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Despacito, despacito, despacito... Los hombres de Carlos "Chacho" Alvarez siguen caminando los pasillos del justicialismo, tendiendo la mano a los dirigentes desencantados que quieran sumarse al proyecto de la Alianza en 1999. Los diputados nacionales Juan Pablo Cafiero y Darío Alessandro, y el legislador porteño Alberto Flamarique, son los encargados de abrir las puertas a la llamada "pata peronista". "Para gobernar la Argentina en un sentido diferente al de (Carlos) Menem, es necesario establecer un vínculo con el PJ o con sectores del PJ. No podemos hacer un gobierno antiperonista", dijo ayer Alessandro a Página/12. La incorporación a la Alianza de la presidenta del Concejo Deliberante de San Miguel, Estela Prunotto, y la adhesión al Foro de Defensa de la Constitución del diputado nacional por el justicialismo de Entre Ríos, Juan Domingo Zacarías, son apenas una muestra del trabajo que realizan los frepasistas. La idea de Alvarez ("con la Alianza no alcanza para gobernar") es compartida por Raúl Alfonsín, quien reserva en su pensamiento el puesto de jefe de Gabinete de un futuro gobierno aliancista para un peronista. "Ahora, con el retiro de Menem, se complica un poco el panorama, porque muchos justicialistas van a tratar de dar la pelea en la interna del PJ, pero nosotros seguimos conversando con ellos sobre los grandes temas nacionales, sobre el que será nuestro programa de gobierno, y saben que acá va a tener lugar un blanqueo ideológico. De un lado estará el modelo neoliberal y del otro la Alianza, que les abre sus puertas", explicó un cuarto operador de Alvarez que prefirió no ser identificado. Aseguran que la lista de peronistas que ya están en la Alianza es larga. Pero se reservan el anuncio para el año que viene, cuando la campaña para las elecciones generales esté en ebullición. En sus salidas al interior bonaerense, Juan Pablo Cafiero sumó a dirigentes de Carlos Pellegrini, Lanús y del partido de Malvinas Argentinas. "Son importantes, pero no es el momento de anunciarlo", indicó a este diario el candidato a gobernador. El diputado Alessandro señaló que "tenemos verdaderos cuadros en gremios como la UOM o Luz y Fuerza, pero no lo podemos hacer público ahora". La idea de la "pata peronista" no es nueva. Chacho Alvarez puso en marcha el operativo en marzo, con el declarado objetivo de crear "un foro de debate". Pero las conversaciones se interrumpieron a comienzos de mayo, cuando empezó a circular la versión de que existía una línea directa entre el líder frepasista y el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde. Hace un mes y medio Alvarez retomó la idea con fuerza, y llegó a arriesgar que "un peronista debería integrar la fórmula aliancista en el '99". Fue cuando surgió el nombre de Carlos Reutemann, quien descartó de plano esa posibilidad. El senador santafesino fue menos terminante en su negativa cuando este diario le preguntó si aceptaría una convocatoria para integrar un futuro gobierno de concertación nacional a partir de la Alianza. En aquel momento, ni Alfonsín ni Fernando de la Rúa pusieron el grito en el cielo. Se limitaron a señalar que, en todo caso, las incorporaciones peronistas deberían darse después de las elecciones presidenciales. Es más, Alfonsín ordenó a su portavoz, Federico Polak, que llamara a Lole para disculparse por unas declaraciones suyas que le habían sentado mal. El análisis que lleva a los jefes aliancistas a la búsqueda de rasgos peronistas para la fachada de su gobierno --dan por seguro el triunfo electoral-- es sencillo: el Senado seguirá bajo dominio del PJ por lo menos hasta el 2001, la Corte Suprema de Justicia continuará con una mayoría de ministros identificados con el peronismo y los gremios mayoritarios mantienen su alineamiento histórico. Resulta imprescindible, piensan, interlocutores válidos para el diálogo con esos sectores. En el radicalismo, las operaciones de Alvarez son seguidas con mucha atención. "Si es así, como usted lo cuenta, y no hay segundas intenciones, le diría que nos parece bien, pero últimamente nos resulta complicado entender a Chacho." Es la respuesta que recibió telefónicamente el redactor desde una secretaría del comité nacional de la UCR.
DE LA RUA DENUNCIA ATAQUES DEL FREPASO
PORTEÑO Fue suficiente que Carlos Menem anunciara que desistía de buscar la habilitación para un tercer mandato para que los hombres de la Alianza se subieran al ring. Después de un primer round con Carlos "Chacho" Alvarez por los gastos de campaña, el precandidato radical a la presidencia Fernando de la Rúa volvió a calzarse ayer los guantes y acusó al Frepaso de "utilizar" a la Legislatura porteña para "atacar" su gestión al frente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata apenas de los primeros golpes que cruzan los socios electorales, en un combate que se volverá aún más duro a medida que se acerque la interna para definir la fórmula presidencial de la coalición. "Desde que salieron encuestas favorables a mí hemos tenido toda clase de ataques, campañas y movimientos; el Frepaso a veces lo hace a través de la Legislatura de un modo indirecto y utiliza a (el diputado Gustavo) Beliz como ariete para decir las cosas que ellos no quieren decir", acusó De la Rúa. Así, puso en su boca lo que hasta ahora murmuraban los hombres de su entorno: que los diputados frepasistas se valen de Beliz --cada vez más volcado a explotar su perfil de opositor en el distrito que irrita a los radicales-- para cuestionar en forma encubierta la gestión de De la Rúa. No fue el único reproche que en un reportaje concedido a Radio Splendid el precandidato radical realizó a sus socios frepasistas, en los que recae la conducción del Legislativo porteño. "La Legislatura está demorando las leyes fundamentales", se quejó De la Rúa, y cuando le recordaron que no era la oposición, sino la Alianza, la que ostenta la mayoría, explicó: "La Alianza es una Alianza pero resulta que en la Legislatura el Frepaso vota en contra o no se pone de acuerdo con el radicalismo". De la Rúa también echó más leña al fuego de la polémica que abrió Alvarez al reclamarle que limitara sus gastos de campaña. "Esto de Chacho --dijo-- me tiene sin cuidado. No vamos a aceptar que digan que no hagamos comunicación ni propaganda. No hago comunicación ni propaganda desde el gobierno, pero quieren que no la haga tampoco como candidato; es decir, que desaparezca mientras ellos están en todos los programas televisivos". Si bien Alvarez no respondió, sus allegados señalaron que "si el gobierno de De la Rúa hace negocios con el agua y la basura no puede pretender que no lo cuestionemos". Alberto Flamarique --uno de los principales operadores del líder del Frepaso y, además, diputado porteño-- advirtió que el bloque frepasista "no va a construir una mayoría automática en favor del Ejecutivo porteño, ni a apoyar un ocultamiento de las cosas poco claras" de la administración radical. El vicepresidente de la Legislatura, Aníbal Ibarra, recomendó a De la Rúa no utilizar a ese cuerpo "como chivo expiatorio de las deficiencias" de su gestión. Las palabras del precandidato radical provocaron una división dentro del bloque de diputados de ese partido: mientras la jefa de la bancada manifestó que "en parte De la Rúa tiene razón", los legisladores nosiglistas consideraron que el jefe de gobierno "debería dedicarse a gobernar y no generarnos más conflictos a nosotros". Por su parte, el belicista Jorge Srur consideró que "De la Rúa está nervioso y debería responder a las denuncias que venimos formulando".
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