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Argentina está cada vez peor calificada en lo institucional por los inversores. Según el ranking de competitividad del World Economic Forum (WEF), Argentina mejoró un puesto: en 1997 estaba posicionada en el lugar 37 (entre 53 países relevados) y hoy se encuentra en el 36. Sin embargo, en todos los indicadores institucionales se encuentra muy por debajo de ese promedio: desde los niveles de "crimen organizado" hasta "pagos de sobornos", "inseguridad personal" y "corrupción", Argentina se encuentra cada vez más cerca de los países de Europa del Este, Asia y Africa que del Primer Mundo. El ranking de competitividad del WEF, que se distribuyó ayer en Buenos Aires, es confeccionado por un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard liderados por el economista Jeffrey Sachs. Para llegar a la posición final los economistas contemplan ocho categorías con sus correspondientes indicadores. Por suerte para Argentina, no todas tienen la misma ponderación en la competitividad: apertura, gobierno, finanzas y mercado de trabajo son las más importantes con un peso de 1/6 cada una en el índice (la suma de todas las categorías, por supuesto, debe ser igual a 1). En cambio, son menos relevante en el resultado final: tecnología (1/9), infraestructura (1/9), management privado (1/18) e instituciones (1/18). En esta última categoría Argentina presenta resultados alarmantes en casi todos sus indicadores. Figura entre los países en los que "los pagos irregulares (es decir, las coimas) son comunes" compartiendo cartel con Ucrania, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Venezuela, India, Rusia, Colombia y China. De igual manera, Argentina figura entre los puestos más bajos del ranking en el indicador que mide "la efectividad de la policía para salvaguardar la seguridad personal": desde este punto de vista, presenta, según los inversores, una situación comparable a la de Sudáfrica, Ucrania, México, Colombia, Rusia, Venezuela, Filipinas, Perú e Indonesia. En los diez indicadores que conforman la categoría "instituciones", Argentina se encuentra posicionada bastante más abajo que en el ranking global (36). Así en "crimen organizado" está número 40; en "acatamiento de la ley", 41; en "pagos irregulares", 44; en "independencia del poder judicial", "cortes imparciales", "corrupción", 46; y en efectividad de la policía, 47. Luego hay tres indicadores de instituciones económicas, en los que también la situación de Argentina es preocupante: políticas anti-trust (50); resguardo de la competencia (52) y costos de los litigios (52). Esto significa que, pese a la desregulación y a las privatizaciones, los inversores creen que en Argentina reinan los monopolios. El constraste es todavía mayor si se tiene en cuenta que hay una muy buena evaluación de la "política económica del gobierno" (23 en el ranking). Como se dijo, Argentina se encuentra mucho mejor ranqueada en las categorías que tienen que ver con las "reformas económicas" tradicionales: apertura de la economía (38); finanzas (34); infraestructura (30); management (32); mercado de trabajo (39). Y sigue atrasada en tecnología, ya que se ubica en el puesto 42.
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