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Por Mariana Carbajal Un hallazgo insólito conmociona a la ciudad mendocina de San Rafael. Una mujer, de 66 años, que venía padeciendo agudos dolores abdominales descubrió a través de una radiografía que tiene una pinza quirúrgica de unos 14 centímetros de largo alojada en su vientre. "Me debe haber quedado de la última operación que tuve hace 17 años, cuando me sacaron la vesícula", especuló Noelia Barreiro de Cancio en declaraciones a Página/12 y recordó que aquella intervención quirúrgica fue realizada por el cirujano Pedro Muzzio en la clínica San Roque, del centro de San Rafael. Allí ya hubo otro escándalo un año atrás, cuando se denunció la desaparición de un gemelo. Tanto Muzzio como el director del centro médico, Washington Galeno, ayer guardaron silencio. El hecho fue denunciado ante la fiscalía. "Estamos ante un caso de mala praxis", consideró el abogado Fernando Richarte Aguiar, patrocinante de la mujer. Barreiro será sometida la semana próxima a otra operación para extraerle el objeto metálico. "Hace unos tres años que vengo sintiendo dolores intensos, como pinchazos, entre la columna y el hígado. A veces es como un ardor que se va corriendo. Pero nunca daban en la tecla. Me medicaban y me decían que eran dolores de la vejez", contó la mujer. La semana pasada, su médico de cabecera, Mariano Coarta, del Hospital Español, la mandó a sacarse una radiografía del abdomen. "Me la saqué el lunes y el martes, cuando la voy a buscar, el médico me dice: 'Está clarito, usted tiene una tijera'. Quedé shockeada cuando vi la radiografía", agregó. Según afirmó Barreiro, estaba tan desesperada por los persistentes dolores que hasta pensó en suicidarse. "Este lunes le dije a mi marido que estaba cansada de sufrir tantos dolores y tomar remedios, que me cuidara porque en cualquier momento me iba a matar, tirándome abajo de un camión", aseguró. En diálogo con Página/12, Marta Cancio, hija de Noelia, precisó que su madre fue sometida a tres operaciones a lo largo de su vida, en las que se le extirpó primero el apéndice, luego el útero y por último, en 1981, la vesícula. "En las dos últimas intervenciones la operó el cirujano Muzzio en la clínica San Roque", puntualizó Marta Cancio. La familia sospecha que la pinza tipo tijera habría quedado olvidada en el interior del cuerpo de Noelia tras la operación de vesícula. Con el patrocinio de Richarte Aguiar, Barreiro presentó una denuncia por "averiguación de delito de lesiones" en la fiscalía de turno local. El caso pasaría al tercer juzgado de instrucción de San Rafael, a cargo de Waldo Yacante. "Estamos ante un caso de mala praxis. El grado de lesión se verá cuando le saquen la pinza", consideró el abogado. Como medida precautoria, Richarte Aguiar solicitó a la Justicia la filmación de la operación en la que le extraigan la tijera. "Para que no quede lugar a dudas", indicó. La intervención está prevista para la semana próxima en el Hospital Español. "Más adelante se verá si se inicia una demanda civil", agregó el letrado. Página/12 se comunicó con la clínica San Roque pero su director prefirió no hacer declaraciones sobre el caso. "Todavía no pudimos constatar que la mujer se operó aquí", respondió Galeno. En tanto, el cirujano Muzzio, quien sigue operando en ese centro médico, se negó a dialogar con este diario. No es la primera vez que el nombre de esta clínica resuena en los medios. Hace un año otra mujer denunció a la Justicia que desapareció de la sala de partos uno de sus hijos recién nacidos. Según la denuncia, esperaba gemelos y sólo le entregaron un niño. El caso sigue abierto en los tribunales de San Rafael.
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