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| Por Raúl Kollmann
En el acto de hoy hablarán Estela Carlotto, de las Abuelas de Plaza de Mayo, el rabino Mario Roijzman, el presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos, Osvaldo Baratucci, y un representante de la Federación Universitaria de Buenos Aires. Las concentraciones de Memoria Activa se realizan siempre los lunes, el día en que ocurrió el atentado, exactamente a la hora de la explosión: 9.54. Sobre la investigación, Beraja sostuvo que "en realidad ha habido un juego de Telleldín dando pistas falsas, pero una revisión que se hizo en los últimos meses, demuestra cuál era la carrocería que llevaba la Trafic. Se ven ahora claras las mayores de varios responsables, incluyendo Telleldín". En relación a lo publicado por Página/12, el dirigente de la DAIA reconoció que "es muy difícil encontrar a los culpables del atentado. Está claro como ocurrió, pero es difícil reconstruir las pruebas de las cadenas de células que actuaron". En su edición de ayer, este diario señaló que los investigadores ya saben quién y cómo se hizo el atentado, pero no existen las pruebas y la investigación lleva un atraso de tres años. Para los pesquisas, Telleldín y los policías bonaerenses aportaron el vehículo, con total conocimiento de quién hizo el atentado; hay una célula islámica local en la que participan dos empresarios de origen árabe, Albertito Kanoore Edul y Nassib Haddad, que proporcionaron los explosivos y colocaron un volquete frente a la AMIA cinco minutos antes del estallido para marcar el lugar por el que debía entrar la camioneta; hubo una participación de policías federales en el movimiento previo de la Trafic y la puntada final del ataque quedó en manos de dos individuos venidos del exterior: uno armó el mecanismo del explosivo y el segundo condujo la camioneta hasta la calle Pasteur. Dobnievsky, abogado de la AMIA, coincidió con lo revelado por este diario: "Telleldín tuvo un rol mucho más importante que el que hasta ahora se le ha asignado. Además hay un pacto de silencio con los policías bonaerenses, entre ellos Juan José Ribelli. Ellos saben quiénes fueron los autores del atentado. En el ataque está comprobado que hubo una serie de eslabones, pero es evidente que nos faltan algunas piezas. Coincido con lo publicado por Página/12, es probable que las cosas hayan sucedido así. Pero nosotros no estamos escribiendo un artículo sino que necesitamos pruebas y estamos trabajando en eso". En diálogo con este diario, Laura Ginsberg, sostuvo que "para nosotros la
investigación es pobre. El juez Galeano tiene solamente esta causa para trabajar y
supuestamente se le dan todos los recursos. Durante estos años toleró que le hicieran de
todo, le negaron gente, hubo fuerzas de seguridad que le plantaron pruebas y testigos. Y
él todo lo que hizo fue poner algunas de estas cosas en distintos escritos. Nosotros
queremos un juez que verdaderamente investigue, que convoque a conferencias de prensa
cuando le ponen algún obstáculo, no que deje pasar las cosas pasivamente. Un ejemplo es
la actitud que tuvo con la esposa de Carlos Telleldín, cómplice de su marido. Le hemos
pedido hasta el cansancio que la procese, pero dice que por estrategia judicial no lo
hace. A Telleldín casi lo deja en libertad porque permitió la prescripción de una
causa. Y siempre aduce que es estrategia. Nosotros queremos que investigue de verdad, no
una madeja de trucos judiciales. Hace cuatro años que nos dicen que la semana próxima
habrá novedades decisivas y nunca pasó nada. Es una vergüenza". |
Hoy comienza la semana de actos por el cuarto aniversario del atentado contra la AMIA. A
las 9.30, frente al Palacio de Tribunales, los familiares de las víctimas agrupados en
Memoria Activa reclamarán por la falta de resultados en la investigación. Ayer, el
presidente de la DAIA, Rubén Beraja, y el abogado de la AMIA, Luis Dobnievsky,
confirmaron lo publicado por Página/12: "Hay convicción de que Telleldín
jugó un papel fundamental en el atentado, el ataque se produjo en eslabones y
efectivamente sobre algunos de esos eslabones no tenemos pruebas". Por su parte,
Laura Ginsberg, cuyo esposo murió en el atentado, sostuvo que "la investigación
tiene un atraso evidente. Hemos tenido cuatro años de paciencia y no vemos los
resultados".