Carlos Menem volvió ayer al ring para disputar un nuevo round con Eduardo Duhalde. En una
carta abierta, el Presidente dejó abierta la posibilidad de expulsar al gobernador del
partido al acusarlo de resistir a la pelea interna y buscar aliados externos para
dilucidar cuestiones que son propias del justicialismo. Aludió así no sólo a la
decisión del gobernador de llamar a un plebiscito contra la re-reelección sino también
a los contactos que éste mantuvo con la Alianza para frenar la posibilidad de un tercer
mandato. El ambicioso texto de Menem contrasta con otros dos gestos del oficialismo, que
lindaron con el grotesco. Uno de ellos efectuado por el ex ministro de Justicia, Rodolfo
Barra, quien aseguró que la Corte Suprema será la que habilite la re-reelección. El
otro, a cargo de operadores bien dispuestos de la Casa Rosada, que obligaron al gobernador
de Santa Fe, Jorge Obeid, a redactar una carta a favor de la continuidad del Presidente en
el poder. Con ese texto, evaluaron, se lograría atenuar el impacto que el viernes causó
la retirada de los santafesinos del congreso partidario (ver página 2).
La carta difundida por el Gobierno mostró a un Menem enojado y
acusando recibo del golpe que le significó la convocatoria de Duhalde a un plebiscito
contra la re-reelección. Es que el Presidente le encomendó a su escriba, el secretario
de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, que en el texto responda a todas y cada una de
las maniobras del gobernador bonaerense. Castro apeló a todos sus recursos (ver recuadro)
para pergeñar la misiva.
"Siempre tuvimos presente aquello de no sacar los pies del
plato", dice un tramo de la extensa carta. En este caso, los dardos también
apuntaron al grupo de congresales santafesinos y al senador bonaerense Antonio Cafiero,
quienes decidieron abandonar el congreso acusando irregularidades en su convocatoria.
Menem se pone de ejemplo y recuerda su malograda participación en el
congreso del Odeón, en 1984, donde lo insultaron y golpearon. "Este Presidente, sin
embargo, volvió para pelear y discutir honestamente sus verdades", señaló en
tercera persona. Pero lo que aparece como un guiño a Duhalde para que, pese a su ausencia
en la cumbre del viernes, retorne al diálogo, se desmorona en párrafos siguientes.
"Los disensos (...) deben darse dentro de las estructuras
partidarias, de manera orgánica y a través de procedimientos democráticos". La
idea de
arrinconar a Duhalde y amenazarlo con una expulsión sobrevuela hace
rato en la cabeza de varios operadores justicialistas.
Pero el gobernador, en más de una oportunidad, le restó importancia
asegurando que a él ya lo habían echado José López Rega y Herminio Iglesias y hoy
gozaba de buena salud a cargo del Ejecutivo bonaerense.
Además, insistió en marcar diferencias entre lo que son las
discusiones partidarias y lo que se debatió en el congreso del PJ. Para Duhalde, la sola
mención de una nueva reelección significa una lisa y llana "violación
de la Constitución" y es una alternativa totalmente ajena al
debate partidario.
La carta abierta "a todos los peronistas, a todos los
argentinos" --tal es su nombre-- no descuida tampoco las profusas relaciones que en
los últimos días entabló el gobernador con Carlos "Chacho" Alvarez. Como si
eso fuera poco, el dirigente del Frepaso además lo invitó el domingo, tal como admitió
ante Página/12, a participar del Foro que distintos sectores políticos de la
oposición crearon para oponerse a la re-reelección.
"Lo único que no puede hacer un peronista es desertar de la lucha
franca y fraterna entre los compañeros o buscar aliados externos para dilucidar
cuestiones internas", fue la respuesta escrita de Menem ante el coqueteo entre el
duhaldismo y la Alianza.
El Presidente también se mostró sobradamente preocupado ante la
imposibilidad de lograr un contacto directo con Duhalde. Por eso, además de la
"lealtad y la unidad", introduce como una de las "señas
identificatorias" del peronismo al "diálogo". En un reportaje exclusivo a
este diario, el gobernador dijo que "no se puede hablar con Menem" ya que a
puertas cerradas le asegura que quiere ser candidato en 1999 pero luego envía a sus
operadores a pedir por un nuevo mandato.
A las gestiones de la Comisión de Acción Política (que integran
Antonio Cafiero, Eduardo Bauzá, Rubén Marín) y del vicepresidente, Carlos Ruckauf, se
sumó el fin de semana la de Alberto Pierri. El jefe de la Cámara de Diputados estuvo el
sábado con Menem, compartiendo una mesa en el restaurante de Dulce Granados, la esposa
del intendente de Ezeiza. Y, al otro día, se trasladó a la quinta "Don Tomás"
que Duhalde tiene en San Vicente, aunque sin resultados a la vista.
El propio gobernador restableció ayer contacto político y se reunió
con Ruckauf y Eduardo Menem en el Hotel Alvear, según dejaron trascender fuentes
duhaldistas. De ellos escuchó nuevamente recomendaciones para acercar posiciones. Y lo
mismo habría planteado Pierri en un encuentro con los diputados bonaerenses.
Ese fervor por la unidad no parece ser la principal preocupación de
Rodolfo Barra. Por el contrario, el ex ministro de Justicia insistió ayer con su prédica
re-reeleccionista a ultranza y aseguró que la Corte Suprema se pronunciará a favor de
las pretensiones de Menem cuando llegue la presentación efectuada en ese sentido por el
gobernador jujeño, Carlos Ferraro, que aún no tiene siquiera fallo de primera instancia.
La duda es si la Corte se pronunciará sobre la re-re antes del 13 de
septiembre, fecha del plebiscito que el menemismo quiere evitar a toda costa. Y si los
integrantes de la mayoría automática que responde al Gobierno están dispuestos a
soportar el enorme descrédito y las reacciones que provocaría un fallo favorable a la
obsesión máxima del Presidente.
OTRA IMPUGNACION
Un falso espontáneo
Siguiendo
el camino marcado por el ignoto Juan Carlos Ortiz Almonacid, otro ultramenemista
desconocido para propios y ajenos, Daniel Sarwer, presentó hoy una impugnación de la
consulta popular no vinculante convocada por el gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde,
para el 13 de septiembre próximo. En plena feria judicial, Sarwer, adjudicándose el
liderazgo de la "Corriente Restauradora Peronista", se presentó en los
tribunales federales para pedir a la Justicia que impida el golpe de nocaut a los sueños
de Menem de obtener la habilitación para un tercer período que ha preparado el
gobernador. La presentación de Sarwer argumenta que Duhalde viola
la Constitución con su decreto de convocatoria a los ciudadanos bonaerenses para que den
mandato a los legisladores nacionales por ese distrito para que se expidan a favor o en
contra de la posibilidad de una reforma constitucional que le permita a Menem alcanzar su
re-reelección.
Sarwer solicitó que a pesar de la feria judicial, la Justicia Federal
emita una orden urgente cancelando la realización de la consulta popular. También pidió
que se cite a Duhalde por considerarlo "autor intelectual del avasallamiento de los
derechos constitucionales y una amplia falta de deberes y obligaciones de funcionario
público".
El hasta hoy desconocido dirigente justicialista consideró que Duhalde
viola los artículos 30 y 31 de la Constitución reformada en 1994, aunque una simple
lectura de los mismos permite establecer que en ninguna de las dos normas se hace
referencia a la consulta popular o a los derechos que tiene un gobierno provincial a
consultar a la ciudadanía sobre algún tema de interés nacional sobre el cual deban
expedirse sus legisladores.
Ante la consulta de Página/12, allegados al comando
re-reeleccionista negaron alguna relación con esta presentación y, además, dijeron no
conocer a Sarwer, aunque el dirigente presentó una tarjeta con el bajorrelieve del Escudo
Nacional, como las que sólo poseen los funcionarios o los legisladores nacionales.
En el duhaldismo bonaerense también se mostraron sorprendidos por esta
presentación, ya que esperaban que la impugnación partiera de algún dirigente más
encumbrado del menemismo. El comando re-reeleccionista anunció que antes de que finalice
la feria, podría radicar ante la Justicia Federal la impugnación al plebiscito
bonaerense.
La presentación recayó en manos del juez federal Jorge Ballesteros,
quien se encuentra de feria, y que según fuentes judiciales se inhibiría de expedirse al
respecto pasándole el pedido de impugnación a la jueza electoral, María Servini de
Cubria. |
Un asesor castrista
La carta pública que el
presidente Carlos Saúl Menem difundió ayer fue escrita por Jorge Castro, actual
secretario de Planeamiento Estratégico. En los '60, Castro fue miembro del grupo
trotzkista de intelectuales Praxis y colaborador directo de Silvio Frondizi --luego
asesinado por la Triple A--. Más tarde recaló en la derecha peronista con Guardia de
Hierro, estuvo próximo al masserismo y posteriormente a los carapintadas (fue profesor de
la Escuela de Guerra Naval y de la Escuela Superior de Guerra) y con el tiempo se
convirtió al credo de la globalización y el menemismo. Castro tiene deslumbrado al
Presidente. No es la primera vez que Menem le confía la redacción de un escrito: cuando
lo puso al frente de la secretaría, leyó en el Salón Blanco un discurso redactado por
el entonces flamante estratega. Pese al amor presidencial, las personas que trataron a
Castro en los últimos años no abundan en elogios. Dicen que cambia de idea como de
camisa, adoptando el discurso de la última persona con la que habló. Que tiene un enorme
apetito de poder, y que persigue implacablemente los objetivos que se plantea. Por
ejemplo, hace cuatro años se propuso dejar se ser obeso y adelgazó tanto que muchos
temieron lo peor. Pero no podían interrogarlo al respecto porque no admite preguntas
sobre su vida privada ni tolera bromas. Ve a Carlos Menem y a Domingo Cavallo como los
grandes hacedores de la globalización argentina, aunque alguna vez dijo que el Presidente
"tiene un discurso político anticuado".
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Menem se ilusiona con
que haya poca asistencia al plebiscito
Las
encuestas lo dan como perdedor en una elección. También señalan que casi la mitad de
los encuestados no votará en el plebiscito. |
Gobernador bonaerense Eduardo
Duhalde, de la docilidad al dolor de cabeza |
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Por Raul Kollmann
La luz de la esperanza
está sobre el escritorio de Carlos Menem. Se trata de una encuesta fresquita, hecha
durante el último fin de semana, y tiene un solo dato alentador: casi la mitad de las
personas encuestadas dice que no irá a votar en el plebiscito bonaerense. No se trata de
un respaldo a la re-reelección, sino más bien una mezcla de pasividad, disgusto e
incluso bronca contra todos los políticos. En la Casa Rosada piensan seriamente en la
posibilidad de voltear el plebiscito de Duhalde, pero abren los ojos con la posibilidad de
que vaya poca gente a votar y por allí se encuentre el argumento para desautorizar la
movida del gobernador bonaerense. "Además -sostiene uno de los más cercanos
colaboradores del Presidente-, siempre está la idea de que consideremos ilegítimo
el plebiscito y llamemos a la gente a la abstención, es decir que no vayan a votar. De
esa forma se entraría en un debate interminable sobre la razón del no voto de la
gente." Los encuestadores dicen que más allá de lo que están mostrando los
estudios ahora, en la medida en que se acerque la fecha del plebiscito será cada vez
mayor la cantidad de gente dispuesta a votar. Tal vez al final se supere el 70 por ciento.
En general, los sondeos de opinión que recibió el Presidente en estos
días tienen pocos datos alentadores. El primero, invariable en todas las encuestas, es
que la Alianza derrotaría hoy al justicialismo por cerca de 20 puntos. En ese marco, los
hombres de la Casa Rosada ya se están apoyando en el crecimiento de Menem cuando se le
pregunta a la gente por un listado de candidatos. Allí, el Presidente iguala a Duhalde,
aunque obviamente está lejísimo de Graciela Fernández Meijide o De la Rúa. En ese
listado, el radical alcanza los 25 puntos, la diputada del Frepaso 23 y, lejos, con 12,
están Menem y Duhalde, con Ortega muy cerquita. En la nómina aparecen Cavallo y
Reutemann con un 4 por ciento de los votos.
Sin embargo, todos los consultores están de acuerdo en que el listado
sirve para poco y que todo debe medirse en escenarios posibles para el '99. O sea,
preguntarle a la gente a quién votaría si los candidatos son, por ejemplo, De la Rúa y
Menem, o De la Rúa y Duhalde, o De la Rúa y Ortega. Ante preguntas como éstas, Menem es
el que menos votos saca y Ortega aparece como el mejor situado. Es que si el candidato es
el Presidente, muchos duhaldistas votan, por ejemplo, a De la Rúa. Si el candidato es
Duhalde, hay menemistas que votan a De la Rúa. El que menos votos pierde, parece ser
-por ahora- Ortega, fundamentalmente porque el tucumano tiene muy buena
acogida en el interior del país.
Un fenómeno que los consultores están estudiando es el de Carlos
Reutemann. La intención de voto es bajísima y en los escenarios posibles para el '99 ni
siquiera se lo mide. Sin embargo, es el peronista que tiene mejor imagen, sobre todo
porque hay muy poca gente que opina mal del ex gobernador santafesino. Cuando se pregunta
por Menem, Duhalde u Ortega, los ciudadanos que tienen mala opinión sobre ellos no bajan
del 30 por ciento, en cambio sólo un 12 o 13 por ciento tiene una mala evaluación del
Lole. "Reutemann no existe, pero podría existir", dicen los consultores.
En resumen, Menem tiene un crecimiento dentro del listado general
-pasó de tener un 5 por ciento de los votos en marzo al 12 por ciento en julio-- ,
pero cuando se mide cómo le iría en una elección contra De la Rúa o Fernández
Meijide, es el candidato peronista que logra menos votos. Duhalde y Ortega apuntan a
lograr performances mejores y Reutemann está muy lejos, aunque no se lo mira mal.
Un dato curioso es la evaluación que hacen los encuestadores oficiales respecto de la
interna en la Alianza. Los relevamientos coinciden en que Graciela Fernández Meijide saca
una cómoda ventaja en Capital Federal y Gran Buenos Aires, pero De la Rúa pasa al frente
cuando se encuesta la totalidad del país, sobre todo las ciudades con menor población. |
EL GOBERNADOR SE DIFERENCIÓ DE REUTEMANN
Obeid pide perdón en Olivos
Por Pablo Feldman
Desde Rosario "Soy un hombre disciplinado y acato la conducción de mi
partido que es ejercida por el compañero Carlos Menem, como así también las decisiones
del Congreso Nacional Partidario que es su máxima autoridad", dice el último punto
de la carta que el gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, le envió ayer al mediodía al
presidente Carlos Menem. La misiva, que resume en 6 tópicos "las aclaraciones"
acerca de "los hechos ocurridos el 17 de julio en el Congreso Nacional
justicialista", ofició a modo de justificación del mandatario santafesino por el
incumplimiento de lo pactado en la reunión de gobernadores tres días antes del Congreso,
cuando le aseguró al Presidente la asistencia de los delegados santafesinos.
"Lamentablemente yo no estaba en el país y no me pude contactar con los congresales
para disuadirlos de esa actitud", se disculpa Obeid por la retirada masiva de la
delegación de su provincia en lo que calificó como una acción
"desproporcionada". La carta de Obeid es el pasaporte para la reunión que este
mediodía se celebrará en Olivos y en la que seguramente recibirá personalmente los
reproches y reconvenciones que desde que regresó de la Feria de Asunción, y en especial
durante la mañana de ayer, le llegaron vía telefónica desde la Casa Rosada.
Pero las preocupaciones de Obeid no terminan allí, la "paz
armada" que disfrutaba con Reutemann corre serio riesgo: el Senador regresó de Cap
Ferrat y la "buena noticia" que lo acompañó en su vuelo transoceánico sobre
la unidad del peronismo santafesino contra el recurso reeleccionista ante la Corte Suprema
ha sufrido una baja, nada menos que la del gobernador de la provincia.
Durante toda la mañana, el gobernador de Santa Fe esquivó a la
prensa. No sólo los medios locales trataban de obtener su palabra sino que el teléfono
del despacho principal de la Casa Gris no paró de sonar. Se intercalaban llamadas de
radios de Capital Federal con "llamadas oficiales" desde la Casa Rosada. El
gobernador fue cambiando su rictus hasta aparecer muy preocupado anunciando "una
conferencia de prensa para mañana --por hoy-- para hablar del tema del Congreso". En
medio del silencio oficial, se estaba elaborando la carta que cerca del mediodía se le
remitió al Presidente con membrete del "Gobernador de Santa Fe" en la que el
jefe de estado provincial desanda el camino de sus compañeros que decidieron abandonar el
Congreso de Parque Norte: "Ratifico mi postura asumida al haber firmado el documento
de los Gobernadores en la reunión de Olivos el día martes 14 de julio. Creo que habiendo
diversidad de opiniones en cuanto a la interpretación de la cláusula transitoria de la
Constitución Nacional, es la Suprema Corte de Justicia quien debe interpretar la
viabilidad de que el Presidente Menem pueda aspirar a una segunda reelección".
Por si fuera poco, y para no dejar dudas de su posición personal,
Obeid sentencia: "Si la Corte interpreta que no hay impedimento para una segunda
reelección, será Menem el candidato y no me cabe duda que todo el justicialismo estará
encolumnado tras él".
Las presiones que se ejercieron desde Buenos Aires sobre la capital
santafesina apuntaron a eliminar de raíz la perspectiva de concreción de un eje La
Plata-Santa Fe --el segundo distrito en cantidad de congresales--, que sacaría a Duhalde
del aislamiento bonaerense y acentuaría la imagen de fractura del PJ.
Reutemann, que tenía pasaje de regreso ayer por la mañana, no tomó
contacto con la prensa; sin embargo, uno de sus principales operadores --que sí habló
con el ex piloto de Fórmula 1-- le restó importancia a la carta de Obeid con un sentido
práctico: "No saben el apriete que le pegaron a Obeid, no tenía margen para mucho
porque es verdad que en Olivos se había comprometido a que entráramos. Pero no importa,
el Congreso ya pasó, nosotros ya nos fuimos, y Menem todavía no lo puede creer", se
jactó uno de los dirigentes de la re-retirada. |
RECLAMO DEL HERMANO DEL PRESIDENTE
"Solución política"
El
senador riojano Eduardo Menem reclamó a su hermano Carlos y a sus seguidores que busquen
la habilitación para un tercer mandato mediante una reforma constitucional y rechazó la
vía judicial como forma de conseguir la re-reelección, camino que fue aprobado el
viernes pasado en un poco concurrido Congreso Justicialista, en el que estuvieron ausentes
el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde y los delegados santafesinos.
"No creo que éste sea un tema que deba dirimirse judicialmente.
La solución tiene que ser política", afirmó el hermano del Presidente, en
sintonía con el senador bonaerense Antonio Cafiero, quien también reclamó que se
realice una reforma constitucional para habilitar a Carlos Menem para un tercer período.
Aunque ratificó su posición a favor de la re-reelección de su hermano, Eduardo Menem se
refirió a la cláusula transitoria novena que impide la re-re como "un
obstáculo", aunque dijo "entender que hay que removerlo con una reforma
constitucional, no hay otra forma. No creo que se pueda intentar de esa forma".
En diciembre de 1997, Eduardo Menem afirmó que "la nueva reelección no es
posible porque la Constitución Nacional lo prohíbe expresamente, es algo que sostengo
desde siempre". Pero en marzo de este año, dijo que los intentos re-reeleccionistas,
"son sólo expresiones, deseos o anhelos".
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