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Por Sergio Moreno "No tenemos por qué suponer que el doctor Duhalde, que forma parte del peronismo, va a confrontar con el resto del partido que se ha manifestado, por boca de sus señores gobernadores, legisladores, congresales nacionales, apoyando la posibilidad de que el Presidente de la Nación pueda competir por un tercer período". Carlos Corach trató, con esas palabras, de ser lo suficientemente sutil como para que Eduardo Duhalde comprendiese el mensaje: si sos peronista, hacé lo que hace el peronismo; si no, sos un traidor. El "apriete" se completó con la posible convocatoria a gobernadores y legisladores encuadrados tras la re-re a una reunión a realizarse el martes, como demostración de lo que deberá enfrentar el gobernador. El mensaje es coherente con la estrategia que se trazó anteayer el menemismo para presionar al gobernador bonaerense luego de haber convocado un plebiscito contra la re-re: acorralarlo llamando a elecciones de autoridades partidarias para que, siendo oposición interna --luego de perder la compulsa, según creen los hombres del Presidente--, se subordine o se vaya del PJ. Todo ello envuelto en lo que parece ser un simulacro: el llamado a un plebiscito nacional a favor de la reelección, plebiscito que --de realizarse-- el oficialismo sabe que va a perder. Corach y el senador Eduardo Bauzá --los dos hombres más importantes de la estrategia reeleccionista-- viajaron ayer por la mañana a Anillaco para llevarle ideas a Carlos Menem. El viaje se armó anteayer durante la reunión que mantuvieron ambos en el hotel Alvear junto al diputado César Arias y a Juan Carlos Mazzón, asesor de Corach. Después de la reunión, el senador y el ministro enviaron su mensaje. "El Presidente nos ha manifestado que, sin prejuicio de que él considera que toda consulta a la sociedad es positiva cuando se tienen que tomar decisiones trascendentes, él lo deja a la consideración y decisión final del Partido Justicialista", comentó Corach, explicando la manera en que Menem piensa esquivar todo el tiempo que pueda la posibilidad de firmar un decreto. Es que la base de toda la estrategia reeleccionista de Menem radica en la intención de voto que recoge: si las encuestas no mejoran, no habrá plebiscito ni fallo de la Corte Suprema que lo haga competir en 1999. "No hay ningún decreto firmado a partir de que el Presidente nos está diciendo de la responsabilidad del partido", aclaró Bauzá. Después dijo que ellos propondrán al Congreso Nacional partidario --que "lo hemos citado para el 17 de julio"-- y al Consejo del PJ la propuesta de realizar la consulta popular para mediados de noviembre. Los operadores del Presidente confían en que tendrán lista la depuración de padrones, solicitadas a la jueza María Romilda Servini de Cubría, para la semana entrante. De no ser así, el Congreso se pospondría un tiempo. "Pero lo vamos a hacer lo antes posible", confió un importante ejecutor del plan de la Rosada. La fecha fijada por Duhalde para su consulta anti re-re acelera los planes del bando contrario. El menemismo sabe que el Congreso y las elecciones de autoridades deben realizarse antes del 13 de setiembre, para que el gobernador vaya a las urnas provinciales habiendo sido desplazado de la conducción del PJ o, en el mejor escenario imaginado por ellos, expulsado de sus filas. Ayer se dudaba sobre la actitud que tomaría Duhalde en lo referente al Congreso, pero desde La Plata hicieron llegar un claro mensaje. Un habitual vocero del gobernador dio esta explicación a Página/12: * "El Congreso aún no fue convocado. Falta que se expida Servini de Cubría sobre la situación de los padrones. * "Duhalde, como presidente del Congreso, es quien puede convocarlo. Antes, va a revisar las correcciones que se hayan hecho a los padrones, ya que César Arias pretende bajar de 488 congresales bonaerenses a 290. * "Suponiendo que desde el menemismo pretendan negociar a cambio de que Duhalde suspenda la consulta, decimos que no, que se hace en la fecha que ya se fijó. * "El orden del día del Congreso ya fue consensuado. Ahí no figuran ni una convocatoria a elecciones de autoridades partidarias ni la re-re. Todo intento por imponerlas fuera de reglamento puede provocar un terremoto. * "Vamos a defender hasta última instancia la unidad. Vamos a tratar que no haya ruptura". Desde la facción reeleccionista la meta está trazada y en la batalla del Congreso del PJ se dirimirá "quién tiene la manija", según había confiado un operador de Balcarce 50 anteayer a este diario. La respuesta acuñada a la argumentación duhaldista sobre el Congreso es la siguiente: * "Duhalde se olvida que en la reunión del Alvear de hace dos meses y en el Consejo de ese día, (Rubén) Marín anuncio que se habían recibido las firmas de más de 400 delegados pidiendo llamar al Congreso. * "Si el pedido de esos compañeros no es votado, el artículo 20 del estatuto partidario dice que el presidente del Consejo puede convocar al Congreso. Y el presidente del Consejo es Carlos Saúl Menem". Lo cierto es que aún no se sabe si el Congreso se realizará. Por las dudas, ayer, desde Anillaco, Corach trató de no dejar dudas sobre la valoración que hacen de Duhalde, si es que piensa seguir adelante con su embestida: "Nosotros no tenemos por qué pensar que el doctor Duhalde va a confrontar con el resto del peronismo, que se ha manifestado masivamente a favor de la posibilidad de que el Presidente de la Nación pueda competir por un nuevo período", dijo. Un poco diplomático eufemismo para darle el aviso de que de acá a llamarlo traidor hay muy poca distancia.
SI HAY CONSULTA, ¿GANARIA MENEM? Por Romina Calderaro Que ni lo intente. Con esa frase podría resumirse la opinión de la mayoría de los encuestadores consultados ayer por Página/12 sobre la iniciativa insinuada el viernes por el menemismo de convocar para noviembre a una consulta popular en todo el país respecto de la re-reelección del presidente Carlos Menem. "Es claro que perdería", dicen los consultores. Algunos creen que el Presidente ya lo sabe, y que "juega" a la re-reelección para ganar tiempo y debilitar a la Alianza. Otros están convencidos de que no perdió las esperanzas de un tercer mandato, por difícil que se le presente el escenario. De las aspiraciones presidenciales y de cómo podría eventualmente mejorar su imagen, los consultores conversaron ayer con Página/12. "A la luz de los datos de las encuestas, el oficialismo debería perder. Creo que Menem lo sabe, pero ocurre que está en una trampa. Inició un juego del que no puede salir. Si sale, pierde, y si se queda también pierde", dijo ayer a Página/12 Graciela Römer. Römer dice que la gente no quiere re-reelección. "Para que Menem recobre el apoyo popular, el Gobierno debería lograr neutralizar la corrupción, disminuir el desempleo y mejorar la Justicia. Es decir, tendría que revertir el costo social que generó el ajuste". Y, si Menem no va a convertirse en el mejor, por lo menos debería asegurarse el lugar de "menos peor". "El otro escenario que favorecería a Menem sería que haya un fuerte deterioro de la oposición. Y digo fuerte porque, desde su formación hasta ahora, la Alianza no deterioró su intención de voto", explica Römer, y advierte que ambas situaciones "son muy difíciles de lograr". "Menem no está pensando seriamente en la re-reelección. Sabe que la Alianza se niega a apoyar el plebiscito. El tiempo pasa y se sigue hablando del tema. Ese es su objetivo", sostuvo ayer Rosendo Fraga. De acuerdo con los datos que maneja su encuestadora, dos tercios de la población votaría en contra de la re-re y un tercio lo haría a favor. Fraga fue más allá de noviembre en sus pronósticos: "Con la Alianza unida, ni Menem ni el justicialismo tendrán posibilidades de ganar en el '99. El justicialismo va a obtener el cuarenta por ciento de los votos en la elección presidencial y pierde en la primera vuelta. La única posibilidad que tiene es que la Alianza se divida total o parcialmente", dijo a este diario. Manuel Mora y Araujo no cree que Menem haya perdido las esperanzas de un tercer mandato. "Como tendencia es clarísimo que el tema es antirreelección, pero la estrategia del Gobierno se basa en la hipótesis de que, presionando mucho a la Alianza con este tema, se profundicen las diferencias internas y la gente cambie de opinión. Ellos juegan también con la posibilidad de que en las provincias en las que el PJ ganó en octubre se vote a favor. El problema es que es sólo una hipótesis". Mora y Araujo sostiene que la re-reelección no es la única aspiración presidencial. "Aunque no consiga la re-re, Menem está buscando la presidencia del PJ para digitar desde ese lugar un presidenciable menemista", advierte. De los encuestadores consultados por Página/12, Hugo Aime fue el único que relativizó los pronósticos adversos a Menem. De acuerdo con sus datos, más del cincuenta por ciento de la población a nivel nacional está de acuerdo con la realización de un plebiscito. "La Alianza no quiere que se haga, pero la gente piensa otra cosa. Hay cachetazos para todos lados", afirmó. "Es cierto que el Presidente no creció en imagen, pero está creciendo en votos. En mis encuestas lo tengo primero entre los candidatos justicialistas", advirtió. Para Aime es prematuro proyectar el resultado que arrojaría el plebiscito: "Depende de lo que pase con la interna justicialista, hay que ver si se hace el Congreso justicialista...". Y cree que mientras tanto "la estrategia deja a la Alianza en una posición de no respuesta endeble y el Gobierno gana tiempo". "No lo van a hacer. El menemismo no quiere convocar a ningún plebiscito", dijo a este diario Heriberto Muraro. "Hacen la parodia para redoblarle la apuesta a Duhalde y para ganar tiempo", agregó con el mismo énfasis. Por si quedaban dudas, Muraro cree que Menem no saldría favorecido por los resultados de una consulta popular. A diferencia del resto de los encuestadores, para él el escenario de una Alianza dividida parcial o totalmente no cambia la situación del Presidente. "El único escenario que, imagino, podría cambiar el resultado del plebiscito sería el siguiente: un país con cinco por ciento de desocupación, en el que el PBI crezca un diez por ciento y se dupliquen los salarios".
DEFINICION DE DE LA RUA Y GRACIELA
Si bien el viernes la cúpula aliancista se había cuidado de responder oficialmente cuál sería su postura en caso de que se concrete, el 13 de setiembre, el plebiscito bonaerense sobre la re-reelección del presidente Carlos Menem, sus dos precandidatos a presidente dejaron en claro ayer que no dudarán a la hora de aconsejar a sus seguidores. "Si a pesar de nuestras advertencias pasara, estaremos ... yo al menos, estaré diciéndole a la gente que vote por el `No'" afirmó De la Rúa. "Lo que es seguro es que no vamos a decir que la gente se abstenga y por supuesto, no le vamos a decir que vote por el `Sí'", coincidió Graciela Fernández Meijide. Fernando de la Rúa y Graciela Fernández Meijide se dieron cuenta de que con los tiempos políticos que maneja el oficialismo, no era bueno abstenerse de tomar una posición concreta sobre la próxima consulta de la provincia de Buenos Aires. Primero repudiaron el llamado de Duhalde, después aclararon que si a pesar de ellos el plebiscito sigue en pie, la Alianza no llamará a la abstención. Y por último, se sinceraron y confirmaron que apoyarán el "No", y que la re-reelección no será avalada por la gente. Para De la Rúa esta convocatoria, y la que podría llamar el Gobierno a nivel nacional "son ilegales" porque "no se pueden utilizar estos mecanismos para cualquier cosa y menos para violar la Constitución", pero pronosticó que si a pesar de "esto finalmente se hiciera, la gente mayoritariamente se va a volcar por el `No'". Pero el jefe de gobierno porteño, de gira por el interior bonaerense, aclaró que "si gana el `No', no será un triunfo de Duhalde, será un triunfo del `No', de todos los que defendemos la Constitución". A pesar de su postura a favor del "No", De la Rúa se mostró más medido a la hora de hablar de la posición que adoptará la coalición opositora, ya que hacer campaña por la negativa "no es lo que resulta del texto suscripto por los líderes de la Alianza", y recordó que el documento dice "ni plebiscito, ni reelección, ni consultas improcedentes, ni violación de la Constitución". Por las dudas dejó en claro que la Alianza sí tiene "reglas claras de procedimiento para que la competencia no derive en conflicto". Su adversaria en las próximas internas aliancistas, Graciela Fernández Meijide, tampoco aprobó la realización de consultas populares por parte del Gobierno. "No conducen a nada, conducen a posicionamientos y a intereses bastardos en un solo partido" y opinó que "la jugada de Duhalde ha salido de la desesperación, porque yo creo que lo tenían muy aplastado". La preocupación de la precandidata por el Frepaso se basa en que "si se hace el plebiscito de Duhalde y Menem pierde, ¿cómo gobierna el resto del tiempo que le queda para gobernar?, ¿con qué autoridad?", se preguntó. Si bien la legisladora dio por sentado que no le pedirán a sus afiliados que se abstengan, ni que voten por el "Sí", tampoco quiso adelantar cuál será la "recomendación" de la Alianza. "El voto no es obligatorio --recordó Meijide-- y eso va a demostrar la voluntad de la gente por votar. Nosotros descontamos que la gente va a votar por que no se viole la Constitución."
Acuerdo, no manipulación Por Eduardo Sigal * La convocatoria del gobernador Duhalde a una consulta popular no vinculante en la provincia de Buenos Aires, para dirimir la cuestión de una nueva reelección del presidente Menem, instala en el centro de la escena política el problema de las reglas de juego propias de un sistema democrático republicano. No puede menos que saludarse el final de la lamentable comedia de enredos impulsada por el menemismo: la decisión de Duhalde deja en claro que la reelección no es una obsesión de la Alianza, sino un conflicto institucional que atraviesa el sistema político y divide aguas en el interior mismo del partido gobernante. Es altamente positivo que surja la posibilidad de que un sector del justicialismo se disponga a militar en defensa de la Constitución y la legalidad democrática contra las ínfulas cesaristas de Menem y sus cortesanos. Ahora bien, no es un dato menor en los medios que se pretenden emplear para enfrentar la ofensiva menemista. La vigencia de la Constitución no puede estar condicionada al resultado de una consulta popular, por lo que el método elegido por Duhalde es tan ilegítimo como el de la camarilla menemista de la provincia de La Rioja. La diferencia por los instrumentos que se ponen en juego amenaza retrotraer la democracia argentina a las recurrentes crisis sucesorias que atraviesan nuestra historia. Si de lo que se trata no es de usar las instituciones para saldar una interna justicialista, sino de defender la legalidad democrática; el gobernador tiene otros caminos más eficaces a su alcance. Es necesario un amplio compromiso entre todos los partidos y fuerzas democráticas, incluyendo al justicialismo no menemista, que establezca el no reconocimiento de legitimidad alguna a cualquier pronunciamiento judicial que desconozca lo dispuesto por nuestra Constitución. Eso no significa una coalición electoral sino un acuerdo político para enfrentar el atropello menemista. Ahora resulta más evidente que nunca que la constitucionalidad democrática está en peligro. De lo que se trata es de debatir los mejores caminos para defenderla. * Presidente del bloque de senadores del Frepaso de la provincia de Buenos Aires.
"¿Quién tiene autoridad para echar a Duhalde?"
Por Eduardo Tagliaferro Desde la quinta donde está redactando el proyecto que el lunes presentará en la Legislatura porteña, Jorge Argüello, flamante diputado del duhaldismo en la Capital Federal, quiere ponerle un punto final a la discusión de la re-reelección. "La convocatoria no se va a suspender", dijo ayer a Página/12. No le teme a la nacionalización de la iniciativa, ya que considera que la gente va a sepultar esta discusión, a la que define como "baladí". Afirma que el peronismo no tiene dueño y por este motivo no puede imaginar que Menem expulse a Duhalde del PJ. Y, con respecto de la Alianza, sostiene que no hay tercera posición en este tema. --¿Cómo es su proyecto de plebiscito en la Capital Federal? --Es parte de la misma iniciativa política impulsada por el gobernador Duhalde, es no vinculante y no es obligatorio, se realizaría el 13 de septiembre, junto con el plebiscito bonaerense, y es una instrucción de los ciudadanos a sus representantes. --¿Duhalde cree que con esto se termina con la re-reelección? --Desde hace meses los titulares de los diarios están referidos exclusivamente a la posible re-reelección. Esta discusión ocupa el punto número 23 en la escala de preocupaciones de la gente, pero debemos reconocer que hoy es el tema número uno de la agenda política. También formó parte del monopolio del discurso de la oposición. Consideramos que hay que escuchar a la gente y ponerle un "punto final" a este tema, que es baladí para el país. --¿Estos plebiscitos van a terminar con el proyecto reeleccionista? --Es la gente la que le va a decir que no a Menem. El plebiscito aborta las maniobras del menemismo, ya que el 13 de septiembre tendremos la opinión de 11 millones de argentinos de la Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires. --Hay quien sospecha que Duhalde va a negociar con Menem y va a renunciar a la idea del plebiscito. --No hay posibilidad de marcha atrás en la consulta popular. Hay que terminar con el carnaval de la re-reelección. --La Alianza dice que esto es parte de la discusión interna del PJ... --En los últimos meses la Alianza llamó a cacerolazos, resistencia civil y concentraciones en el Paraninfo de Paraná y ahora dice que la re- reelección es un tema de la interna del PJ. La reelección es un intento de violentar la Constitución, no es tema partidario. --¿Coincide con la oposición que el plebiscito puede generar formas violentas para dirimir las diferencias políticas? --Casualmente este argumento ratifica la idea de la consulta popular, para terminar con el tema. No hay tercera posición posible, no me imagino un comando de la Alianza impulsando el voto por el "Ni". --¿Habló ya con los dirigentes porteños de la Alianza? --Hay que crear las condiciones políticas. Todos me alentaron a que lo presente, ya sean radicales como frepasistas, hasta el propio Beliz está entusiasmado con la idea. Sólo el PJ porteño se opuso. --¿Evaluaron la posibilidad de que expulsen a Duhalde del PJ? --El peronismo no tiene dueño. ¿Quién tiene la autoridad de echar a Duhalde del PJ? --¿Con esta iniciativa se terminará la discusión interna con Menem? --En el peronismo, cuando la gente irrumpe, lo hace de modo contundente. Hemos tenido contradicciones peores en nuestra historia y todas las resolvió la presencia de la gente.
Cuestiones de identidad Por Juan Carlos Portantiero (*) Hace poco The Economist calificó a la gestión de Menem como una mezcla de "economía liberal y política siciliana". Sin querer englobar de manera prejuiciosa a todos los habitantes de esa porción del sur italiano, no caben dudas que el gentilicio, aplicado a la manera de hacer política, tiene un significado unívoco, asociado con las prácticas mafiosas. Esa visión sobre los procederes "sicilianos" del gobierno actual, publicada por un órgano de tanto prestigio en el "establishment" internacional, no hace más que confirmarse a propósito de las modalidades arbitrarias con que la patología del poder personal se revela, día a día, en esta cruzada absurda por la re-reelección. Eduardo Duhalde no ha encontrado mejor manera de expresar su posición contraria a los objetivos de perduración sultanística del Presidente, que la de enfrentarlo con las mismas armas: si La Rioja decide preguntarle a sus ciudadanos si la Constitución es constitucional, ¿por qué no podría hacer lo mismo la provincia de Buenos Aires? El cambalache en la escena política nacional instalado por el menemismo aterriza así en el seno neurálgico del peronismo hasta el punto de poder arrastrarlo a una ruptura. Ni Menem ni Duhalde venderán barato su eventual derrota, con lo que --otra vez más-- ese movimiento coloca sus crisis propias en el nivel de una crisis nacional, arrastrando a las instituciones y al ejercicio de la política a un pantano "siciliano". Para la salud de la República es imprescindible impedir que la política sea nada más que una proyección de las furias internas del peronismo. Este descrédito moral aumenta exponencialmente las responsabilidades de la Alianza para evitar que el escepticismo y la anomia crezcan peligrosamente en la población. Más que nunca para ser exitosa debe transformarse en el eje de una renovación cultural profunda, como base para otras transformaciones, sociales, políticas o económicas. La Alianza no puede ser sólo una coalición electoral, un agregado de dos partidos: debe ser una nueva identidad abarcativa que vaya mucho más allá de la suma aritmética de voluntades que se suponen cautivas. Crear esa identidad colectiva es hoy su tarea más importante. Ese sentido de pertenencia a un esfuerzo de todos, más que a las partes que lo componen, fue la clave de triunfo del Olivo en Italia y de la Concertación Democrática en Chile, los ejemplos más a mano a los que podemos acudir. Cierto es que el camino que se ha elegido, esto es, definir un programa común simultáneamente con una competencia por las principales candidaturas, dificulta las cosas. Mejor hubiera sido recurrir a una inversa metodología a través de la cual se elaboraran las coincidencias programáticas, se las pusiera a prueba en el Parlamento, se extendiera la Alianza a todo el país y luego a principios del año próximo, se dirimieran las candidaturas. No fue así, lo que permitió que el menemismo agrandara el nivel de las dificultades de la coalición en la competencia preelectoral, entre otras cosas para tapar el estruendo de su choque con el duhaldismo y para mostrar que, al cabo, todo podía ser lo mismo. Pero de esa trampa hay que salir urgentemente para mostrar que otra forma de hacer política no sólo es necesaria sino que es posible. Y la manera de recrear entusiasmos que pueden si no perderse en el camino, no recae en las formas instrumentales de las candidaturas o de los programas, indispensables pero no suficientes. Si el posmenemismo debe nutrirse de un gran cambio cultural, la gran cuestión hoy es generar una identidad común capaz de contener --con razones y emociones-- al hastío por la "política siciliana" y al entusiasmo por una nueva sociedad, que no será la simple suma del radicalismo y del Frepaso. (*) Sociólogo. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales.
Por Fernando Almirón José María Díaz Bancalari fue quien se ocupó de anunciar el viernes la firma del decreto por el cual Eduardo Duhalde convocó a una consulta popular para que los bonaerenses se pronuncien a favor o en contra de la habilitación de Carlos Menem para un nuevo período presidencial. El ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires es uno de los dos hombres del gobernador --el otro es Rubén Citara-- que se ocupará de llevar adelante el plebiscito previsto para el 13 de setiembre. Díaz Bancalari defiende la idea "porque es mejor que los cacerolazos y los exabruptos de la Alianza". Entre sus dudas figura el contenido de la campaña publicitaria que acompañará desde la Casa de Gobierno de La Plata la difusión de la convocatoria. Aunque sólo tiene que elegir entre el "Sí" y el "No", "todavía no lo tenemos resuelto", le dijo a Página/12 durante la entrevista. --¿Es verdad la idea de la consulta se inspiró en la propuesta del gobernador riojano Angel Maza? --No, nosotros estamos trabajando en los mecanismos de la democracia directa desde el año 1994, aunque recién se terminó de reglamentar este año. Se trata de un mecanismo del Ejecutivo para consultar a la gente de la provincia. --Sí, pero en este caso se trata de un tema nacional, la re-reelección presidencial. --La Constitución se puede reformar a través de una ley aprobada en el Congreso de la Nación, y lo que buscamos es, por lo tanto, que nuestros diputados nacionales sepan cuál es la opinión de la provincia que representan. Queremos que le gente les diga a los legisladores de Buenos Aires si deben o no impulsar la modificación del artículo que le prohíbe a Carlos Menem aspirar a un nuevo mandato presidencial. --¿Y usted que cree que va a decir la gente? --Eso no lo podremos saber hasta después de contar los votos. --¿Cómo fue elaborada la propuesta? --Entendíamos que había que terminar con el tema mediante la opinión de la gente que ya está cansada de escuchar a los dirigentes y analistas políticos hablando sobre el tema. Esta consulta creo que es la mejor respuesta a una serie de propuestas ridículas, como los cacerolazos y los apagones que proponía Chacho Alvarez, y los exabruptos de Graciela Fernández Meijide y Raúl Alfonsín que propusieron la resistencia civil y hasta el levantamiento en armas en defensa del Estado de derecho. --De hacerse una consulta a nivel nacional, ¿suspenderían la provincial? --No. Sólo si es de idéntico contenido que la de la provincia de Buenos Aires se podrían llegar a consensuar las tiempos entre una y otra. --¿La consulta puede ser motivo de negociación en el congreso del PJ? --No, de ninguna manera. Para Duhalde esto ya está decidido, y no está dispuesto a negociar la legítima expresión del pueblo. --¿Hubo consultas con la Alianza antes de la firma de lanzar la consulta? --Antes no. En cambio sí intercambiamos opiniones después de la firma del decreto, ya que tendremos que unificar acciones entre todos los partidos políticos. Hay que tener en cuenta que esta consulta funciona exactamente igual que una elección. Hay autoridades de mesa y fiscales. Se votará igual que en octubre pasado, en las mismas mesas y en base a los mismos padrones. A cada votante se le sellará el documento como se hace habitualmente en los sufragios. --¿Cómo informarán a la población sobre el motivo de la consulta? --Vamos a decir que esto es lo que permite la Constitución para modificar el artículo que prohíbe la re-reelección. De aquí podría, o no, salir el mandato a los legisladores para promulgar una ley en ese sentido. --Seguramente los re-reeleccionistas desplegarán una gran campaña publicitaria de apoyo al Presidente. ¿Hacia qué lado se inclinará el eje de la campaña publicitaria de Duhalde? --Es algo que todavía no tenemos decidido. --El menemismo intentará devolver este golpe en el próximo congreso partidario, proponiendo, por ejemplo, un pronunciamiento del PJ a favor de la re-reelección ... --Eso significaría generar conflictos que apuntan a buscar una ruptura, y eso no le conviene a nadie porque si Menem no puede ser reelecto creemos que Duhalde es el mejor candidato para llevar al triunfo al peronismo. --¿Y usted cree que no se buscará romper el congreso del PJ? --No es una situación que resulte conveniente para nadie, y no creo que un congreso desordenado y que termine en un escándalo le sirva a Menem para ganar en la consulta de Buenos Aires.
CRUCE ENTRE CHACHO Y JORGE RODRIGUEZ "Ustedes le tienen miedo a la investigación. Quieren quedarse en el poder a cualquier precio y estan llevando el país a una situación peligrosa", desafió ayer el diputado aliancista Carlos "Chacho" Alvarez al jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, durante un duro cruce verbal sobre el posible llamado a un plebiscito nacional, en el programa "Juego Limpio" que se emite por la señal de cable Todo Noticias. El encargado de responderle no fue el funcionario, sino el senador justicialista Jorge Yoma, quien también se hallaba presente en el estudio. Le retrucó que "nada hay más legítimo que la voluntad popular. Lo que hay en la Alianza es el temor a esa voluntad popular". Rodríguez había afirmado, en una entrevista por separado, que "hoy hay una proscripción" en la Constitución y que "hay afiliados justicialistas que quieren buscar mecanismos que eliminen esa proscripción", en referencia a los continuos pedidos a la Justicia por parte de funcionarios afines con el gobierno nacional, para que se apruebe una nueva reforma constitucional en la que se le permita al presidente Carlos Menem conducir un tercer mandato consecutivo. El dirigente del Frepaso se opuso a esa interpretación y dijo que es "una falacia" plantear que existe una proscripción. "Si esta Constitución la hizo el Pacto de Olivos, ¿cómo puede ser proscriptiva, cómo los radicales y justicialistas me van a decir esto? Seamos honestos, digamos que queremos cambiarla y modificarla como si vivieramos en el pasado", añadió. Después, en el debate, recordó que "tenemos una Constitución de hace cuatro años que se modificó precisamente para beneficiar al presidente Menem".
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