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FUERTE CRUCE ENTRE LA MISION DEL FMI Y FUNCIONARIOS DE TRABAJO
Se tiraron tortas a los postres

Se convocaron a un almuerzo para limar asperezas por la reforma laboral, pero terminaron más distanciados que antes. El FMI acentuó sus críticas al proyecto, mientras que los de Erman lo defendían.

José Alberto Uriburu, secretario de Trabajo. La reforma "sale en agosto".
Lo único amigable fueron las anécdotas de Rusia. El resto fue discusión.

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Por David Cufré

t.gif (67 bytes) Resultó premonitoria la elección del Círculo de Armas como sede del almuerzo que compartieron ayer funcionarios del Ministerio de Trabajo con los jefes de la misión del Fondo Monetario. El encuentro sirvió como antesala de la reunión oficial que mantendrán mañana los delegados del organismo con Antonio Erman González. Aunque la intención protocolar de la comida era agasajar a los visitantes, el resultado fue fuertes cruces entre los comensales. Teresa Ter Minassian, a cargo de la delegación del FMI, cuestionó en duros términos la reforma laboral que la Cámara de Diputados se apresta a convertir en ley. El secretario de Trabajo, José Alberto Uriburu, repitió el argumento de que se trata del "proyecto posible" y anticipó que se seguirá adelante con su aprobación. Sin embargo, concedió que la reforma tendrá una segunda etapa.

El almuerzo tuvo dos momentos. En la primera hora y media todo fue amigable. El chileno Tomás Raichman y la propia Ter Minassian confiaron anécdotas sobre cómo se cerraron las negociaciones entre el Fondo y Rusia. Dijeron que hubo una conferencia telefónica en el salón Oval de la Casa Blanca, con Bill Clinton y Michel Camdessus de un lado, y Boris Yeltsin del otro. Luego se mostraron moderadamente optimistas sobre el panorama en Argentina. "Mucho más tranquilos que en la visita anterior" de abril, indicó a este diario uno de los participantes del encuentro.

A esa altura ya habían pasado la entrada de salmón con ensalada Waldorf, el lomo a la Strogonoff y el helado. A la hora del café, la charla se encaminó hacia el tema conflictivo: la reforma laboral. Ter Minassian tomó la palabra. Hizo una consideración general sobre las ventajas que conlleva la flexibilización del mercado de trabajo y subrayó el efecto positivo que esto tendría en la reducción del desempleo. Tras ello, entró en el análisis puntual de la reforma propuesta por el Gobierno.

Primero disparó contra la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, resguardada en la propuesta de la cartera laboral para todos aquellos acuerdos que hayan sido modificados a partir de 1988. En rigor, la ley dispone renegociar sólo los estatutos que no hayan experimentado cambios antes de esa fecha. Los empresarios afirman que la gran mayoría de los convenios tuvieron retoques menores después del '88, básicamente en la elaboración de nuevas grillas salariales, para ajustarlas a valores razonables tras su desvalorización por la inflación. Por lo tanto, la delegada del Fondo sostuvo que la propuesta de Trabajo es insuficiente.

El siguiente punto fue el nuevo régimen planteado en el proyecto de ley para las indemnizaciones. También afirmó que no es del agrado del FMI, pues no resulta una alteración significativa respecto del sistema actual. Se pronunció en favor de un fondo de capitalización individual, con aportes de los trabajadores para su eventual indemnización.

Uriburu, quien replicó cada una de las críticas sin bajar el tono de voz, señaló que en este tema Trabajo comparte la sugerencia del FMI, y se apresta a impulsarla en una segunda etapa. Les comentó a los visitantes que ya se contrató a un cuerpo de asesores de prestigio internacional, del que participa un experto de la OIT y la titular de la cátedra de Economía Laboral de la carrera de Ciencias Económicas de la UBA, Luisa Montuschi. Prometió que en las próximas dos semanas se anunciará oficialmente la creación del Consejo Consultivo para avanzar con ese fondo.

El otro aspecto de la segunda ola de la reforma es la sustitución de los estatutos especiales de trabajo. Pero Ter Minassian no se conformó y siguió enumerando sus críticas al proyecto oficial. Adujo que es peligroso eliminar los contratos de empleo promovido porque ocasionaría un aumento del desempleo, y objetó la reducción del período de prueba de seis meses a uno. Reclamó que se mantenga como en la actualidad, pero con derecho a indemnización para los trabajadores. Finalmente, apuntó a los sindicatos, porque conservan el rol de negociadores de las condiciones de trabajo de los empleados de cada actividad, en lugar de disponerse la posibilidad de acuerdos por empresa. Después de tres horas de charla, las posiciones siguieron en puntos opuestos, y Uriburu afirmó que el proyecto se aprobará sin cambios a mediados de agosto.

 


 

MIENTRAS LA PRODUCCION INDUSTRIAL SE ESTANCA
Frío en el mercado laboral

t.gif (862 bytes) "Si simultáneamente se desaceleran el crecimiento del PBI y cae la elasticidad producto-empleo, entonces la Argentina estaría condenada a convivir con una elevada tasa de desempleo, no muy diferente de la actual." A esta conclusión llega el Ieral, de Fundación Mediterránea, al analizar el resultado de la última encuesta ocupacional del Indec, que detectó una tasa de desocupación del 13,2 por ciento. Por su parte, los economistas Norberto Sosa y María Victoria Castillo, de la consultora Proeco, señalan que "la tasa de desempleo de mayo de 1998 no bajó mucho con respecto a la de octubre de 1997 (sólo medio punto) porque la actividad industrial en ese período estuvo estancada y la economía en su conjunto mostró un crecimiento muy moderado debido a los efectos de la crisis del sudeste asiático".

La relación entre actividad y empleo les ha quedado como una obsesión, o casi un trauma, a los mediterráneos desde que, entre 1991 y 1995, lograron que crecieran vertiginosamente tanto el Producto Bruto como la tasa de desocupación. Esto explica que ahora destaquen que "la Argentina se encuentra en una etapa en la que está aprovechando a pleno la reestructuración económica efectuada". Según aseguran, siempre ocurre que las reformas estructurales provoquen "muy poca creación de empleo en los primeros años, pero un fuerte salto posterior".

En concreto, en los doce meses culminados en mayo de este año se generaron 731 mil nuevos puestos de trabajo. Mientras el empleo aumentaba así un 6,7 por ciento, el PBI crecía 6 por ciento. Por tanto, cada punto de crecimiento del Producto implicó un aumento del empleo algo superior. Más precisamente, lo que los economistas llaman elasticidad producto-empleo fue de 1,12, "un nivel sumamente elevado", según el Ieral.

Sin embargo, entre octubre de 1997 y mayo de 1998 la tasa de creación de empleo se desaceleró, mientras el crecimiento de la economía se veía limitado por pérdidas de competitividad (apreciación del peso, caída de precios de exportables argentinos). "En ese contexto --afirma la Mediterránea-- pasa a ser requisito básico para evitar la desaceleración brusca del crecimiento y del empleo aprobar una buena reforma laboral y una reforma impositiva basada en la extensión del IVA, que permita bajar cuanto antes las contribuciones patronales y que limite al mínimo imprescindible el encarecimiento del capital."

Según calculan, la elasticidad producto-empleo bajó a 0,6. En realidad, fuera de las espontáneas decisiones del mercado laboral, hacia octubre del '97 alcanzaron su pico diversos programas de empleo financiados con recursos públicos, que fueron desarticulándose tras las elecciones.

El Ieral, que conduce Juan José Llach, critica por igual los dos enfoques opuestos que existen en el Gobierno frente a la cuestión del empleo. Por un lado, el de Erman González, ministro de Trabajo, "según el cual el éxito en la lucha contra la desocupación depende del crecimiento económico". Por el otro, el de Economía, que cree que lo fundamental es cambiar drásticamente los precios relativos entre el capital y el trabajo, abaratando éste en términos del primero. A Erman le dicen que el crecimiento económico no es independiente de la competitividad. Y a Roque Fernández, que en una economía abierta encarecer el capital limita el potencial de crecimiento, ya que el capital puede desviarse hacia otros mercados.

 


 

ACELERAN LA REFORMA TRIBUTARIA
Los que tienen coronita

t.gif (862 bytes) Se vienen dos semanas claves para la suerte de la reforma tributaria. En este lapso, y sin las presiones cruzadas que levantaba la re-reelección, los diputados del PJ deberán decidir si incluyen o no la generalización del IVA en el debate parlamentario del proyecto. En el dictamen firmado la semana pasada, la extensión del IVA a la TV por cable, a la medicina privada y a la publicidad quedó de lado, a pesar de la firme insistencia de Economía.

Ayer, tanto Carlos Menem como Roque Fernández volvieron a la carga para que ese punto se incorpore a la iniciativa. Menem, quien se mostró confiado en que la reforma saldrá "rápidamente", pidió que el Congreso "elimine definitivamente a los que tienen coronita y no pagan los impuestos, especialmente el IVA". El titular del Palacio de Hacienda, por su parte, dijo que en los próximos días intentará convencer a los legisladores de que la generalización del IVA "es buena" y que esa posibilidad sea atendida en un dictamen adicional de la reforma. En tanto, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Oscar Lamberto, se mostró a favor de postergar o "directamente dejar de lado" el debate del proyecto de reforma fiscal si queda excluida la extensión del impuesto. Y admitió que en el bloque todavía subsisten posiciones encontradas al respecto.

 

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