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Por M.F.C. Desde Nueva York Continuando con la tarea de optimizar el celo represivo de la fuerza, que le trajo tanto éxito político al alcalde Rudolph Giuliani, la policía neoyorquina anunció que adoptará balas supuestamente "más seguras" para los eventuales transeúntes inocentes pero también capaces de infligir heridas mucho más graves en las víctimas. Howard Safir, jefe de la policía, anunció que las balas tradicionales envueltas en metal y de punta común serán reemplazadas por unas de punta hueca que provocan una herida más grande pero que detienen su camino en el blanco, lo que evitaría que otro individuo resulte herido de refilón. Esta iniciativa, que existe desde marzo de 1997, había sido puesta en suspenso por las críticas que recibiera durante la campaña de reelección de Giuliani. La semana pasada, la Civilian Complaint Review Board, agencia encargada de supervisar el comportamiento de la policía, se expidió recomendando el nuevo modelo. Las balas de punta hueca no penetran tan profundamente en el cuerpo, pero al hacerlo la punta se achata y se expande causando una herida más desgarrante. El aspecto supuestamente "positivo" de la munición radica en que se detiene, como consecuencia de la expansión, y no sale del blanco con el riesgo de herir a un tercero. De hecho, este tipo de balas ya han sido usadas por las agencias de represión federales, como el FBI y la DEA, y departamentos de policía en otros estados. Safir dijo que el departamento de policía había hecho su propio estudio y agregó que estas balas son de "uso standard" por fuerzas del orden en todo el mundo. Pero los críticos han expresado la preocupación de que el estudio de la policía pueda ser incompleto. La oficina neoyorquina de la American Civil Liberties Union apuntó que si bien las nuevas municiones pueden ser más precisas, también pueden causar mucho más daño a una persona inocente si desafortunadamente resulta herida. La organización indicó que los mismos policías pueden quedar expuestos a un peligro mayor, ya que se ha establecido que un quinto de los agentes suele resultar herido en el fuego policial. "No es claro ni convincente que las balas de punta hueca sean un instrumento necesario, prudente y seguro para los residentes de la ciudad de Nueva York", dijo Norman Siegel, director del capítulo neoyorquino de la ACLU. El funcionario criticó el estudio del Civilian Complaint Review Report sosteniendo que "no hubo realmente una información pública ni un proceso en esto. Habrá más resistencia y cinismo porque el proceso fue incompleto y no abierto", vaticinó. Para apuntalar sus argumentos en favor de este tipo de municiones, el departamento de policía ofreció estadísticas en las que demostraba que en 1995 y 1996, 15 transeúntes habían sido heridos involuntariamente por la policía. Ocho fueron baleados directamente, cinco por balas que salieron del blanco y rebotaron y dos por balas que habían rebotado en objetos. Expertos forenses se refieren a esta bala presuntamente más eficaz como una suerte de negociación. "Aumenta la herida de la víctima, pero reduce un riesgo que siempre preocupa a la policía, el de que la bala perfore el blanco establecido y hiera a un transeúnte al continuar su trayecto", dijo Stephen Hargarten, director del Firearm Injury Center de Milwaukee, Wisconsin. "Por un lado, hace que los tiroteos sean más seguros para la gente común en escenarios públicos. Pero por el otro, el impacto en la víctima es mayor". La decisión de reemplazar las balas tradicionales se viene barajando desde hace cinco años, cuando el departamento de policía, después de intenso debate, acordó cambiar los viejos revólveres calibre 38 por pistolas semiautomáticas de nueve milímetros.
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