Por Mónica Flores Correa, Desde Nueva York Por segundo año consecutivo, las organizaciones judías de
Nueva York realizarán hoy un acto frente al consulado argentino en Manhattan, en memoria
de las víctimas del atentado a la AMIA y como expresión de protesta "porque ninguno
de los perpetradores (del ataque) ha sido arrestado". Aunque reconocen su
frustración por la ausencia de resultados, los líderes de los organismos aseguran que no
abandonarán su reclamo de justicia ante el gobierno argentino, así como sus permanentes
contactos con el gobierno estadounidense para que siga intercediendo en favor de su
exigencia. Tal como informó ayer Página/12, el vicepresidente Al Gore y los
congresistas Tom Lantos y Benjamin Gilman han enviado cartas de apoyo a la Jewish
Community Relations Council of New York (JCRC), organismo 'paraguas' que nuclea a 60
organizaciones y que está a cargo de la organización del evento, a los que se sumará
una vigorosa resolución de la legislatura del estado de Nueva York, cuyo 'speaker',
Sheldon Silver, estará presente en el acto ante el consulado.
Tanto la diócesis católica de Nueva York, a cuyo frente está el
cardenal John O'Connor, como el Consejo de Iglesias, organismo interreligioso liderado por
el pastor Calvin Butts, figura de extraordinario prestigio en los círculos creyentes de
esta ciudad, han prometido su participación. Butts será uno de los oradores del acto. El
servicio religioso recordatorio será oficiado por el rabino argentino Rolando Matalon,
sucesor del rabino Marshall Meyer, después de su fallecimiento, en la conducción de la
sinagoga Bnai Jeshurun en el West Side. El norteamericano Meyer, que vivió varios años
en la Argentina, fue uno de los miembros de la Comisión Nacional por la Desaparición de
Personas (Conadep), y Matalon es un calificado discípulo del rabino en el activismo por
los derechos civiles.
Adriana Reisfeld, uno de los familiares de "Memoria Activa",
organismo que nuclea a los parientes de las víctimas, viajó desde Buenos Aires para
participar en la demostración como representante del grupo argentino. Noemí, hermana de
Adriana, cuyo discurso se adelanta por separado, murió en el atentado de 1994, que dejó
un saldo de 86 muertos y 200 heridos.
"Da la impresión de que en los más altos niveles del gobierno
argentino no existe la voluntad política de ocuparse de las cosas terribles del
pasado", dijo a este diario Harriet Mandel, dirigente de la JCRC. "Pensamos
también que hay un patrón de comportamiento que se repite: cada tanto se produce algo de
actividad, una acusación, un intento de procesamiento, una expulsión de diplomáticos,
con lo cual el gobierno intenta dar señales de que algo está haciendo. Pero en realidad,
nada sucede y los verdaderos asesinos siguen sueltos", afirmó Mandel, quien agregó
que "este año se puso el foco en Irán. Por cierto, todos sabemos que no se puede
arrestar a todo el gobierno iraní. En cambio, se podría arrestar a los elementos locales
que participaron en el atentado, pero el gobierno argentino no quiere tocarlos".
Mandel subrayó que después de cuatro años "me he visto forzada a entender en forma
muy explícita lo que significa la palabra impunidad. La impunidad, desgraciadamente, es
parte integrante de la cultura política argentina".
En diálogo telefónico, el rabino Matalon expresó una visión
semejante. "Hay hechos que parecieran ser una continuidad de lo que ocurrió en el
gobierno militar --dijo--, siempre hay fuerzas subterráneas en la Argentina que actúan
devastadoramente. Y la verdad nunca se sabe o se sabe mucho tiempo después. Entonces la
gente dice 'qué barbaridad' pero poco se puede hacer porque la justicia no se hizo en su
momento." Matalon dijo que el acto frente al consulado será una ceremonia de
recordación "pero no podemos recordar sin pedir justicia. Sabemos que la mayoría de
los culpables no han sido arrestados. Esto hace que en la Argentina, judíos y no judíos
permanezcan en estado de vulnerabilidad", dijo.
Mandel comentó que el JCRC se había reunido con el cónsul argentino
Mc Gough para informarle del tipo de acto que se iba a hacer. Posteriormente, Mc Gough se
comunicó con el organismo para manifestar el deseo de asistir del embajador Diego Guelar.
"Es un acto público. El que quiera puede asistir", contestaron los
organizadores.
Interrogada acerca de si aún confiaba en que hubiese un cierre con
justicia del caso, Mandel hizo una pausa y luego dijo que sí, "estos actos son
expresión de que todavía tenemos esperanzas. ¿Quién sabe? Cosas extraordinarias pasan
todos los días. El hombre pisó la luna, por ejemplo. Aunque tal vez sea más fácil que
el hombre aterrice en la luna que que se haga justicia en la Argentina", suspiró.
"Menem nunca nos
recibió"
Este es el discurso que hoy pronunciará Adriana Reisfeld en nombre de
Memoria Activa.
Por Adriana Reisfeld
Mi hermana menor, Noemí Reisfeld, era asistente social y
trabajaba en el Departamento de Acción Social de la AMIA. Ana Clara y Lucía son sus
hijas, y tenían 12 y 9 años al momento del atentado. Pocos días antes del 18 de julio
de 1994, mi hermana Noemí le escribió a una de sus hijas: "Son los hombres los que
escriben la historia. Nadie está al margen, por acción o por omisión".
Noemí trabajaba con Norma Lew, quien resultó muy malherida
físicamente, y mucho más en lo profundo de su corazón: perdió a su hijo mayor
Agustín, de 21 años. Norma recuerda que estaba junto con Noemí compartiendo un día
más de trabajo cuando escucharon el estallido de la bomba. Tuvieron tiempo para pensar la
manera de escapar. Norma quería arrojarse por la ventana. Pero Noemí tiró de su mano y
la llevó en otra dirección. Norma no recuerda más: el edificio de la AMIA ya se había
derrumbado.
Norma conocía a Kuky Ginsberg desde hacía 15 años. Kuky también
trabajaba en la AMIA, a cargo del Area de Sepelios. Compartían una relación de amistad,
al punto que el esposo de Norma es el padrino de Matías, el hijo mayor de Kuky.
En una oportunidad, Kuky habló por teléfono con el arquitecto
encargado de las refacciones de la AMIA, Andrés Malamud. Andrés había perdido a su
papá tres meses antes del atentado, y Kuky se ocupó de ayudarlo. Andrés, Kuky y Noemí
integran la lista de las 86 víctimas de la masacre de la AMIA. Hoy, 4 años después, los
familiares de las 86 víctimas no sabemos todavía quiénes son los culpables del
homicidio de nuestros amores.
Hoy comparto con Norma, con Laura, la viuda de Kuky, con Diana, la
viuda de Andrés y con muchos otros familiares nuestro reclamo de "justicia, justicia
perseguirás", emblema de Memoria Activa desde hace 210 semanas.
Mantenemos vivo este grito por nuestros amores que ya no están, por
los hijos que nos dejaron y por nosotros mismos, que todavía no encontramos paz en el
alma.
Por todo esto, no se imaginan cuánto valoramos este homenaje que
ustedes rinden a nuestros seres queridos, y que, además, desearon compartir con nosotros
en esta oportunidad. Tal como decía Noemí, nadie está al margen. No queremos estar al
margen de la verdad, y sentimos que durante estos 4 años esta verdad se pierde en la
distancia del tiempo.
Necesitamos fervientemente vuestro apoyo, una vez más.
El Congreso de Estados Unidos, comprometido con la necesidad de
esclarecer los atentados terroristas perpetrados contra la Embajada de Israel el 17 de
marzo de 1992, y contra la AMIA el 18 de julio de 1994, realizó dos sesiones
extraordinarias, las cuales tuvieron una profunda repercusión política en nuestro país.
El terrorismo internacional no distingue fronteras, y más aún en la
Argentina, donde nuestras fronteras continúan desprotegidas. Porque tememos un tercer
atentado, les pedimos que arbitren los medios para que Memoria Activa pueda participar, en
un futuro cercano, de un tercer hearing en el Congreso de Estados Unidos.
Somos conocedores de la sensibilidad del pueblo y del gobierno
americanos ante nuestro profundo dolor. Vuestro presidente, Bill Clinton, nos recibió
durante su corta visita de tres días en Buenos Aires. Paradójicamente, nuestro
presidente, Carlos Menem, nunca nos recibió en estos 4 años.
Cada día que pasa homenajeamos a nuestros familiares manteniendo viva
su memoria. Sin embargo, estamos convencidos de que el homenaje más digno que les podemos
brindar es la cárcel para sus asesinos. |
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