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Por Maximiliano Montenegro Ni siquiera el mago ucraniano de Olmedo lo hubiese logrado. Emilio Jaján se paró en medio de un seminario empresarial en Kiev, pronunciando un discurso en favor de la reelección de Carlos Menem, quien se encontraba de visita en la capital de Ucrania y, a cambio, el presidente accedió en público a declarar de interés nacional dos ferias de productos argentinos y ucranianos --una en cada país-- que el empresario piensa organizar en el '99 y el 2000. En principio, estas ferias iban a ser "flotantes", pero dada la negativa del gobierno ucranio, ahora Jaján dice que serán "volantes". Sea como fueren, en la Cancillería toman distancia y afirman que lo de Menem fue nada más que un cumplido de ocasión. Si el gobierno declarara al evento de interés nacional, Jaján cerraría un atractivo negocio, al ingresar al país aviones y maquinaria pesada de origen ucraniano sin pagar impuestos aduaneros. Con sus setenta y siete años, Jaján se autodefine como "un abogado argentino de origen ucraniano" interesado en "hacer todo lo que pueda para incrementar el comercio entre Argentina y Ucrania". En Kiev es bien conocido en círculos diplomáticos y empresariales. Suele presentarse a los empresarios ucranianos como representante de firmas argentinas y viceversa. No posee oficina fija, tampoco se le conoce un hotel donde se hospede habitualmente, como ocurre con la mayoría de los hombres de negocios que aterrizan en Ucrania en busca de oportunidades de alta rentabilidad y riesgo. En ocasiones, abusando de la buena predisposición de los diplomáticos, ha utilizado la biblioteca de la embajada argentina en Kiev para recibir a sus clientes. Su pasaporte argentino lleva el número de copia número quince. En el seminario organizado especialmente para la visita presidencial a Kiev, Jaján tuvo una participación estelar. "Usted va a seguir siendo presidente en el año 2000, estoy seguro señor presidente, porque usted en Argentina arrasa en las urnas", afirmó, ante la mirada atónita de los anfitriones ucranianos y la sonrisa cómplice de Menem. También le prometió que "los 400 mil ucranianos en Argentina vamos a votar por usted". Ahí nomás, solicitó a Menem que declarara de interés nacional "dos ferias argentino-ucranianas que estoy organizando, una en Argentina en el '99 y otra aquí en el año 2000". El presidente, entusiasmado por la adhesión, que selló una gira signada por la reelección, contestó: "dé por descontado que las ferias serán declaradas de interés nacional". Jaján sólo pudo intervenir gracias a un guiño presidencial. Todos los participantes --incluido Menem y el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma-- estaban avisados de antemano por los organizadores que no habría preguntas por falta de tiempo. Fue el propio Menem quien, inesperadamente, dio el pase al excéntrico empresario al conceder que respondería a preguntas. Nadie osó abrir la boca y del silencio brotaron las palabras mágicas en favor de la reelección. Las ferias planeadas por Jaján son dignas de los sketchs de Olmedo. Primero las imaginó "flotantes": la idea era cargar mercadería (maquinaria pesada, aviones, material ferroviario) en un barco del gobierno con rumbo a una base científica que Ucrania posee en la Antártida. En el viaje de ida, la nave haría una parada en Buenos Aires en agosto del '99 y lo volvería a hacer a su regreso, al año siguiente, para cargar mercadería argentina (productos alimenticios) con destino a Ucrania. El gobierno del presidente Kuchma advirtió que la empresa no sería posible, ya que no parecía correcto inmiscuir un barco científico en actividades comerciales. Hoy Jaján sueña con que las ferias sean "volantes". Dice estar gestionando la utilización del Antonov 74, el avión de carga más grande del mundo, de fabricación ucraniana, para efectuar el transporte de la mercadería. Una feria de estas características "sería la primera de este tipo en el mundo", dijo entusiasmado Jaján, en un diálogo telefónico con Página/12 desde Kiev. Hasta la propia aeronave que serviría de transporte sería puesta en venta en la Argentina, ya que Ucrania pretende a toda costa colocar el Antonov en el mercado mundial de aviones de carga, donde la supremacía es de los Hércules norteamericanos. Más aún, Kuchma ofreció el Antonov a Menem durante su visita, a lo que el argentino prometió que la oferta sería evaluada por el ministro de Defensa, Jorge Domínguez, en un viaje próximo. Nadie en la Cancillería le quiere poner la firma a un proyecto de Jaján. Funcionarios consultados por este diario afirmaron que "lo de Menem fue una gentileza, un gesto de compromiso, pero no está pensado declarar ninguna feria argentino-ucraniana de interés nacional". En realidad, la Cancillería sólo opina mediante un memo sobre la necesidad o no de efectuar la declaración. La responsable de decretar de interés nacional una exposición comercial es la Secretaría General de la Presidencia. Con la sola palabra de Menem, Jaján ya logró, evalúan fuentes diplomáticas, darle chapa en Ucrania a un negocio hasta ayer inexistente. Si encima lograra, en los papeles, el aval oficial, entonces podría ingresar al país sin aranceles mercaderías que, por sus características, cuentan con elevadas tarifas aduaneras.
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