SIN TRABAJO PERO CON EXCUSAS
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Por Raúl Dellatorre Metido de lleno como está en la campaña electoral, para el Gobierno el próximo viernes 17 puede ser un día clave. En esa fecha se difundirá el índice de desempleo de la medición correspondiente a mayo, y entonces se oficializará lo que ya es un secreto a voces: la economía argentina no ha logrado crear empleo --aunque tampoco lo destruyó-- en lo que va del año. La variación precisa del índice de desocupación --que había bajado hasta el 13,7 por ciento en octubre de 1997-- dependerá de cómo se haya comportado la oferta de trabajo, es decir, la cantidad de gente que sale a buscar un puesto. Si esa proporción sobre la población total se mantuvo en el 42,1 por ciento que exhibía en la anterior medición, el desempleo que el Indec informe oficialmente será del 14 por ciento. Un análisis realizado por la Fundación Capital, que conduce el ex funcionario menemista Martín Redrado, muestra que si la mano de obra que se ofreció en el mercado en mayo se redujo en medio punto (al 41,6 por ciento de la población total) con respecto de octubre, el Gobierno podrá mostrar una auspiciosa, aunque engañosa, baja en la tasa de desocupación, que en ese caso se ubicaría en el 13 por ciento. En cambio, si la tasa de actividad aumentó en medio punto, entonces la tasa de desempleo resultante habrá subido al 15 por ciento. Un "empeoramiento" de la situación, en rigor, no menos engañoso que el resultado de la hipótesis anterior. Lo más justo será admitir que, con una cantidad de empleos en la economía constante y un limitado crecimiento de la cantidad de personas que participan del mercado laboral --fundamentalmente por los jóvenes que se incorporan en ese universo--, habrá un leve aumento de la desocupación, de dos o tres décimas, con respecto del semestre anterior. El gobierno nacional confiará en Erman González, ministro de Trabajo, la responsabilidad de exponer públicamente las razones de la "mala nueva". Mucho más que Roque Fernández, titular de Economía, el riojano cuenta con el tacto político necesario para que la noticia no se transforme en un bumerán contra las pretensiones reeleccionistas del jefe de la Casa Rosada. Por otra parte, no es justamente el perfil del titular del Palacio de Hacienda el más adecuado para echarle culpas al empresariado. Erman ya comenzó, en la última semana, a ensayar públicamente los argumentos que pondrá sobre la mesa: * Abuso empresario de las horas extras: con cifras en la mano, el ministro exhibió el modo en que aquellos sectores que han mejorado su nivel de actividad han recurrido al sobreempleo de los ya ocupados antes que a la contratación de nuevos empleados. Las horas trabajadas por mes y por persona han trepado en mayo al alarmante nivel de 228 horas en promedio. Si ése es el promedio, significa que son numerosos los trabajadores que estarían trabajando 10 horas diarias con un solo franco o día libre semanal (250 horas al mes). Los resultados surgen de encuestas oficiales realizadas en Capital y Gran Buenos Aires, y nada hace suponer que no existan zonas del interior en peor situación que la del área metropolitana. * Precarización del empleo con desconocimiento de las normas vigentes: las modalidades promovidas, al decir del ministro, han servido para que los empleadores eludan el pago de cargas previsionales excediendo los límites de aplicación de las referidas formas de contrato. Así, los contratos temporales se convierten en eternos con el solo argumento de su renovación al vencimiento. Con esta forma de trabajo, sin derechos, horarios tope ni restricciones funcionales, los empleados cumplen la más de las veces las tareas que deberían corresponder a dos o tres trabajadores. * Demora en la aprobación de la reforma laboral: las condiciones anteriores servirán para argumentar en favor de la reforma, que tendría despacho de comisión en Diputados este miércoles. En su respaldo, Erman podrá señalar que la reforma es un arma válida para combatir el trabajo "en negro". * El impacto de la crisis asiática sobre las expectativas de inversión, que demoraría las decisiones de contratación de personal frente a la incertidumbre reinante.
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