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Por Raul Kollmann "La mejor Justicia del mundo de Menem pareciera tener el mismo camino que la mejor policía del mundo de Duhalde." Con este concepto central, Laura Ginsberg, cuyo esposo murió en el atentado, resumió las críticas que hacen los familiares de las víctimas a la marcha de la investigación del ataque contra la AMIA. El cuestionamiento es a la falta de resultados concretos de la pesquisa y a la participación de oficiales de la Policía Bonaerense en el armado del vehículo utilizado en la explosión. Ginsberg inició así la Semana de la Memoria, al cumplirse cuatro años de aquel lunes, cuando también había terminado el campeonato mundial de fútbol, y a las 9.54 de la mañana 86 personas perdieron la vida por el atentado terrorista. Unas dos mil personas participaron ayer de la tradicional concentración de Memoria Activa, que agrupa a familiares y amigos de las víctimas del ataque. Las críticas fundamentales a la investigación estuvieron centradas en la lentitud, la falta de voluntad política de los sucesivos ministros del interior para volcar al caso AMIA un grupo numeroso, confiable y efectivo de investigadores y también a la falta de decisión del juez Juan José Galeano. "Dejó prescribir la causa por encubrimiento contra Telleldín y no avanzó seria y coherentemente sobre los indicios que hay en la causa. Durante cuatro años no denunció públicamente la falta de colaboración y la obstrucción de decenas de equipos de investigación provistos por el gobierno menemista. Hace cuatro años que nos prometen y prometen y la realidad es que hoy no tenemos presos a los culpables", dijo Ginsberg. Por su parte, el rabino Mario Roijzman sostuvo que "la comunidad judía siente humillación y vergüenza al percatarse de que la Justicia se sigue riendo de huérfanos, viudos, padres y madres a quienes les arrancaron sus seres queridos. Si le dedicaran al caso AMIA el 10 por ciento de las energías y el dinero que le dedican a ver quién se queda en el poder en 1999, el atentado ya estaría esclarecido y el fantasma del tercer atentado, olvidado. Este fue un acto, pero no un homenaje, porque el único homenaje que aceptamos para nuestros muertos es la cárcel para sus asesinos", concluyó el rabino. El esperado tono crítico de la concentración hacía prever la ausencia de políticos, especialmente del oficialismo. En realidad, sólo estuvieron la diputada nacional de la UCR Elisa Carrió y el legislador bonaerense del Frepaso Alejandro Mosquera. En cambio, sí llegaron representantes de buena parte de los organismos de derechos humanos, e incluso los familiares de los asesinados Sebastián Bordón y Jimena Hernández. En el acto habló también el presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos, Osvaldo Baratucci, quien se refirió al crimen de José Luis Cabezas, y el titular de la Federación Universitaria de Buenos Aires, Pablo Javkin. Al cerrar el acto, Laura Ginsberg hizo una emocionante referencia a los que murieron en el atentado: "Sentimos tanta tristeza por ellos. Por todo lo que se perdieron de vivir, de disfrutar. Se perdieron de ver crecer a sus hijos. De hacerse adultos. De casarse. De parir un hijo. De guiñarle un ojo a un amigo. De ser abuelos. Se perdieron el amor que teníamos para darles. Tenían derecho a vivir". Los actos por el cuarto aniversario del ataque contra la AMIA continuarán el viernes a las 9.30 frente al edificio de la calle Pasteur 633, precisamente el lugar donde se produjo el atentado. La convocatoria fue titulada A cuatro años del ataque contra la AMIA los únicos que duermen tranquilos son los culpables. La concentración es organizada por la DAIA y la AMIA, en tanto que Memoria Activa también estará presente. En ese acto hablará un familiar de las víctimas y un integrante de la comunidad judía. Después de los silbidos del año pasado, los máximos dirigentes decidieron no exponerse y por otra parte todo indica que no habrá ningún representante del gobierno nacional.
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