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Por Miguel Bonasso  La creciente hostilidad entre el presidente Carlos Menem y el
vicepresidente Carlos Ruckauf siguió ayer en aumento, amenazando con superar otras
enemistades entre presidentes y vices como las que abrieron grietas entre Arturo Frondizi
y Alejandro Gómez o Raúl Alfonsín y Víctor Martínez. Más allá del hecho puntual de
su exclusión de la última reunión de gabinete, que ayer atribuyó públicamente a Jorge
Rodríguez, Ruckauf siente (y así lo comentó a uno de sus colaboradores) que es "el
que paga los platos rotos por la derrota de Menem a manos de Duhalde". Aunque el
propio Presidente lo desmintió en declaraciones radiales, a Ruckauf nadie le quita de la
cabeza que su exclusión del último cónclave ministerial fue una decisión directa de
Menem, implementada por el jefe de Gabinete, al que ubica entre esos obsecuentes a los que
aludió en sus airadas declaraciones del miércoles. También le molesta que en la
televisación de la mesa ministerial se tornara ostensible la silla vacía junto al
Presidente. "Como una puesta en escena, realizada por gente que entiende mucho de
escenografía y nada de política."
Ruckauf sintió que el Presidente hablaba de él cuando se refirió a "traiciones y deslealtades" y le pareció "una injusticia y una rabieta producto del despecho por el fracaso de la re-re que no le hace bien a las instituciones". El vice siente que el reclamo presidencial es injusto porque nunca fue menemista y porque nunca ocultó su apoyo a la candidatura presidencial del gobernador bonaerense. Ayer y anteayer destacó esa independencia recordando que, hace un año y medio, el propio Menem les otorgó a él y a otros miembros del gobierno "libertad de acción" para seguir sus preferencias en la interna justicialista. Morigerando un poco el tono de sus primeras declaraciones, que apuntaban al propio Menem, Ruckauf centró ayer sus dardos en el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez. Según el vicepresidente, la Jefatura de Gabinete le informó anteayer, de manera "expresa", "que no estaba invitado a la reunión de gabinete". Rodríguez intentó negarlo ante la prensa: "Seguramente lo invitaron, yo no hago personalmente las invitaciones". Cuando los periodistas le recordaron las declaraciones de Ruckauf, terminó por contradecirse: "(entonces) no lo habrán invitado". Por su parte, la agencia oficial Télam trató de desinflar el conflicto recordando que Ruckauf había declarado en el Senado que era "absolutamente leal al presidente Menem". Una fuente de la vicepresidencia relativizó esa declaración ante Página/12: "Primero: Ruckauf es leal a la Constitución y por eso no fue al congreso de Parque Norte donde se proponía violarla. Segundo: es leal al PJ y no quiso que se lo dañara por una ambición individual imposible de sostener, y tercero, siguiendo la doctrina peronista, es leal a los hombres en último término. A Menem le fue leal y le seguirá siendo leal en lo que hace a la tarea de gobierno que apoya desde la presidencia del Senado." Igual que Duhalde, con el que tiene un diálogo frecuente, Ruckauf ha empezado a evocar --ante sus amigos y colaboradores-- su enfrentamiento hace un cuarto de siglo con el "Brujo" José López Rega. El gobernador dijo a Página/12 que no le importaba ser expulsado del PJ porque ya lo habían echado López Rega y Herminio Iglesias. El vicepresidente prefiere recordar que la presidenta María Estela Martínez de Perón los corrió de su gobierno, a él y a Antonio Cafiero, por negarse a firmar un decreto que designaba embajador itinerante al temible Brujo, arrancado del entorno presidencial por los conflictos obreros de junio de 1975. La comparación no es del todo ociosa porque Ruckauf, a diferencia de Duhalde que es o parece más confiado en materia de seguridad, conserva lo que él mismo suele llamar "una cierta paranoia de los años setenta". Y no deja de conjeturar que elementos desplazados de la Bonaerense puedan arrojar nuevos cadáveres (como habría ocurrido en el caso de José Luis Cabezas) en el camino de Duhalde, el candidato a quien ve como la mejor posibilidad del justicialismo para poder competir con la Alianza. Sobre todo si fuera escoltado en la vicepresidencia por el otro ausente notorio de Parque Norte, el corredor solitario Carlos Reutemann. Un escenario que le gustaría completar con su propia candidatura como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Anhelo no muy fácil de cumplir si se lo juzga desde la circunstancia presente. No tanto por la variedad de competidores, sino por la manifiesta hostilidad que sienten por él los dirigentes que hasta ahora manejan buena parte del aparato, el territorio y los votos internos que necesita Duhalde: Osvaldo Mércuri y Alberto Pierri.
Solá no dio la fecha exacta de su renuncia, pero aseguró que será "durante al mes siguiente al cierre" de la exposición rural. Además, recalcó que llegará a candidato a gobernador por medio de internas abiertas. Sus colaboradores sospechan que "Duhalde podría tratar de definir a dedo con una bendición a (Carlos) Ruckauf", pese a que el vicepresidente aseguró ayer que no busca "ninguna candidatura". Solá deberá competir por el puesto con el ex intendente de Escobar Luis Patti --que también renunció para dedicarse a la campaña--, el ex ministro bonaerense Hugo Toledo, el vicepresidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Osvaldo Mércuri y Alberto Pierri, presidente de la Cámara de Diputados nacional. "Nosotros acompañamos el proyecto de Duhalde Presidente, aunque hacemos una revisión crítica del resultado electoral de octubre", dijo el secretario, que de esta forma dejó claro por qué su corriente es denominada como "duhaldismo crítico". La agrupación Nuevo Espacio Peronista (NEP) lanzó oficialmente la fórmula de precandidatos a gobernador y vice de Solá y el intendente de Quilmes, Federico Scarabino, el 29 de junio pasado en el estadio de Racing Club. Consultado sobre uno de los ex dirigentes del NEP y ahora menemista, Fernando Galmarini, Solá sólo dijo que "no está en nuestra agrupación desde febrero cuando salió de manera silenciosa". Los intendentes de Moreno, Mariano West, de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Olivera y de San Fernando, Osvaldo Amieiro, son algunos de los principales referentes del NEP.
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