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Por Eduardo Videla Que un hombre se vista de mujer --o viceversa-- en la provincia de Buenos Aires constituye una infracción que puede ser sancionada con multa. Así lo entendió el juez en lo criminal de La Plata, Guillermo Atencio, que declaró constitucional un artículo del Código Contravencional bonaerense que sanciona a quien "se haga pasar por una persona del sexo contrario". Pese a que otros jueces de la provincia y la propia Cámara de Apelaciones de La Plata se habían pronunciado por la inconstitucionalidad de la norma, Atencio condenó a un travesti a pagar una multa de 117 pesos. "Lo grave de la decisión judicial es que alimenta un foco de corrupción de la policía bonaerense, que detiene a los travestis para pedirles dinero o favores sexuales, y porque viola la ley contra la discriminación", dijo a Página/12 el abogado Roberto Bugallo, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, quien tendrá a su cargo la apelación de la sentencia dictada por Atencio. El travesti sancionado por el juez es Claudio Darío Manrique, de 30 años, estudiante de Bellas Artes y artesano. Hace dos años, cuando definió su condición sexual, comenzó a vestirse con ropas "femeninas pero discretas", según define el propio Manrique. Eso sí, de noche suele usar polleras cortas, aunque aclara que no ejerce la prostitución. "Es algo que aborrezco, porque implica una degradación muy fuerte de la persona", dijo a este diario. En los últimos dos años, Manrique fue detenido en unas veinte ocasiones, en general, cuando salía de la Facultad de Bellas Artes de La Plata, por personal de la comisaría 9ª, aquella que se hizo célebre con la desaparición del estudiante Miguel Bru. "Muchas detenciones ni figuran, porque mediante coerción me obligaron a cambio a practicar sexo oral. Las denuncias las hice en la Fiscalía de Cámaras y en la Delegación Departamental de Investigaciones, pero en ningún caso prosperaron porque dicen que no tengo testigos", relató Manrique. Agregó que en su caso "no hubo violación", entendida como acceso carnal, "pero sí en el caso de otras travestis". A partir de esas denuncias, aseguró el denunciante, arreciaron las detenciones. "En los últimos dos meses me llevaron doce veces, en ocasiones día por medio", precisó. Hasta ahora, fue absuelto en cuatro ocasiones, en que los jueces consideraron inaplicable la norma, hasta que llegó la sentencia del juez Atencio. El juez desestimó el dictamen de la defensora oficial, Silvia Etchemendy, quien planteó que la norma aplicada es violatoria del artículo 19 de la Constitución nacional, que regula las actividades privadas, y el artículo 25 de la Constitución bonaerense. El Código Contravencional de la provincia fue sancionado en 1973. Aunque, a diferencia de los viejos edictos porteños, la norma es aplicada por los jueces del fuero criminal y correccional y no por la policía, su articulado ha quedado desactualizado. Además del travestismo, "sanciona los juegos de carnaval, a las personas en estado de ebriedad, aunque no provoquen molestias a terceros, y a aquellos que duermen en las plazas o lugares públicos", explicó Bugallo. El artículo aplicado en el caso de Manrique es el 92, inciso E, que reprime a quienes "en la vida diaria se vistan o se hagan pasar por personas del sexo contrario, dificultando su identificación, afectando la buena fe pública", con una multa de entre el 20 y el 60 por ciento del salario de un agente policial. Aunque sus amigos lo llaman "Claudia" y las travestis la bautizaron como "Chiche", por su militancia en el justicialismo, Manrique se identifica en todo momento con su nombre masculino, el que figura en su documento. "Nunca engañé a la policía con mi identidad", afirmó. Ni siquiera se ha puesto siliconas porque "en general son soluciones ilegales que son foco de infección y de muerte", aunque admite que a esta altura necesita "una operación para cambiar de sexo", que no ha hecho porque no está dentro de su "alcance económico". Bugallo adelantó que, además de la apelación a la Cámara, presentará la denuncia por "discriminación" antre la Dirección de Derechos Humanos de la provincia, las comisiones de derechos humanos de la Legislatura provincial y el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI). El Código bonaerense sanciona además la oferta pública de sexo pero, según Bugallo, "la policía no pone tanto énfasis en las prostitutas como con los travestis". En rigor, Manrique ya había sido discriminado por la Iglesia Adventista, de la que era miembro, que lo excomulgó años atrás por ser homosexual. "Es algo que me cuesta admitir, porque mi familia es adventista y yo sigo amando a la iglesia", se lamentó.
El secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma, y el jefe de Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, coincidieron ayer en cuestionar el reformado Código de Convivencia, que permite la prostitución callejera siempre que no altere la tranquilidad pública. Toma recibió a un grupo de vecinos y les prometió que intentará "modificar el Código Penal" para incorporar como figura delictiva "las alteraciones del orden que surgen de la oferta y demanda de sexo callejero", algo que, justamente, está reprimido por el Código que cuestiona. De la Rúa calificó la reforma como un "híbrido" y ratificó que hubiera preferido, directamente, "la prohibición de la oferta de sexo en la vía pública, con molestia o escándalo". El controvertido artículo 71 del Código aún no entró en vigencia. Primero debe publicarse en el Boletín Oficial. Pese a las críticas, De la Rúa no dice que va a vetar la norma, pero tampoco asegura que no lo hará. "Lo que quiero es solucionar este grave conflicto en la ciudad, porque en vez de solucionar la convivencia, (el Código) la afectó. Lo que importa es resolver el problema de acuerdo con lo que plantean (los vecinos)", aseguró, en alusión a lo que opina un sector de porteños, el que se opone al Código y promueve las manifestaciones más recalcitrantes. Esos vecinos eran los que habían ido a hablar con Toma. El secretario de Seguridad se comprometió a que "aún con las limitaciones de este Código, se dispondrá que la policía actúe de la mejor manera posible". El funcionario anunció que se tratará de "colocar algunas de las figuras que han desaparecido en este Código, que es limitadísimo, tales como el merodeo, de forma que la policía pueda actuar preventivamente". Mientras, De la Rúa anunciaba que se reuniría con Toma y con los vecinos "a ver si con la norma, a pesar de sus defectos, podemos empezar a resolver el problema". En tanto, los diputados por Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz y Enrique Rodríguez, impulsan a partir de hoy una campaña para recolectar 40 mil firmas que permitan debatir nuevamente en la Legislatura la reglamentación de la prostitución.
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