PARADO
En la reunión de gabinete se habló de todo menos de lo
que les importaba a todos: el "renunciamiento". Para no dejar dudas, Carlos
Menem abrió el encuentro con un seco "vamos a los temas de gobierno". Así
Erman González tuvo tiempo de discutir con el viceministro de Economía sobre el efecto
de la rebaja de aportes patronales en la creación de empleos y el propio Presidente se
enojó con el ex fiscal Luis Moreno Ocampo porque lo creyó responsable de una
información publicada por Página/12 que en realidad describía conclusiones de un
trabajo sobre corrupción del World Economic Forum, reunido estos días en Buenos Aires.
Pero lo que concentró todas las miradas fue la silla vacía junto a la de Menem, el lugar
donde habitualmente se sienta Carlos Ruckauf. Algunos pensaron que el flamante
"traidor" había pegado el faltazo --después el vice le dijo a quien quisiera
escucharlo que no lo habían invitado--, pero enseguida llegó apurado Eduardo Menem y
ocupó el único lugar vacante alrededor de la mesa. Si alguien invitó a Ruckauf, como
aseguraron después algunos de los asistentes, pensaba dejarlo parado.
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