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"GRACIA Y GLORIA" EN EL TEATRO DEL GLOBO
Situaciones límite

En el remozado Teatro del Globo, Martha Bianchi y Lydia Lamaison comenzarán el lunes a meterse en la piel de dos mujeres de origen y opiniones antagónicas, aunque evitando el paso fácil del conflicto social.

Lamaison y Bianchi encarnan "dos visiones femeninas muy especiales".
La obra adapta un original estrenado en Broadway el año pasado.

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Por Hilda Cabrera

t.gif (67 bytes) Refugiados en una confitería, a la espera de que el aluvión de gente que salía de una ceremonia de colación de grados liberara el teatro en el que en esos momentos debían estar ensayando, Martha Bianchi, Lydia Lamaison y el director Julio Baccaro intentaban, sentados a una mesa, encauzar una situación que no habían previsto, reorganizando su trabajo entre pedidos de café que los mozos recibían amables pero demoraban en cumplir. No es novedad que los dueños de salas aprovechen sus espacios para convenciones, graduaciones y eventos comerciales. Práctica que al parecer ha incorporado el reacondicionado Teatro del Globo, donde, con piso alfombrado a nuevo, Baccaro y las versátiles Bianchi y Lamaison (eficaces en el drama, la comedia y la pieza cómica) estrenan el lunes Gracia y Gloria, obra del estadounidense Tom Ziegler que ocupó la cartelera de Broadway en 1997, y que para la puesta de Baccaro tradujeron Iris Morenza y la libretista Elena Antonietto con adaptación de la misma Bianchi, impulsora del proyecto.

La obra narra el encuentro y confrontación de dos personajes ubicados en las antípodas, un recurso teatral últimamente en boga en la escena de Buenos Aires, y proverbial en el off Broadway de los años 70. Como apuntan Bianchi y sus compañeros en la entrevista con Página/12, realizada en la confitería cercana al Teatro, trata de dos señoras de distinta formación, edad e incluso "origen geográfico". Gracia es una anciana granjera analfabeta y Gloria, una egresada de Harvard, independiente y triunfadora hasta que la vida la sorprende con el regalo de una "situación límite".

Si bien la anécdota pertenece a otra realidad, Baccaro y las actrices entienden que la sustancia de la obra es de carácter universal. "En Gracia... el conflicto no pasa por la problemática social", puntualizan. Algo que en la Argentina resulta difícil obviar. De hecho "las zonas interiores de los personajes" suelen ser reflejo de conflictos de tipo social.

--¿Por qué creen que en nuestro país las problemáticas sociales influyen tanto en la composición de un personaje?

--Porque tenemos demasiados conflictos pendientes, y eso que a nosotros todavía nos preocupa está ya resuelto en los países desarrollados. (Bianchi)

--Pareciera ser que en nuestro teatro la mayoría de los autores no pueden tocar un problema humano sin hacer una referencia a lo social. Quizá teman que la obra no alcance intensidad. (Baccaro)

--¿Qué piensan de este tipo de obras que confrontan ideas y sentimientos?

--Se corresponden con la necesidad de indagar en un campo más acotado y diferente del de aquellas obras en las que se desarrolla un argumento. Estas creaciones, que en general parten de situaciones bien concretas, permiten develar en profundidad mundos particulares. (Baccaro)

--En este caso son dos visiones femeninas muy especiales. Mi personaje, el de la vieja Gracia, agradece por cada día de su existencia y termina dándole una lección a la más joven. (Lamaison)

--¿Es necesario llegar a una situación límite para sentir la urgencia de reflexionar?

--En la rutina, una se confunde y a veces les da prioridad a asuntos que no tienen importancia. Una situación límite te compulsa. Ubica las cosas de otra manera. (Bianchi)

--No deja escapatoria. Obliga a buscar una solución o plantearse una aspiración nueva. (Baccaro)

--Esas situaciones, a veces desesperantes, pueden conducir a una resolución negativa. Esto no se produce en Gracia y Gloria, donde, aunque se dicen y pasan cosas terribles, el autor abre puertas. Soy una convencida de que en el teatro tiene que haber cosas refrescantes, que nos ayuden a vivir, a luchar y mantenernos fuertes a pesar de. (Lamaison)

--Hay condicionamientos que siguen pesando tanto en hombres como en mujeres. Pienso en esa anciana que protagoniza Lidia, que ha vivido con la obligación de hacer felices a cada uno de los miembros de su familia. Las que como Gloria tienen un trabajo, una carrera y parecen más independientes, tampoco se han librado de ese condicionamiento. La mujer sigue tironeada entre lo que aún cree por tradición que debió ser y lo que eligió ser. Además, en ese transitar, algunas olvidaron las cosas sencillas que valorizaron las generaciones anteriores. Sólo cuando se toma conciencia --como ocurre en esta obra-- de la importancia del legado de los más viejos, la vida tiene el color y el valor de las cosas más preciadas.

 


 

"WILL PLUS WILL" EN EL BAC
Shakespeare a la criolla

Por Cecilia Hopkins

La Cabeza del Jabalí, nombre de la taberna londinense donde Shakespeare ambientó parte de su obra La vida del rey Enrique V, es también el nombre de un elenco de teatro que elige para sus puestas sólo textos del autor isabelino. Pensada para un público adolescente (especialmente para los chicos que asisten a colegios bilingües o que tienen una buena comprensión del idioma), el grupo dirigido por Sergio Amigo y Viviana Lombardi acaba de estrenar en el BAC (Suipacha 1333) un espectáculo llamado Will Plus Will, cuya traducción (Guille más Guille) alude a los dos Guillermos autores de los textos que combina la pieza: William Shakespeare y Guillermo Enrique Hudson.

La acción transcurre en una estancia bonaerense a fines del siglo pasado, donde llega una institutriz inglesa con la intención de educar a una niña que pasa sus días junto a su nodriza criolla y el peón del lugar. De un modo más o menos antojadizo, los personajes van hilvanando situaciones en las que interpretan fragmentos de obras de Shakespeare, o bien resumen sus argumentos. A cargo de la institutriz quedan los pasajes del autor de Allá lejos y hace tiempo, todos referidos a los rigores o encantos del paisaje rural argentino. La idea que impulsó al grupo, según aparece en el programa de mano, fue destacar la integración de las culturas criolla y británica que tuvo lugar durante las últimas décadas del siglo XIX, algo que en la obra se produce de un modo más que acabado. Con módicos recursos actorales, los cuatro intérpretes alternan el castellano con el inglés en la interpretación de los textos, con un fraseo campero intermitente en el primero de los casos, y una pronunciación académica y algo acartonada, en el segundo. El personaje de la institutriz logra su cometido: durante una tormenta invernal consigue reunirlos a todos en torno de las desventuras del Rey Lear y para la primavera, algunos parlamentos de Romeo y Julieta son los elegidos para que la niña y el peón comiencen su esperado idilio. Con la llegada del verano, hasta la díscola nodriza está en condiciones de intervenir en la teatralización de Sueño de una noche de verano.

 

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