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La vaca atada de la AFJP Nación es la única que ríe en la crisis

Ahora que la rentabilidad del sistema jubilatorio privado se derrumbó, la garantía mínima que ofrece la administradora oficial podría atraer como modesto pero estratégico refugio.

Piso: Lo que Nación asegura es una rentabilidad, neta de comisiones pero no del costo del seguro, no inferior a la tasa de una cuenta de ahorro.

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Mientras la rentabilidad de las AFJP voló por las nubes, la garantía de Nación no interesó.
Hasta el momento, a la entidad oficial sólo le costó 200 mil pesos compensar a sus asociados.


Por Julio Nudler

t.gif (67 bytes) Ahora que la rentabilidad del sistema jubilatorio privado cayó a pique, aterrizando en un ínfimo 1,06 por ciento para los doce meses culminados en junio, la "vaca atada" de la AFJP Nación puede mugir con más convicción. Esa Administradora es la única que les garantiza a los afiliados una ganancia de capital mínima, equivalente --según está establecido por ley-- a la tasa que paga una pedestre cuenta de ahorro, que hoy no llega al 3 por ciento anual. Este argumento competitivo le costó hasta el momento al Banco Nación, dueño de la jubiladora homónima, tan solo 200 mil pesos en beneficios pagados. La cuestión que se pueden plantear ahora los trabajadores, mientras arrecia la crisis de los mercados, es si les conviene mudarse a la AFJP Nación para contar con la garantía, o no vale la pena.

Lo que Nación le asegura a su asociado es que, al momento de corresponder el beneficio --por cumplir la edad para el retiro, o bien por muerte o invalidez--, la rentabilidad obtenida con sus aportes no podrá ser inferior a la tasa de una cuenta de ahorro, considerada anualmente desde el momento en que se afilió. Para este cálculo se deduce de los aportes el costo del seguro de fallecimiento o invalidez, por lo que la garantía actúa como una compensación al afiliado por la comisión propiamente dicha --neta del seguro-- que le descuenta la Administradora. Sin embargo, esa compensación sólo se hará efectiva cuando la rentabilidad, como se señaló, resulte inferior a la tasa de interés que reditúa una cuenta de ahorro.

El costo del seguro bajó abruptamente respecto de los comienzos del sistema, cuatro años atrás. Sin embargo, la comisión total --que lo incluye-- no se redujo porque las AFJP optaron por elevar la retribución de sus servicios al toparse con una realidad que no habían previsto: la enorme proporción --51 por ciento en promedio-- de afiliados que no aportan. Los incumplidores no son siempre necesariamente los mismos, porque hay muchos asociados que aportan erráticamente. De hecho, en un principio el seguro explicaba dos tercios de la comisión, y ahora sólo un tercio. Los expertos aclaran que el seguro es un costo de la propia Administradora, que es la obligada a pagar el beneficio en caso de deceso o invalidez, independientemente de que la compañía con la que contrató la póliza indemnice o no por el siniestro.

En cuanto al tremendo bajón en los activos comprados con la plata de los aportantes, los analistas del sistema que nació con la reforma previsional de 1994 aseguran que sólo en períodos cortos pueden prevalecer rentabilidades tan bajas que no alcancen a la de una cuenta de ahorro. Por otra parte, quien permanezca en el sistema durante cierto tiempo --que algunos calculan en unos pocos años--, entre su ingreso y la percepción del beneficio, obtendrá más que el piso garantizado. Por esto mismo, el costo de la garantía es en principio bajo para el Nación, ya que sólo se aplicará a períodos cortos, que darán derecho por tanto a beneficios modestos.

De cualquier forma, quienes optaron por la capitalización todavía no tienen en sus cuentas ni siquiera la plata que aportaron, ya que la rentabilidad --por alta que haya sido en los primeros años del sistema-- no alcanzó a compensar las quitas por comisiones y seguro. Para peor, el derrumbe de los rendimientos viene alejando cada vez más el momento de quedar a mano. La perspectiva de dejar de perder y pasar a ganar depende de la evolución futura de los mercados, sobre la que nadie puede anticipar nada cierto.

En definitiva, las estimaciones y los cálculos necesarios para calibrar la utilidad de la garantía ofrecida por la única Administradora oficial son desafíos demasiado complejos para los potenciales afiliados. Como dato, hasta el momento sólo un 8 por ciento de los adherentes a la capitalización se decidieron por la AFJP Nación, aunque el atractivo de la "vaca atada" puede crecer si la crisis persiste.

 

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