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Por Raúl Kollmann Una asamblea de 150 dirigentes de instituciones y clubes de la comunidad judía se pronunció el martes por la realización de un acto masivo, de protesta, por la falta de esclarecimiento del atentado contra la AMIA. La postura de la conducción, liderada por Rubén Beraja, más bien se inclinaba por un perfil bajo en el cuarto aniversario del ataque. La idea era, por ejemplo, realizar una ceremonia en el cementerio de La Tablada o actos religiosos en las sinagogas. En la asamblea, la mayoría de los dirigentes propusieron una marcha del silencio o una concentración de protesta. De todas maneras, la decisión final quedó en manos de Beraja y el consejo ejecutivo de la DAIA. Por su parte, los familiares agrupados en Memoria Activa iniciarán el lunes la Semana de la Memoria. En Plaza Lavalle estarán también las Abuelas de Plaza de Mayo --hablará Estela de Carlotto-- acompañando a los familiares de las víctimas del atentado. "Tenemos que hacer un acto aunque corramos el riesgo de que la gente silbe como el año pasado. No se puede considerar agitadores o provocadores a los que protestaron contra el Gobierno y contra nosotros mismos. Cuando yo llego a mi casa está mi hijo y él también silba y protesta", argumentó de viva voz uno de los dirigentes. El 18 de julio de 1997, frente al predio donde se produjo el atentado, una multitud abucheó a los ministros del Poder Ejecutivo e incluso a buena parte de los dirigentes de la comunidad judía para protestar por la falta de resultados en la investigación. Respecto de los ministros, la gente consideró que "no hay verdadera voluntad política" y a los dirigentes se los cuestionó por "no ponerse firmes frente al Gobierno". En aquel acto, Laura Ginsberg, familiar de una víctima del atentado e integrante de Memoria Activa, cosechó los mayores aplausos con un discurso muy duro. Para evitar un escándalo parecido, los dirigentes habían pensado en convocar a actos más bien internos y de poca envergadura. Incluso se argumentó en la asamblea que "no es inteligente exponer a los dirigentes a una situación igual o peor que la del año pasado". Sin embargo, en el curso del encuentro, buena parte de los participantes sostuvieron que "a los ojos de la gente no hay avances sustanciales en la investigación por lo que debe hacerse una demostración de protesta". Después de casi dos horas de asamblea, la decisión quedó en manos de la comisión ejecutiva de la DAIA, que preside Beraja. Hasta hoy no está claro si efectivamente se convocará a un acto central masivo y si hablará Beraja o no. Por su parte, Memoria Activa, que agrupa a los familiares más críticos respecto de la investigación, iniciará el lunes la Semana de la Memoria. Laura Ginsberg, Diana Malamud y Norma Lew anunciaron que serán oradores Estela de Carlotto, el rabino Mario Roizman y uno de los familiares de las víctimas. Memoria Activa acompañará el acto que convoque la DAIA y finalizará la semana con un acto impulsado por la juventud, el sábado 18 de julio a las 19, frente a Pasteur 633, el lugar donde se produjo el atentado. Como se sabe, Memoria Activa sostiene que el Estado argentino ha mostrado escasa voluntad para investigar el atentado y que aún hoy se trata de desviar la pesquisa exclusivamente hacia la llamada pista iraní, quedando en un lugar secundario la conexión local. En los próximos meses, Memoria Activa hará una presentación ante la Corte Interamericana denunciando esa falta de investigación.
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