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Seducidos y abandonados por Europa

El rechazo de Francia a abrir el mercado continental a los bienes agrícolas del Mercosur frustró un acuerdo comercial.

Carlos Menem, presidente de la Nación, clausuró ayer las sesiones del Foro Económico Mundial.
"No podemos ceder: si queremos un comercio libre deberá eliminarse todo tipo de subsidios".

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes) La oposición de Francia a abrir los mercados europeos a los cereales, carnes vacunas y azúcar producidos en el Mercosur y Chile frustró las expectativas de los países de esta región del mundo por alcanzar un acuerdo de libre comercio con dicha área. Ayer, en la clausura del encuentro del World Economic Forum que se realiza en Buenos Aires, el presidente Carlos Menem subrayó que "no podemos ceder: si queremos un comercio libre deberá eliminarse todo tipo de subsidios que descoloquen a nuestros productos y empresas".

La Comisión Europea respaldó el miércoles el inicio de discusiones para establecer un acuerdo de libre comercio con el bloque regional sudamericano pero, por presión de una parte de sus miembros, quedarían excluidos los temas agrícolas de las negociaciones. En esas condiciones, el Mercosur rechazaría el convite.

La implementación de un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques supondría la eliminación de aranceles extra, cupos y prohibiciones a los productos que el Mercosur y Chile le vendan a la Unión Europea. Para las exportaciones europeas, significaría entrar al Mercosur con el mismo tratamiento que el comercio entre los países socios. Pero esa meta aparece cada vez más lejana. Francia, con el acompañamiento de Alemania, Irlanda y Austria, reclaman mantener los mecanismos de protección para su producción agrícola, consistente en subsidios estatales y reservas de mercado interno (frente a la competencia importada).

Tanto el World Economic Forum como la Organización Mundial de Comercio apoyaron la integración del mundo comercial en regiones, con la mira puesta en las atractivas oportunidades de negocios que se generarán para multinacionales e inversores financieros. Ahora, esos mismos organismos rectores impulsan el libre intercambio de productos entre los bloques regionales, como una forma de realimentar aquellas oportunidades. La actitud proteccionista encabezada por el gobierno francés le pone trabas a ese propósito.

Un portavoz del ministerio galo de Asuntos Exteriores señaló ayer que su gobierno es partidario de "una liberalización progresiva y recíproca" del comercio con el Mercosur, pero contrario a establecer "una zona de libre comercio". La Comisión Europea, en la que están representados los 15 países de la región, había acordado el miércoles --con el voto en contra de los delegados de los países mencionados-- el inicio de negociaciones para bajar aranceles, pero admitiendo que se ofrezca un "tratamiento especial" a determinados productos agrícolas, como la carne vacuna, los cereales y el azúcar. Contra esta postura intermedia, Francia amenazó con aplicar su poder de veto.

Desde el otro lado de la mesa, los mandatarios sudamericanos reaccionaron con virulencia. Eduardo Frei, titular del gobierno chileno, se preguntó "si queremos o no buscar acuerdos, porque si cada país va a buscar sacar ciertos productos va a ser muy difícil". Menem, por su parte, destacó que "nosotros (los socios del Mercosur) hacemos un culto del libre comercio", y sugirió que lo mismo se le exigirá a la Unión Europea. En igual sentido se había pronunciado, un día antes, el ministro de Industria y Comercio de Brasil, José Botafogo Gonçalvez. "Pareciera que existe cierta dificultad de parte de la Unión Europea para entender que la liberalización debe ser global; el libre comercio de productos agrícolas y de toda la cadena de agronegocios es un punto central para el Mercosur. Si la Unión Europea no cede en ese punto, no hay posibilidad de acuerdo", sentenció.

 

El temor al agro "sudaca"

Un informe "confidencial" de la Unión Europea, divulgado ayer en Montevideo, evalúa los riesgos para los productores agropecuarios comunitarios de una eventual apertura del mercado continental a las importaciones originadas en el Mercosur y Chile.

El estudio afirma que el bloque sudamericano tiene "un enorme potencial en lo que se refiere a la producción de alimentos". Advierte que la relativamente baja "producción en el Mercosur no es por un problema de carencia de tierras, sino por falta de mercados". Apunta que "sólo el 7 por ciento de la superficie" de los países de la región es destinado a la explotación agropecuaria, contra un 30 por ciento que se utiliza en la Unión Europea.

En cuanto a la capacidad para la producción de carnes, el informe señala que mientras el stock bovino de los 15 países de la Europa comunitaria alcanza a 85 millones de cabezas, en el Mercosur llega a 240 millones, con "costos de producción de aproximadamente la mitad que en la Unión Europea".

El análisis de la UE, divulgado parcialmente por representantes uruguayos en el Mercosur, advierte que en el caso de "caer los aranceles europeos, la capacidad de producción del bloque sudamericano puede crecer mucho más aún", recordando además la "muy importante" ventaja comparativa de los países de la región frente a los europeos en los rubros de maíz, azúcar y arroz.

En materia de subsidios, el informe precisa que "el costo estimado para la Europa comunitaria para con sus productores agropecuarios estaría en torno de los 15.600 millones de dólares por año", por efecto del eventual desplazamiento de mercado que provocaría el ingreso de productos del Mercosur.

 


 

LA OMC CENSURA LA ACTITUD DEL VIEJO CONTINENTE
"Una propuesta inaceptable"

Por R. D.

t.gif (862 bytes) Jesús Seade, vicepresidente de la Organización Mundial de Comercio (OMC), consideró que el intento de la Unión Europea de excluir a los temas agrícolas de la negociación con el Mercosur es "inaceptable" y la coloca en un punto de "posible ilegalidad". El funcionario mexicano, que en pocos días más se integrará al staff del FMI en Washington, dijo a Página/12 que "muy probablemente, una propuesta comercial con exclusiones tan fuertes se consideraría condenable por la OMC".

"Yo aliento este tipo de acuerdos entre bloques, hay que evitar que estas integraciones regionales terminen haciendo que cada bloque se cierre en sí mismo, y la negociación entre las distintas regiones debería

verse como una medicina" y no como un enfrentamiento en el que cada bloque busca proteger su propio espacio.

"Hay un riesgo, es cierto, de que la integración por bloques lleve a un proteccionismo de cada región con respecto al resto, por eso, ahora se trata de enfatizar en el análisis de los acuerdos comerciales en términos globales", puntualizó ante este diario en un aparte de las sesiones del World Economic Forum.

Pero los esfuerzos de la OMC por impulsar una baja en las barreras arancelarias a nivel planetario puede chocar con la realidad de que, por las consecuencias de la crisis asiática, algunos países busquen protegerse. "Yo no creo en una deflación generalizada de los precios mundiales por la situación en Asia, como efecto sistémico, pero lo cierto es que esta crisis no es un fenómeno coyuntural, va a provocar cambios en la economía mundial en tiempos más largos que el que se puede medir en meses", opinó.

"Hay efectos que se sentirán en la próxima década, que van a implicar algunos costos, un crecimiento menos vigoroso --apuntó Seade--. No sólo Asia va a generar problemas al resto. También Estados Unidos va a tener dificultades en su economía que van a repercutir en la economía mundial".

En cuanto a las inversiones, el vicepresidente de la OMC estimó que "va a haber problemas en todos los países emergentes, porque siempre hay una identificación de unos con otros, y eso en alguna medida va a afectar acá, en Latinoamérica". Pese a estos inconvenientes, Seade aseguró que la región "tiene una oportunidad clarísima en el sector real de la economía a través del incremento de su comercio, porque Asia va a perder competitividad por falta de inversión", una vez que agote la actual ola de ofertas a precio de liquidación que lanzó sobre el mercado mundial. "América Latina tiene una buena oportunidad, sólo requiere la ambición de aprovecharla", remató Seade.

 

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