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La nueva amenaza rusa es una secesión nuclear

Alexandr Lebed, carismático general ruso que gobierna el 14 por ciento de su país, amenazó con apoderarse de un arsenal misilístico si no se paga a los oficiales del ejército sus sueldos atrasados.

Lebed: las FF.AA. rusas están "hambrientas" y "con rabia".
"A cambio de ser una provincia nuclear, podemos alimentarlas."

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Por Rodrigo Fernández  desde Moscú

t.gif (67 bytes) El general ruso retirado Alexandr Lebed, gobernador de la extensa provincia rusa de Krasnoyarsk y uno de los principales candidatos para las elecciones presidenciales del año 2000, amenazó ayer con tomar bajo su jurisdicción un arsenal de misiles que se encuentra en esa región siberiana si el gobierno de Moscú no paga los sueldos atrasados a los militares. En una carta abierta dirigida al primer ministro Serguei Kiriyenko, el carismático general retirado advierte que los oficiales de las fuerzas armadas rusas están "hambrientos" y "con rabia".

"Los oficiales de la unidad de misiles de Uzhursk hace ya cinco meses que no reciben su paga y las esposas de los militares asaltan con sus quejas al Estado Mayor de ese destacamento", afirma Lebed, quien se ha decidido a enviar una carta abierta al gobierno después de que sus anteriores misivas hayan quedado sin respuesta, a pesar de que los problemas planteados afectan a una provincia que ocupa el 14 por ciento del territorio de Rusia.

"Le aseguro que la unidad es seria y los oficiales también son serios. Por eso mismo, estoy pensando seriamente en tomar bajo la jurisdicción de la provincia a esta unidad. Los habitantes de Krasnoyarsk no somos ricos, pero, a cambio del estatuto de provincia nuclear, creo que podremos alimentarlos, convirtiéndonos al mismo tiempo, junto con India y Pakistán, en un dolor de cabeza para la comunidad internacional. Pero, ¿qué hacer, Serguei Vladilenovich? Los oficiales hambrientos son oficiales con mucha rabia. Esto es algo que aprendí muy bien en mis 26 años de servicio en el ejército", advierte Lebed.

No sólo los oficiales de las bases nucleares siguen sin recibir sus sueldos en Rusia. El Estado tampoco paga a los especialistas que trabajan en los centros de investigación atómica. Por ejemplo, en el secretísimo Instituto de Física Experimental de la ciudad de Sarov hay técnicos que no cobran desde octubre de 1997. La situación es tan desesperada que el pasado jueves miles de empleados del mencionado instituto secundaron una huelga. Sarov es el más importante centro de investigación relacionado con armas nucleares, que hasta hace poco se llamaba Arzamás-16 y sitio donde el padre de la bomba de hidrógeno soviética, Andrei Sajarov, desarrolló sus más importantes trabajos. Los especialistas de Sarov participan ahora en la preparación de las polémicas pruebas nucleares simuladas que Rusia proyecta llevar a cabo en los próximos meses, según ha anunciado Lev Riabev, primer viceministro de Energía Atómica.

Las huelgas como la declarada el jueves despiertan preocupación entre los expertos en seguridad nuclear, que temen que las protestas económicas pueden implicar que los especialistas descuiden su trabajo científico, con el peligro que ello conlleva. Unos 125.000 rusos trabajan en centros de investigación y plantas nucleares, según el viceministro Riabev. En Rusia, el sueldo medio de los científicos atómicos es de apenas unos 200 dólares mensuales. Kiriyenko visitó esa ciudad secreta el pasado mes de mayo y aseguró que financiaría al centro nuclear, pero la huelga de los investigadores demuestra que no ha cumplido su promesa.

Estados Unidos parece comprender la delicada situación por la que atraviesan los centros nucleares rusos en medio de la actual crisis económica, tras la reunión de la comisión conjunta para la Colaboración Científico-Técnica celebrada ayer durante la visita del vicepresidente norteamericano, Al Gore, a Moscú. Yevgueni Adamov, el ministro ruso de Energía Atómica, anunció que EE.UU. proyecta financiar con unos 30 millones de dólares la reconversión para usos civiles de las llamadas ciudades nucleares secretas rusas, como la de Sarov. Gore se mostró ayer optimista respecto de la resolución de la crisis rusa y dijo confiar en que "el país comenzará pronto a experimentar un crecimiento económico real".

El vicepresidente norteamericano transmitió a Kiriyenko la preocupación

de EE.UU. por la reciente prueba de un misil de alcance medio en Irán. "Hemos llegado a un acuerdo con Rusia para tomar medidas contra nueve empresas rusas (de defensa) que han violado las normas de control de exportación", aseguró Gore, quien también preparó en Moscú la visita que el presidente Bill Clinton prevé efectuar el próximo mes de setiembre a Rusia.

 

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