena anual de camaradería.
Generales, brigadieres y almirantes, mezclados con ministros, lo miraban atentos en el
amplio salón de oficiales del Colegio Militar, Menem entonces pronunció la frase
símbolo de la defensa de los derechos humanos ante la represión ilegal: "Propongo
un nunca más pronunciado desde el alma y no repetido de la boca para afuera y con fines
subalternos y resentidos de baja especulación política, como los que reflejan algunos
por ahí". Nadie se inmutó, los uniformados confían en la promesa del Gobierno de
"no exponerlos" en caso de que la Justicia los cite para requerir información
sobre el destino de los desaparecidos.
"Fue un mimo", ironizó un oficial como síntesis del mensaje
de Menem a
un mes de la detención del ex dictador Jorge Rafael Videla, acusado
como "autor mediato" por la apropiación de menores, que generó
"inquietud" entre los oficiales. Los hombres del Ejército esperan que la
Cámara haga lugar al pedido del fiscal Pablo Quiroga para que Videla cumpla arresto
domiciliario y abandone la cárcel de Caseros como piden sus defensores. "Tiene más
de 70 años..., si se lo dieron a (Antonio) Puigjané", malician algunos militares en
alusión al sacerdote que fue condenado por haber integrado el Movimiento Todos por la
Patria, responsable del copamiento al Regimiento de La Tablada.
Como anfitrión, el general Martín Balza llegó temprano manejando el
Renault 19 que le cede el Ejército. Se apostó en la entrada y les dio la bienvenida a
los ministros Alberto Mazza (Salud), Jorge Rodríguez (Gabinete), Jorge Domínguez
(Defensa), Erman González (Trabajo), Raúl Granillo Ocampo (Justicia) y Carlos Corach
(Interior); a los secretarios de Presidencia, Alberto Kohan; de Inteligencia del Estado,
Hugo Anzorreguy y de Seguridad Interior. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas,
general Carlos Zabala, el titular de la Armada, Carlos Marrón y el subjefe de la Fuerza
Aérea, Roberto De Saá, departían con sus camaradas en la antesala. También estaba el
ministro de la Corte Suprema Adolfo Vázquez. Entre los invitados especiales, la única
ausencia notoria fue la de María Julia Alsogaray. Más llamativo fue que no estuvieran en
la lista los ministros Roque Fernández (Economía) y Susana Decibe (Educación).
A pesar de la niebla y la llovizna, en el Colegio Militar todo
relucía. No faltaban adornos florales ni alfombras rojas. La escasez de recursos se
filtraba en detalles: la silla de Jorge Rodríguez sobrevivía en la mesa central, aunque
el uso había quebrado los arabescos del respaldo. "Valoro el esfuerzo coordinado de
la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, que salió con el voto unánime del
Parlamento y que, como uno de los aspectos más relevantes, permitirá la creación de un
presupuesto plurianual que garantiza durante cinco años el incremento progresivo de la
partida de Defensa", señaló el Presidente.
Sin apartarse del discurso escrito, Menem reivindicó la actuación de
los militares en las diversas misiones de paz, elogió "la cooperación con los
inundados que los transforman en protagonistas en la red de solidaridad" y los
invitó "a seguir alimentando el camino de la concordia nacional". El Presidente
también aludió a "los miembros retirados, reserva para la defensa nacional",
pero cuando algunos temían alguna alabanza hacia los uniformados que siguen reivindicando
la guerra sucia, dijo que "será fortalecido el Instituto de Ayuda Financiera para
Pagos de Retiros Militares para que garantice un funcionamiento más eficiente del
sistema". Un tibio aplauso selló el discurso y abrió paso a la cena.
CAMILION DECLARA POR LA EXPLOSION EN
RIO TERCERO
BAJO LA SOSPECHA DE SABOTAJE |
Oscar Camilión, ex ministro de Defensa, asegura que fue un accidente.
Pero el juez no descarta otra hipótesis vinculada a la venta de armas.
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Por Eduardo Tagliaferro
El ex ministro Oscar Camilión deberá enfrentar la sombra de un
nuevo juicio oral, en una causa relacionada con la venta ilegal de armas a Ecuador y a
Croacia, cuando a las 9 y 30 de hoy declare ante el juez federal de Río Cuarto, Luis
Rodolfo Martínez, por la explosión de la fábrica militar de Río Tercero. El ex
ministro, quien sostiene que la explosión fue accidental, expondrá sus argumentos ante
el juez cordobés, quien "no descarta que la explosión de Río Tercero haya sido un
sabotaje destinado a encubrir la venta ilegal de armas a Croacia".
Camilión sostiene la hipótesis del accidente basándose en una
pericia realizada por la Policía Federal, donde se llega a la conclusión de que "
prima facie, no se hallaron indicios de intencionalidad". La explosión de la
fábrica militar se produjo el mismo día en que el ex ministro Camilión había firmado
el decreto por el cual la fábrica de Río Tercero dejaba de depender del Ministerio de
Defensa para pasar a la órbita de Economía y se supone que entre las primeras tareas de
Domingo Cavallo se encontraba la realización de un inventario del material que estaba en
la fábrica.
El coronel Jorge Cornejo Torino, entonces director de la planta, le
cuestionó al ex ministro Camilión, el desechar la posibilidad de un atentado. En su
testimonio judicial, al que tuvo acceso Página/12, Cornejo Torino señaló que
"el contenido de los tambores de 200 litros, era TNT de descarga, cuyo destino era
ser trasladado a la Fábrica de Azul para su reciclado y que no era peligroso porque no
superaba la seguridad de la Planta de Carga".
La tercera jerarquía de la fábrica militar en el momento de la
explosión, el mayor Marcelo Gatto, fue mucho más contundente en su declaración
judicial, al señalar que "el fuego se debió a una conducta intencional; toda vez
que el trotil como estaba, no causaba problemas" y citó la pericia del ingeniero
Cuesta para reafirmar sus dichos.
El informe técnico que el coronel-ingeniero Cuesta le elevó al juez
Luis Martínez determina dos posibles variantes como origen de la explosión; en ambas se
deja en claro que "la única posibilidad para que el TNT se prenda fuego es por el
aporte externo de energía, producto de que se hubiera depositado material fácilmente
combustible, ya sea casual o intencionalmente". ¿Cuál o cuáles han sido los
factores externos que desencadenaron el fuego? es la pregunta clave, que el juez Martínez
debe aclarar para acercarse a la definición sobre la intencionalidad o no del incendio
que dio origen a la explosión. Un informe realizado por la Policía Provincial y la
Gendarmería Nacional da tres variantes posibles al comienzo del fuego: un cigarrillo
encendido sobre los barriles de TNT, el efecto lupa realizado por un vidrio o agua sobre
los barriles y la chispa producida por el mal funcionamiento de un autoelevador. Pericias
ordenadas por el juez Martínez descartan la posible chispa por el mal funcionamiento del
autoelevador y las otras dos variantes serán periciadas el próximo 4 de agosto, cuando
en la fábrica militar de Villa María se repita la explosión que se produjo el 3 de
noviembre de 1995 en Río Tercero.
La causa que lleva adelante el juez de Río Cuarto tomó un nuevo giro
a partir de la presentación realizada por el abogado Ricardo Olcese, quien patrocina a
Ana Elba Gritti de Dalmasso, mujer de la primera víctima de la explosión: Hoder
Dalmasso, quien se encontraba a 400 metros de la fábrica, en la ENET del barrio. Olcese
también requirió al juez Luis Martínez periciar el posible faltante de material
bélico, ya que los informes presentados por el ex titular de la fábrica Jorge Cornejo
Torino y por la Dirección de Fabricaciones Militares coinciden en declarar la existencia
de 49.948 proyectiles, mientras que la Policía Provincial y la Gendarmería reconocen en
sus pericias que los proyectiles que se encontraban en la fábrica en el momento de su
explosión serían 26.543.
Olcese solicitó el testimonio del ex ministro Camilión y el del
conocido vendedor de armas Walter Spengler, quien había señalado en un reportaje radial
la posibilidad de que la explosión de Río Tercero "fuera un sabotaje de alguien que
hubiera quedado afuera del negocio de la venta ilegal de armas a Ecuador y a
Croacia".
La posible existencia de un faltante de material bélico genera las
lógicas dudas de que la explosión fuera intencional: en este sentido el diputado
frepasista Horacio Viqueira señaló que "no descarta ninguna hipótesis y existen
serios indicios que podría tratarse de un hecho provocado para blanquear los faltantes de
material bélico enviado a Croacia".
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