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LAS ARMAS DEL EJERCITO PARTIERON DE LA TERMINAL 6 DEL PUERTO

A CROACIA A BORDO DEL RIJEKA EXPRESS

Para estibadores y guincheros de la Terminal 6 del puerto de Buenos Aires, no es un secreto que las arms vendidas por el Ejército a Croacia partieron de allí en el Rijeka Express.

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Facsímil de un comprobante de carga de 39 containers por la empresa intefema.

Por Susana Viau

t.gif (67 bytes)  Las armas vendidas a Croacia fueron embarcadas en el Rijeka Express desde la Terminal 6 del puerto de Buenos Aires. Así lo relataron a Página/12 los casi 300 estibadores y guincheros de la terminal que hoy al mediodía volverán a concentrarse frente al Ministerio de Economía para reclamar indemnizaciones o un nuevo llamado a licitación que permita la reapertura. La Terminal 6, adjudicada al consorcio Intefema en 1994, tuvo una vida oscura y efímera. A poco de andar comenzaron los problemas de pagos y un año después --y a pesar del intenso tráfico que registraba-- se declaraba virtualmente fundida. Violando las cláusulas licitatorias, una nueva sociedad, el grupo Fracchia, se integró al directorio. Los trabajadores aún recuerdan cuando, a mediados de 1995, Mario Fracchia, de pie en una de las escaleras de la terminal, se presentó como "amigo de Menem" y los llamó "negritos campeones, como Maradona". Hasta ese momento, ni los estibadores ni los guincheros sabían qué habían cargado en la madrugada del 3 de febrero. La única advertencia había llegado de los choferes de los camiones que les recomendaron: "Ojo, que es explosivo".

Los camiones no eran transportes militares, pero los choferes eran cordobeses y precisamente en Córdoba, en la fábrica militar de Río Tercero, se habían "maquillado" 9 obuses Otto Melara de 105 milímetros y 15 cañones Citer que fueron trasladados primero a Los Polvorines y luego al puerto de Buenos Aires con destino a Croacia. La carga que recibieron en la terminal no llevaba la habitual etiqueta con la llama que indica "inflamable". Fueron los conductores los que alertaron "cuidado con fumar ahí porque va a volar todo". Eran containers de gran porte, los mayores, de 40 pies. De ésos se cargaron, en una sola bodega, 39 containers. Habían empezado la estiba durante la noche, después de las dos de la mañana. Todo lo que los portuarios de Intefema recuerdan es que era un barco azul con letras blancas que identificaban "Rijeka" y que era croata. Aunque tampoco eso les llamó la atención: allí, en la Terminal 6, eran habituales los barcos de bandera panameña o liberiana. "Cuando esos barcos entraban --cuentan los delegados-- se bajaba el sistema María", el que funcionaba en la Aduana.

Intefema, que había resultado adjudicataria de una de las cinco terminales portuarias de Buenos Aires (la 1 y la 2 se licitaron juntas), era un consorcio integrado por Inversiones Portuarias, Ferrylíneas, Tenanco y Marítima Buenos Aires. El comienzo de la actividad en la Terminal 6 fue casi simultáneo con lo que los oficiales del Ejército que supervisaron el maquillaje de los cañones hicieron llamar "Operación Ejército Argentino": los estibadores fijan noviembre de 1994 como fecha de su debut en calidad de asalariados de la Terminal 6 y el 23 de diciembre

30 transportes procedentes de unidades militares de todo el país (sólo de Río Tercero habían partido 14) convergieron en la provincia de Buenos Aires, en Los Polvorines, el lugar elegido para la concentración.

A los delegados de los 294 estibadores y guincheros que componían la dotación de Intefema les sorprende que la aventura del consorcio haya terminado tan pronto: "Ahí llegaban unos 45 barcos mensuales --calculan-- y una terminal con 15 barcos ya hace un buen promedio". Sin embargo los problemas empezaron enseguida, atrasos en los pagos, dificultades de todo tipo. A mediados de 1995, entre julio y agosto, Mario Fracchia, un hombre sin antecedentes en los docks, se integra al directorio. Eso sí, ellos terminaron sabiendo que Fracchia tenía participación en una planta de oxígeno en Avellaneda y era un racinguista fervoroso, al punto que fue candidato a la presidencia del club en las últimas elecciones que consagraron a Daniel Lalín como titular de la entidad. Lo otro que alcanzaron a averiguar es que Fracchia había sido adjudicatario de la recolección de residuos en Punta del Este alrededor del año 1993. Pero lo cierto es que, además de estos datos, el ingreso de Fracchia al directorio de Intefema era violatorio de las cláusulas de la licitación: los pliegos establecían que durante un plazo de tres años la conformación del directorio no debía ser modificada. Sostienen los obreros que Fracchia quiso halagarlos cuando los llamó "negritos campeones, como Maradona", pero el efecto fue contrario. Haciendo memoria, recuerdan ese día en que desde una escalera el empresario les habría explicado: "Yo puse guita para la campaña de Carlos Menem. Menem es mi amigo y me mandó a recuperar la plata de esta terminal".

Hay otra contabilidad de la Terminal 6 en la que nadie hurga: de los casi 300 estibadores y guincheros, 11 ya han muerto en estos tres años y uno acaba de suicidarse, quebrado por la falta de trabajo. La mayoría tiene entre 45 y 55 años y no son cuerpos cuidados: "Usted no sabe cómo se agranda el corazón y se arruina la columna trabajando en la estiba", comentan sin dramatismos.

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