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IMPLANTAN UNA BOMBA PARA ESPERAR EL TRASPLANTE
Un verdadero compañero del corazón

t.gif (862 bytes) Los enfermos cardíacos terminales podrán tener, a partir de ahora y mientras aguardan el trasplante, un "compañero del corazón". Así llaman los especialistas al dispositivo mecánico denominado Heart Mate, que fue incorporado por el Hospital Italiano: se trata de una especie de bomba sanguínea, implantada en el organismo, que trabaja en forma paralela al corazón dañado y permite esperar el tiempo necesario hasta que pueda hacerse un trasplante cardíaco. Es la primera experiencia de este tipo en América latina, y en el país fue probada por primera vez en Miguel Fain, un paciente de 48 años.

"El mecanismo permite a los pacientes con cardiopatías terminales ser asistidos mecánicamente", indicó José Navia, jefe del programa. Según explicó, el dispositivo mantiene a los pacientes en condiciones clínicas óptimas y asegura un suministro de sangre adecuado durante todo el tiempo de espera para el trasplante.

Mientras las enfermedades cardiovasculares son consideradas la primera causa de muerte en el mundo, en la Argentina las estadísticas indican que las víctimas fatales son mil de cada cien mil personas. La bomba "puente", considerada un corazón temporario, reemplazaría a los implantes permanentes --conocidos como corazones artificiales-- que son definidos como ineficaces para quienes aguardan el trasplante. De acuerdo con los datos difundidos por los investigadores, el Heart Mate disminuye la mortalidad en los pacientes que esperan el trasplante. "El 69 por ciento --precisó Navia-- muere antes de los dos años en listas de espera y, en cambio, en aquellos enfermos que tienen el Heart Mate la mortalidad disminuye a 19 por ciento". Tendencia que se prolonga una vez hecho el trasplante: quienes tuvieron el dispositivo cuentan con una sobrevida cercana al 90 por ciento en el primer año y de más del 75 por ciento a los cinco.

La bomba artificial asiste al ventrículo izquierdo y está construida con una carcaza de titanio. Colocado en la región superior y lateral del abdomen, llamada hipocondrio izquierdo, el dispositivo se conecta por una cánula de entrada al ventrículo izquierdo. El flujo sanguíneo pasa así desde la zona del corazón dañada --generadora de las pulsaciones-- hacia la bomba: en ella hay un diafragma que late, como si fuera un corazón, impulsado por aire comprimido, el cual proviene de una consola en el exterior del organismo. Para terminar el ciclo, la sangre emanada de la bomba sigue camino a través de una cánula hacia la aorta.

El control del proceso mecánico queda en manos de la consola, donde hay un microprocesador que controla las pulsaciones. Cuenta también con alarmas visuales y sonoras, y puede alimentarse con baterías en caso de transportarse.

 

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