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UN HOMBRE SE RESISTIO A QUE SACARAN SU PUBLICIDAD
Para show, basta un cartel

El gobierno porteño decidió retirar un cartel publicitario en Santa Fe y Coronel Díaz. El dueño se atrincheró en un habitáculo para resistir, mientras el público disfrutaba del espectáculo.

Ricardo Mattes, dueño del cartel, cuando ya había cesado su resistencia.
"No pueden avasallarnos de esta forma", había gritado poco antes desde una altura de diez metros.

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Por Horacio Cecchi

t.gif (67 bytes) Ayer, aprovechando el feriado, los porteños encontraron un motivo válido para organizar una salida de miniturismo familiar. Un inmenso cartel publicitario de imágenes en movimiento, de 5 toneladas, colgado sobre la esquina de Santa Fe y Coronel Díaz, fue el centro de un espectáculo de casi 10 horas totalmente gratuito, mientras con una enorme grúa pluma el Gobierno de la Ciudad intentaba retirarlo. El dueño del artefacto se atrincheró dentro de un habitáculo del cartel para impedir cualquier innovación hasta que llegara un juez, pero bastó que el magistrado, vía telefónica, se declarara incompetente para que los operarios de la Guardia de Auxilios de la comuna comenzaran a cortar bulones.

Alrededor de las 8 de la mañana, tres camiones del Gobierno de la Ciudad, una grúa pluma con capacidad para levantar 30 toneladas como si se tratara de un almohadón de duvet, y una docena de operarios encabezados por el director de Vía Pública de la Policía Municipal, José Schmidt, desembarcaron frente a la confitería Tolón de Coronel Díaz y Santa Fe. Sobre la puerta de ingreso al local, a unos diez metros de altura, colgaba su objetivo: una pantalla de 4,40 por 3,50 metros y 5 toneladas de peso, que usualmente pasaba imágenes publicitarias y que, desde que empezó el Mundial, también pasaba los goles.

Enterado del operativo, Ricardo Mattes, uno de los titulares de VSA --Video Screen Advertising--, propietaria del artefacto, decidió ofrecer resistencia. "Yo me meto", dijo y, escalera en mano, trepó hasta el habitáculo de la parte inferior del cartel, donde se guarda la CPU que digitaliza las imágenes. "Me atrinchero hasta que venga un juez. No pueden avasallarnos de esta forma", gritaba asomándose por la puertita, a diez metros de altura, mientras a su alrededor se iban reuniendo curiosos.

Alrededor de las doce de la mañana el espectáculo había llegado al vértice de su esplendor. Mattes que se asomaba y resistía, los empleados municipales que aguardaban, la grúa pluma ocupando la mitad de Santa Fe, el socio de Mattes, Rubén Kot, denunciando a las autoridades, el representante de la proveedora del artefacto aprovechando la volada para difundir una carpeta con imágenes de carteles de la empresa en los casinos de Las Vegas, y un público compuesto por parejitas, señores paseando sus perros y chicos de la mano de sus madres comiendo pochoclo y garrapiñadas.

--Está todo orquestado. Nos desalojan porque hay interesados en explotar el negocio --acusó Kot--. Invertimos 500 mil dólares y tenemos un recupero de 70 mil dólares mensuales. Alguien quiere explotar el negocio porque está creciendo--, repetía indignado.

--¿Quién es ese alguien? --preguntó Página/12.

--Según datos que me llegaron --afirmó Mattes, que ya había abandonado la línea de trincheras--, la cosa viene por el lado de la Cámara de Anunciantes de la Vía Pública, alguna parentela del lado del gobierno y la Policía Municipal. Esta esquina tiene un valor comercial muy alto.

--El cartel estaba habilitado desde mediados del '96 como "pantalla electrónica animada sonora" y ellos dicen que proyecta imágenes. Es una chicana formal. Lo colocamos en junio del '97 y a los cinco días nos dijeron que no cumplía con los requisitos y nos ordenaron que lo saquemos --aseguró Kot--. Pedimos que lo reconsideren, pero ahora, sin anuncio previo, decidieron ir a los hechos.

Del otro lado, Schmidt, el jefe del operativo, expediente en mano, declaraba otra realidad. "Existen varias anomalías. Una es que el cartel fue habilitado como aviso animado frontal, que modifica las imágenes con un movimiento mínimo, pero ésta es una pantalla emisora de imágenes, como un televisor. En el plano figura con 50 centímetros de profundidad pero en realidad tiene un metro. Además, el funcionario que firmó el expediente fue procesado por este y otros casos más", explicó Schmidt y señaló firma y sello de Juan Carlos López. "De la Rúa asumió en agosto del '96 y el 30 de julio habilitaron el expediente, tres días antes de que los interesados hicieran el pedido."

A las 17.30, el enorme cartel descansaba separado en dos partes sobre un camión que lo transportó hasta un depósito municipal. Uno de los socios dueños del cartel decía: "Ahí arriba vamos a poner una plataforma con un travesti bailando, total eso no está prohibido". A esa hora, el público, lentamente, vaciaba el anfiteatro.

 

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