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Por Mariana Enríquez Abajo de la pirámide central del Buenos Aires No Duerme se instaló un hombre, que duerme ahí adentro y lleva una remera que dice Yo. Así es como se hace llamar. Un cartel a su lado, que él mismo pintó, termina de definirlo: "No soy linyera, soy poeta". Desde que arrancó la muestra, el jueves pasado, Yo decora el piso a su alrededor con aforismos cándidos e irónicos del tipo "esto es un circo y yo soy el payaso" o "no uso drogas, no son baratas". Cuando alguien se detiene a leerlos y sonríe, Yo levanta un aforismo que dice "tu sonrisa es mi felicidad". Cerca de él, las 90 computadoras conectadas con Internet siguen con su ritmo febril. La gente, por lo general, prefiere chatear --dialogar con uno o varios "amigos" virtuales de cualquier parte del mundo--, pero unos cuantos adolescentes siempre buscan con fervor las páginas donde puedan ver a alguna bella mujer desnuda. Y se están terminando de pintar las paredes, con aerosol y brocha gorda: "El olor te mata un poco si querés dormir acá abajo", decía Julián, de 19 años, que desde el jueves "vive" en Buenos Aires No Duerme. "Pasa que la biblioteca ya es el dormitorio oficial, y no quedan camas", agrega resignado. El número de visitantes sigue creciendo: sumando esta últimas 24 horas, se calculan alrededor de 180.000 personas. En otro sector, Eduardo de la Puente, Fernando Peña y la gente de Radiocómix daban una charla sobre el tema "Ficción en radio", en un superpoblado Auditorio II de planta baja, escuchando preguntas de la gente. Insistiendo en que la realidad supera la ficción, los panelistas daban como ejemplo el hecho de que el ministro Carlos Corach fuera ciudadano ilustre de Ciudad del Este ("¿cómo vas a ser distinguido por una ciudad famosa por la corrupción y el contrabando? Parece joda", era el razonamiento) e hicieron un pequeño sketch interpretando a Luciano Garbellano y el juez Oyarbide. El público, más de un centenar de chicos y chicas, festejaron la ocurrencia con risas y aplausos. Sin embargo, hubo un momento en el que se pusieron serios. Un chico levantó la mano y les preguntó por qué les parecía que una iniciativa cultural del gobierno como Buenos Aires No Duerme fuera celebrada como un evento sin precedentes, mientras que proyectos más modestos y alternativos como el centro cultural de los squatters rosarinos eran calificados como "subversivos" o poco menos. De la Puente contestó que "son la reglas del juego, es así, todo es una porquería. Ojalá llegue el día en que estas cosas surjan espontáneamente de la gente y el gobierno todo lo que haga sea ofrecerles un espacio. A mí me pone contento que exista Buenos Aires No Duerme, que estemos todos acá viendo cosas que no hubiéramos visto de otro modo, y si al gobierno se le ocurren iniciativas como ésta, bienvenidas sean. Ahora, si lo usan para medios políticos... prefiero que hagan esto". Para redondear, uno de los integrantes de Radiocómix agregó que "yo no conozco a nadie que vaya a votar a De La Rúa porque hace Buenos Aires no Duerme". Otro de los lugares que tuvieron gran éxito de público (además del estudio de radio, sin duda el espacio más fuerte de la muestra) fue el salón de bailes populares. Ayer a la tarde, punkies con crestas firmes a base de jabón seco se acomodaron junto a varias familias para ver a más de 30 personas golpeando el piso y las paredes con mangueras y varas, al ritmo de la música. Afuera, hasta surgió una murga espontánea que recorrió el pasillo central. Tanto ruido sirvió para que, de alguna manera, los actores que hacían lo suyo bajo la pirámide central tuvieran un elemento más para incorporar a su performance: en lugar de mostrarse perturbados por el candombe, eligieron fingir que los protagonistas de la escena vivían cerca de un lugar de fiestas. Se trataba de la puesta "Casting en vivo" de Hugo Urquijo, y muchos estudiantes de teatro se nuclearon para escuchar. Básicamente, 4 actores hacían una escena de El Zoo de Cristal, de Tennessee Williams y Peer Gynt, de Henrik Ibsen, como si se tratara de un casting para conseguir el papel, incluyendo improvisaciones, cambios de ritmo y diferentes matices. María Bufano y Chany Mallo arrancaron aplausos con sus interpretaciones de la madre de la pieza de Williams. El primer piso sigue siendo el lugar ideal para los que prefieren la tranquilidad o, en el caso específico de ayer por la tarde, escapar de la horda de adolescentes con gorritas y pantalones anchos que se arremolinaban en una de las carpas esperando al colectivo de rap Nación Hip Hop. En el café literario de la planta alta, los seleccionados en cuento y poesía leían sus obras ante un atento auditorio que tomaba café y esperaba las lecturas de Eduardo Berti, Pablo de Santis, Alejandro Rozitchner y otros. Cuando ya se terminaba el día, la mitad de la concurrencia tenía la cara pintada. Igual que el año pasado, gracias a los maquilladores de la Escuela de Teatro de La Plata, todos podían parecer (algo) distintos.
Como para empezar bien la semana El tamaño y la superposición de eventos de Buenos Aires No Duerme complican la elaboración de una agenda perfecta. Pero en los próximos días hay algunas actividades imperdibles, que vale señalar. * Lunes 27: 15.30: Charla El teatro ¿sobrevivir al tercer milenio?, con Lito Cruz, Graciela Dufau, Ricardo Halac, Daniel Marcove, Mauricio Kartun y Daniel Veronese. 18.00: Recital de Catupecu Machu y Cienfuegos. * Martes 28: 00.00: Reportaje a Miguel Bonasso en el estudio de radio y recital de Los Caballeros de la Quema en la Carpa (en la hora 100). 15.30: Charla Realidad virtual e interacción en el teatro, con Agustín Alezzo, Graciela Galán, Carlos Gorostiza, Pepe Soriano y Virginia Lago. * Miércoles 29: 20.00: Homenaje a la Educación Pública con Ernesto Sabato, Marta Maffei, Pablo Javkin y los docentes ayunantes en el Auditorio 4. 22.00: Estreno del film Cinco pa'l peso, de Raúl Perrone en la sala de cine y mesa sobre Impunidad y Justicia, con Gladys Cabezas y la Fundación Cabezas en el café literario.
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