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UN EXTRAÑO VIAJE, TRAS
LA HUELLA DE UNA SOMBRA

La versión teatral argentina de "Nocturno hindú" logra reflejar el inquietante pero sutil mundo de la novela de Antonio Tabucchi.

 

"Nocturno ..." retoma la idea de los "heterónimos" de Fernando Pessoa.
Un occidental busca un rastro de sí mismo en una India fantasmal.

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NOCTURNO HINDU
8 puntos


Autor: Antonio Tabucchi.
Elenco: Alfredo Martín, Javier Lorenzo y Mabel Izcovich.
Escenografía y vestuario: Oria Puppo.
Diseño de iluminación: Alejandro Le Roux.
Música: Ezequiel Izcovich.
Dirección: Gabriela Izcovich.
Lugar: El Galpón del Abasto (Humahuaca 3540), viernes y sábados, a las 23.

Por Cecilia Hopkins

t.gif (67 bytes)  "Probablemente soy un histérico neurasténico", se disculpó el poeta portugués Fernando Pessoa cierta vez que quiso explicar desde la psicología la costumbre que tenía de multiplicarse bajo nombres diversos. Desde 1914 y hasta su muerte, en 1935, el autor portugués se dedicó a escribir textos poéticos en estilos completamente diferentes entre sí, bajo la firma de autores que él mismo imaginaba, al punto de inventarle a cada uno su propia biografía. Mucho más que meros seudónimos, sus "heterónimos" fueron la expresión de una personalidad rica en contrastes, cuya obra ganó años después una legión de fanáticos admiradores. Uno de ellos, el italiano Antonio Tabucchi --autor de Sostiene Pereira y otras obras que realzan el espíritu de la cultura lisboeta-- expuso en su pequeña novela Nocturno hindú el viaje que emprende un hombre tras las huellas de una sombra que no es otro que sí mismo, o mejor dicho, el otro que hay en él.

Formada en los talleres de Ricardo Bartís, la actriz y directora Gabriela Izcovich decidió llevar a escena la obra de Tabucchi previa consulta al autor, quien luego de leer la versión dio el visto bueno. Algo que era de esperar, ya que todas las escenas de la novela fueron trasladadas con particular concisión, utilizando en gran parte sus diálogos originales. El peregrinaje que emprende el protagonista por la India en busca de su amigo está sugerido con poquísimos elementos. Apenas unos objetos y un conjunto de sillas destartaladas bastan para recrear el caos de las calles y los tugurios de Bombay, amén de otros escenarios que recorre el protagonista en su búsqueda. La utilización dramática de la música elegida --el indio Bikram Ghost y la portuguesa Amalia Rodrigues-- también es acertada.

Pero el atractivo fundamental de Nocturno ... está en los recursos actorales empeñados. Alfredo Martín ha sabido capturar la perplejidad del hombre occidental enfrentado a una cultura para él incomprensible. El desconcierto radical que lo embarga cada vez que debe enfrentarse a una situación desconocida apenas logra alterar su aire resignado. Esta misma combinación de extrañamiento y resignación revela de a ratos todas sus posibilidades humorísticas, especialmente cuando el protagonista se traba en contrapunto con alguno de los personajes que interpreta Javier Lorenzo, un actor que sabe extraer de cada rol --mozo, médico, bibliotecario o cartero, entre otros-- los detalles necesarios como para conseguir una composición sintética y efectiva. Izcovich, por su parte, logra un dibujo algo desvaído de las mujeres autóctonas que asume. En cambio, se la ve mucho más cómoda y expresiva las veces que se hace cargo de las dos mujeres occidentales que el protagonista encuentra en su camino.

 

 



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