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POLEMICA SOBRE LA REPRESION ILEGAL EN URUGUAY
Las travesuras del Tío Sam

El ex marino uruguayo Eladio Moll amplió su denuncia sobre la sugerencia norteamericana de matar a los detenidos en la dictadura.

El presidente Sanguinetti frente a los marinos.
Para él, el caso es "un tema de historiadores".

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t.gif (67 bytes)  El contraalmirante retirado de la Armada uruguaya Eladio Moll ratificó públicamente ayer sus declaraciones del lunes pasado. Moll había dicho que, durante la represión ilegal de la dictadura uruguaya que se desarrolló entre 1973 y 1985, Estados Unidos proponía matar a los guerrilleros detenidos luego de extraer de ellos toda la información posible en las salas de tortura. El ex oficial también afirmó que "este tipo de sugerencias de los Estados Unidos aún hoy tiene vigencia en algunas partes del continente". Como si estuviera pidiendo permiso para sumarse a esta polémica sobre los '70, el embajador de Cuba en Montevideo, Manuel Aguilera, reivindicó ayer en el semanario Búsqueda el entrenamiento dado en su país a las guerrillas sudamericanas, algo que reconoció hace un mes el presidente cubano Fidel Castro.

El embajador estadounidense en Uruguay, Christopher Ashby, había calificado de "ridículas" las palabras de Moll y prometió iniciar un escándalo diplomático por el tema. "La verdad nunca es ridícula por sí misma, sino que ello ocurre cuando la misma se niega. Nos permitimos sugerirle al embajador que solicite los documentos que existen al respecto en organismos oficiales e internacionales de Estados Unidos", dijo Moll en una carta publicada ayer por el diario El Observador de Montevideo. El ex oficial invitó a Ashby a discutir el tema "cuándo, dónde y cómo quiera", y citó pruebas de sus dichos: "Hoy mismo hay una ciudadana norteamericana que reclama al Congreso que investigue al Departamento de Estado y a la CIA por apoyar a grupos paramilitares que le mataron a su marido".

Moll tiene un currículum pesado. Durante la dictadura, fue jefe de la Armada y del servicio de Inteligencia del Estado. En el período democrático que comenzó en 1985, representó a Uruguay en la Junta Interamericana de Defensa y fue agregado militar de la embajada uruguaya en Estados Unidos. Pero el ex oficial también acumula otro tipo de méritos: está involucrado en el caso denominado "Cangrejo rojo". Uno de sus hijos, Ricardo Moll Grolero, se asoció con empresarios estadounidenses para explotar la pesca del cangrejo rojo en el Océano Atlántico. Según los norteamericanos, Ricardo Moll se apropió ilegalmente de un barco y de los permisos de pesca correspondientes. El proceso judicial tuvo en su momento consecuencias mayores para Uruguay. El senador norteamericano Ted Stevens promovió hace un año en el Congreso la suspensión de cualquier programa de cooperación con Uruguay y el embajador norteamericano de entonces, Thomas Dodd, le dijo a Stevens que estaba preparado "para recibir la caída de las relaciones bilaterales". Pero el hecho no pasó a mayores.

Fue en el marco de este caso que Eladio Moll asistió el lunes pasado al Parlamento uruguayo, donde hizo estallar esta polémica sobre las conexiones norteamericanas con la represión de la dictadura. El ex oficial le dijo al diputado y ex dirigente tupamaro José Mujica que si él estaba sentado en su banca era porque hubo una Armada que les respetó la vida cuando "la política norteamericana de la época recomendaba" que los guerrilleros, luego de sacarles toda la información posible, "no merecían vivir". Moll justificó estas declaraciones aludiendo a sus principios éticos y morales y porque "hay estadounidenses que nos tratan como si fuéramos una república bananera". El propio Mujica elogió ayer a Moll por sus declaraciones y extendió la responsabilidad en el tema a "connotados políticos civiles de la época".

El gobierno uruguayo trató de desentenderse del asunto, pero no lo hicieron así los militares. El presidente, Julio María Sanguinetti, quien justamente estuvo ayer en Estados Unidos, dijo que es "un tema de historiadores". Pero el comandante del Ejército uruguayo, general Fernán Amado, negó que su fuerza haya recibido en algún momento las sugerencias de Estados Unidos que denunció Moll. "Nunca tuve información de que alguien hubiera dicho eso", dijo Amado, y agregó que "doy por descartado que no fue así".

Las autoridades uruguayas sí reaccionaron frente a las declaraciones que vinieron desde Cuba. Citando fuentes oficiales, el diario El País había revelado el domingo pasado que el gobierno planteará formalmente a Aguilera su molestia por las declaraciones que hizo Fidel Castro sobre el entrenamiento recibido por guerrilleros de casi todo el continente en la isla en los años '60. Sanguinetti había dicho, el 9 de julio pasado, que "la generación anterior" de uruguayos "fue usada" por Cuba, que "trajo la violencia y la sangre que todavía estamos pagando en este país". Defendiendo la postura de Castro, Aguilera recalcó que "se hizo lo justo que se debía hacer en aquel momento" y que lo que dijo el mandatario cubano "no se trata de una confesión, sino de algo que se proclama con honor".

 

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